Cuatro nuevos fármacos avanzan hacia la cronificación del cáncer de próstata
(22/02/2012) - E.P.
Tras una década y media de estancamiento en la investigación existen ya las herramientas que en combinación permitirán extender el pronóstico de supervivencia el tiempo suficiente para hacer de este cáncer una enfermedad crónica en el paciente y no de la que fallezca
Según David Crawford, investigador del University of Colorado Cancer Center y jefe de Urología Oncológica del University of Colorado Hospital, no se trata sólo de quimioterapia. Los fármacos tienen diferentes e innovadoras vías de acción: uno es un agente protector del hueso, otro un agente hormonal más efectivo, el tercer tratamiento consistiría en un radiofármaco y el último es la primera inmunoterapia probada en cáncer, explica.
El primer fármaco es denosumab que, según Crawford, tiene tres usos en la protección ósea de los pacientes con cáncer de próstata. Puede prevenir las fracturas de hueso en pacientes con metástasis ósea y la osteoporosis en pacientes cuyo calcio se ha reducido como efecto secundario de la terapia hormonal, señala.
Asimismo, aunque está pendiente de aprobación por parte de las autoridades del medicamento de Estados Unidos (FDA), se ha demostrado que pospone la aparición de metástasis de hueso una media de cuatro meses en pacientes cuyos repuntes en las puntuaciones PSA predicen la posibilidad de que el hueso comience a ser afectado.
El segundo es alpharadin, un medicamento perteneciente a una nueva y esperanzadora clase de radiofarmacos, fármacos que permiten al médico suministrar la radiación de forma precisa sobre el tumor. En el caso de alpharadin, emite partículas alfa más que beta, lo que permite dirigirse con más precisión al tumor con metástasis en los huesos con menos daños colaterales alrededor de la médula espinal.
En tercer lugar está prostvac, el primer fármaco de 'inmunoterapia' para el tratamiento del cáncer. Este medicamento actúa como una vacuna, que prepara al sistema inmune para reconocer y después luchar contra las células de cáncer de próstata. En un ensayo clínico en fase II de 125 pacientes, el fármaco amplió la supervivencia media de 16,6 a 25,1 meses.
Finalmente, está el acetato de abiraterona, que suprime completamente la capacidad del organismo de fabricar testosterona, necesaria para el crecimiento del tumor, al contrario que anteriores fármacos, que intentaban controlar de forma imperfecta la producción de testosterona.
Crawford ha destacado que estos fármacos están siendo aprobados para su uso sólo después de que las terapias más establecidas hayan fallado y espera que, en los próximos años, la ciencia pueda acelerar la llegada de estos medicamentos a los pacientes como terapias de primera línea
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