José Luis Molinuevo José Luis Molinuevo, de la Unidad de Alzheimer y otros trastornos cognitivos del Hospital Clínico de Barcelona. (Rafa M. Marin)
Diariomedico.com
ESPAÑA
El tratamiento del Alzheimer apunta a la fase prodrómica
El uso de biomarcadores para el diagnóstico diferencial de las demencias es uno de los principales avances en el campo de la investigación en neurología, ya que permitirá poner en marcha nuevos estudios durante la fase prodrómica de la enfermerdad, cuando es casi asintomática.
Karla Islas Pieck. Barcelona - Miércoles, 24 de Febrero de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
El diagnóstico precoz y diferenciado de las demencias es un factor muy importante no sólo para mejorar el pronóstico de los pacientes, sino para impulsar la investigación en este campo, según ha quedado de manifiesto en el curso Las demencias en la práctica clínica: temas no resueltos, organizado por la compañía Janssen-Cilag en Barcelona.
En esta reunión científica, dirigida por José Luis Molinuevo, de la Unidad de Alzheimer y otros trastornos cognitivos del Servicio de Neurología del Hospital Clínico de Barcelona; Marcelo Berthier, de la Universidad de Málaga, y David Muñoz, del Hospital St. Michael, de Toronto (Canadá), se ha abordado la importancia de los nuevos biomarcadores, que permiten diagnosticar a los pacientes con Alzheimer en la fase prodrómica de la enfermedad.
Molinuevo ha explicado a Diario Médico que próximamente se pondrán en marcha ensayos clínicos durante esta fase de la patología, cuando los pacientes están prácticamente asintomáticos.
El diagnóstico sindrómico de las demencias debe ser sólo el primer paso en el abordaje de estos enfermos, ya que es determinante profundizar en el diagnóstico etiológico. "Esto es lo que permitirá hacer ensayos con tratamientos que modifican realmente el curso de la enfermedad, pero es muy necesario saber con exactitud de qué patología se trata".
Otro de los puntos que han centrado el debate es el papel de los factores ambientales en el desarrollo del Alzheimer. Se sabe que hay algunos genes, como el ApoE4, que están asociados a un mayor riesgo, pero cada vez es más evidente que los factores ambientales tienen un peso muy importante en la expresión génica. Por ejemplo, estudios recientes apuntan que la socialización tiene un efecto protector contra la enfermedad.
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