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ESPAÑA
LAS PRUEBAS SE INTEGRAN PARA DAR UNA ÚNICA VISIÓN CON TODOS LOS DATOS DE LA LESIÓN
La imagen multimodal busca sitio en el tratamiento del tumor cráneo-cerebral
Las técnicas neurorradiológicas y de medicina nuclear son imprescindibles en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la patología tumoral cráneo-cerebral. Este tipo de pruebas podrían evolucionar hacia sistemas más sofisticados en los que se integre toda la información en una sola imagen multimodal, que actúe como una herramienta más en el quirófano.

Sonia Moreno - Martes, 16 de Febrero de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

El análisis de imagen estará cada vez más presente en el tratamiento, además del diagnóstico y seguimiento, del tumor cerebral, algo que ya ocurre con los neuronavegadores, como se ha comentado en el VI Curso Nacional de la Sociedad Española de Neurorradiología, en La Granja de San Ildefonso (Segovia).

En la reunión, auspiciada por el Hospital Ruber Internacional de Madrid, especialistas en radiología y medicina nuclear, pero también en oncología, neurocirugía, neurología, radioterapia y anatomía patológica, han repasado aspectos clásicos y novedosos de la neurorradiología de los tumores cerebrales. Juan Álvarez-Linera, jefe de Sección de Neurorradiología del Ruber Internacional, y codirector del curso, junto con Antoni Rovira, neurorradiólogo consultor del Hospital Parc Taulí (Udiat), de Sabadell, ha recordado que "con los tumores iniciamos estos cursos y volvemos a ellos este año, una vez cubierta toda la patología neurorradiológica en las cinco reuniones previas".

Los fármacos antiangiogénicos transforman la imagen de RM de los tumores y por tanto, cambian los criterios de interpretación
El progreso en este campo viene de la integración de profesionales diversos, como también de la fusión de distintas técnicas de imagen: PET, resonancia magnética (RM), estudios de perfusión y tractografía, entre otras, e incluso todas ellas combinadas con la valoración electrofisiológica. Así, el cirujano y el radioterapeuta reciben más información sobre las estructuras de riesgo y pueden actuar con mayor precisión sobre el tumor. "El objetivo es que a partir de un proceso matemático que integre distintas pruebas se obtenga una sola imagen multimodal que refleje las zonas del tumor atendiendo a sus niveles de riesgo de crecimiento y a las probabilidades de respuesta a determinados tratamientos, por ejemplo", ha explicado Álvarez-Linera, para quien esta opción podría ser realidad antes de lo que parece: "Dependerá del impulso que se le dé desde la industria; es una cuestión de desarrollo de softwares".

Otro aspecto novedoso es el de los fármacos antiangiogénicos, que se empiezan a usar en el tumor cerebral. "Actúan de forma que alteran las imágenes de RM a las que estamos acostumbrados: transforman la morfología del tumor y nos dan imágenes que requieren una interpretación específica; así ocurre en el caso de los tumores que captaban contraste para indicar que estaban activos: con los tratamientos antiangiogénicos desaparece el realce. Hay que aprender nuevos criterios para seguir a los tumores tratados con esos fármacos. Es importante emplear no sólo técnicas estructurales, sino también la espectroscopia, la RM difusión y la perfusión, así como la PET, con todos los ligandos".

Los gliomas son los tumores que más reto suponen para el neurorradiólogo, por su intrincada morfología y forma de crecimiento. Por eso se ha insistido en la importancia de recurrir a la RM difusión, la perfusión, espectroscopia, tactografía y PET. En cuanto al control postratamiento de estos tumores, Álvarez-Linera ha destacado que es clave analizar con mucho cuidado los cambios que se producen, como los que se observan en el realce por contraste. Ha aludido a los conceptos de la pseudoprogresión y la pseudorrespuesta: "Tratamos de hallar criterios para identificar cuándo progresa el tumor y cuándo no. La mejor manera de saber si una pseudoprogresión es de verdad una progresión consiste en aplicar técnicas como la espectroscopia y la RM difusión".