viernes, 12 de febrero de 2010

La automedicación y la venta sin prescripción médica aumenta la resistencia a los antibióticos - JANO.es - ELSEVIER


FARMACIA
La automedicación y la venta sin prescripción médica aumenta la resistencia a los antibióticos
JANO.es · 12 Febrero 2010 10:05

Seis de cada diez europeos desconoce que los antibióticos son ineficaces contra algunos virus.


La práctica de la automedicación y su venta sin prescripción de los medicamentos se encuentran entre las causas que contribuyen al aumento de las tasas de resistencia a los antibióticos, según destacaron hoy de manera unánime los expertos reunido en la Jornada Científica organizada por el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, donde se han analizado los problemas que acarrea la resistencia a estos fármacos.
Sin embargo, aunque se trata de un proceso ampliamente investigado y estudiado, según los datos del último Eurobarómetro, seis de cada diez europeos desconoce que los antibióticos son ineficaces contra algunos virus.

La consecuencia más grave es la aparición de nuevas cepas bacterianas resistentes a diversos antibióticos al mismo tiempo; hecho que, solo en Europa causa unas 25.000 muertes anuales según las estimaciones del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).

No obstante, según los datos de la Red Europea de Vigilancia de las Resistencias a Antibióticos (EARSS, por sus siglas en inglés), la resistencia no afecta de igual manera en todos los países, siendo mayores las tasas de resistencia en los países del sur y del este de Europa, que en el centro o norte. Aunque estos datos coinciden con el consumo de antibióticos.

La más conocida es la resistencia a quinolonas en E. coli, antibióticos muy eficaces pero utilizados de manera abusiva en muchos casos, siendo en 2008 las tasas en Francia y Alemania del 15,7 por ciento y 23,4 por ciento, respectivamente, mientras que en España fue del 32,5 por ciento.

Por otra parte, durante el encuentro se ha destacado la resistencia a los antifúgicos, sobre todo a hongos como Candida o Aspergillus. Las investigaciones realizadas no han hallado aún razones a estos tipos de resistencias, pero todo apunta a que están asociadas al uso masivo de azoles en algunos grupos de pacientes y de sustancias afines, tanto en medicina como agricultura.

Al igual que en otras resistencias, las antifúngicas causan fracasos terapéuticos, aumento de la morbilidad y la mortalidad de la infecciones fúngicas. La población más afectada son los enfermos que sufren este tipo de infecciones, como los pacientes inmunodeprimidos y aquellos ingresados en unidades de cuidados intensivos.

Asimismo, otro grupo de resistencias son las antiparasitarias, "mucho más complejas de investigar y definir porque los parásitos son un grupo muy heterogéneo de microorganismos". Actualmente, de la resistencia que más datos se tienen es de la malaria, y por tanto, el mayor reto se encuentra en controlarla.

En algunas zonas de África las tasas de resistencia a los antimaláricos más común es superan el 50%, lo que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a recomendar terapias combinadas.

Centro Nacional de Microbiología

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