El seguimiento individual tras el cáncer es esencial
Supervivientes de cáncer, pacientes y familiares coinciden en un estudio en la importancia de contar con un seguimiento estandarizado, unidades de atención específicas y apoyo psicológico, social y laboral.
Isabel Gallardo Ponce | 07/07/2011 00:00
Emilio Alba, Emilia Arrighi, Josep María Borras y Diego Villalón.
Disponer de un plan de seguimiento estandarizado, individual, multidisciplinar y de una coordinación más ajustada entre profesionales y niveles de asistencia, además de unidades de atención específicas, y de contar con la figura del psicooncológo, son algunas de las conclusiones obtenidas en el estudio Después del cáncer. Experiencias y necesidades de personas que han superado la enfermedad y sus familiares, realizado por la Fundación Josep Laporte en colaboración con Roche Farma. El trabajo ha tratado de determinar las necesidades de los pacientes oncológico que finalizan con éxito el tratamiento -se estima que en España hay aproximadamente 1.500.000 supervivientes- para ayudar al paciente en la nueva etapa.
* Una vez finalizado el tratamiento oncológico, el paciente se siente desorientado y solo, por lo que es básico procurarle un apoyo psicológico y social
'La supervivencia y la calidad de vida de los pacientes oncológicos ha mejorado mucho. Sin embargo, esto hace que emerja otro problema, ya que cuando finaliza el tratamiento médico, el paciente y sus familiares se sienten desenganchados del sistema de salud. En el sistema deberíamos individualizar el seguimiento y dar respuesta a las necesidades de los pacientes', ha dicho Josep María Borrás, coordinador científico de la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud.
Entre las conclusiones, destaca la necesidad de recibir atención psicológica y emocional, ya que, según Diego Villalón , delegado de la Asociación Española de Afectados por Linfomas, Mielomas y Leucemias en Cantabria, 'el paciente y sus familiares necesitan un soporte psicológico, ya que las secuelas físicas no sólo afectan a la calidad de vida, sino que recuerdan la existencia de la enfermedad -y con ella, el miedo al a recaída- en una dinámica familiar que ha cambiado durante la patología. Después de la enfermedad pueden darse estados de depresión, ansiedad y desorientación' que producen en el paciente sentimientos de culpa y soledad.
La reincorporación a la vida social y laboral puede presentar complicaciones, 'en ocasiones por secuelas del tratamiento. Por eso se ha identificado la importancia de facilitar la flexibilidad de horarios y realizar una incorporación paulatina. Además de procurar que no afecte a la carrera profesional', tanto de pacientes jóvenes como de mediana edad a los que se prejubila, ha afirmado Emilia Arrighi, responsable de Investigación de la Universidad de los Pacientes. Por otro lado, el estudio destaca la labor de asociaciones de afectados y voluntarios en el apoyo a los pacientes, así como la implantación de programas de formación destinados a los afectados para la promoción de hábitos de vida saludables.
Plan Integral
Según Emilio Alba, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), es esencial 'no medicalizar a este colectivo, ya que la mayoría de los pacientes vuelven a su vida habitual, pero hay otros a los que sí hay que prestar más atención. Esta asistencia no es sólo hacer una analítica cada cierto tiempo, sino identificar los problemas de salud específicos y abordarlos de forma prospectiva y estructurada'. En esta línea, SEOM está elaborando un Plan Integral para la asistencia al Largo Superviviente de Cáncer, en la que trabajará conjuntamente con la Estrategia en Cáncer del SNS 'para identificar esos problemas de salud físicos y psicológicos y ver desde el punto de vista multidisciplinar cuál debe ser la tarea de cada profesional'.
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