Descartan que los antirretrovirales causen problemas psiquiátricos en los niños con VIH
(10/02/2012) - E.P.
Se han descubierto tasas elevadas de problemas psiquiátricos en niños con VIH o con un miembro de su familia con VIH lo que sugería la posible influencia del estrés ambiental
Los antirretrovirales utilizados para tratar a niños con VIH parecen no generar en esta población un mayor riesgo de desarrollar problemas psiquiátricos, según han demostrado investigadores de la Stony Brook University, en Nueva York, cuyos resultados se publican en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.
Los científicos estaban preocupados por el alto porcentaje de niños con VIH que presentaban además problemas psiquiátricos y académicos. Según una de las autoras del estudio, Sharon Nachman, la pregunta que surgió era: ¿por qué tienen tantos problemas? ¿Es por el VIH, es por los antirretrovirales o es por otros factores?.
En un estudio anterior, este equipo de científicos descubrió tasas elevadas de problemas psiquiátricos similares en niños con VIH y en menores que tenían a un miembro de su familia con VIH, lo que sugería que el estrés ambiental podría jugar algún papel en esta situación.
Para desarrollar el trabajo publicado en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, el equipo de Nachman ha observado, de forma específica, a 319 niños y adolescentes entre los 6 y los 17 años de edad con VIH. Uno de cada tres presentaba por lo menos un problema psiquiátrico, como depresión o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Además, los investigadores revisaron la historia clínica de estos niños y los marcadores que indican la gravedad de su situación, como la carga viral o recuento de CD4.
El equipo no halló relación entre los antirretrovirales que los niños estaban tomando para controlar su enfermedad y los problemas psiquiátricos. Según Nachman, "no eran los antirretrovirales". No importaban qué antirretroviral estuvieran usando los niños. Eso no predijo o previno que desarrollasen una enfermedad psiquiátrica o problemas sociales o académicos, aseveró.
Al observar la gravedad de la enfermedad, medida en función de la carga viral o de con qué grado de eficacia estaba funcionando el sistema inmune, los resultados fueron variados.
Por ejemplo, los niños que iniciaron este estudio con un menor porcentaje de células CD4, tenían menos depresión severa. Sin embargo, los menores con elevados niveles de virus en sangre al entrar en el estudio, presentaban más problemas de depresión severa.
No obstante, la gravedad de la enfermedad pareció jugar un papel clave en lo que respecta a capacidades cognitivas centrales, como la función ejecutiva. Descubrieron que los niños que presentaban una enfermedad más grave al iniciar el estudio obtuvieron peores resultados en los test ligados a la función ejecutiva, como recordar una secuencia de números.
"Parece que, si uno ha tenido una carga viral alta a corta edad o un bajo porcentaje de CD4, sufre un impacto en el cerebro" en lo que respecta a la función ejecutiva, explica Nachman.
Este estudio no prueba la existencia de una relación causa y efecto, pero la autora indica que sí sugiere que la infección con VIH podría afectar el cerebro.
En la actualidad, algunos médicos debaten si se debe tratar o no a un niño con VIH si el estado de su enfermedad es menos grave, señala Nachman, quien ha advertido de que, sin embargo, los test sobre el sistema inmune o niveles del virus en sangre podrían no revelar el panorama general de un paciente.
Los científicos estaban preocupados por el alto porcentaje de niños con VIH que presentaban además problemas psiquiátricos y académicos. Según una de las autoras del estudio, Sharon Nachman, la pregunta que surgió era: ¿por qué tienen tantos problemas? ¿Es por el VIH, es por los antirretrovirales o es por otros factores?.
En un estudio anterior, este equipo de científicos descubrió tasas elevadas de problemas psiquiátricos similares en niños con VIH y en menores que tenían a un miembro de su familia con VIH, lo que sugería que el estrés ambiental podría jugar algún papel en esta situación.
Para desarrollar el trabajo publicado en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, el equipo de Nachman ha observado, de forma específica, a 319 niños y adolescentes entre los 6 y los 17 años de edad con VIH. Uno de cada tres presentaba por lo menos un problema psiquiátrico, como depresión o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Además, los investigadores revisaron la historia clínica de estos niños y los marcadores que indican la gravedad de su situación, como la carga viral o recuento de CD4.
El equipo no halló relación entre los antirretrovirales que los niños estaban tomando para controlar su enfermedad y los problemas psiquiátricos. Según Nachman, "no eran los antirretrovirales". No importaban qué antirretroviral estuvieran usando los niños. Eso no predijo o previno que desarrollasen una enfermedad psiquiátrica o problemas sociales o académicos, aseveró.
Al observar la gravedad de la enfermedad, medida en función de la carga viral o de con qué grado de eficacia estaba funcionando el sistema inmune, los resultados fueron variados.
Por ejemplo, los niños que iniciaron este estudio con un menor porcentaje de células CD4, tenían menos depresión severa. Sin embargo, los menores con elevados niveles de virus en sangre al entrar en el estudio, presentaban más problemas de depresión severa.
No obstante, la gravedad de la enfermedad pareció jugar un papel clave en lo que respecta a capacidades cognitivas centrales, como la función ejecutiva. Descubrieron que los niños que presentaban una enfermedad más grave al iniciar el estudio obtuvieron peores resultados en los test ligados a la función ejecutiva, como recordar una secuencia de números.
"Parece que, si uno ha tenido una carga viral alta a corta edad o un bajo porcentaje de CD4, sufre un impacto en el cerebro" en lo que respecta a la función ejecutiva, explica Nachman.
Este estudio no prueba la existencia de una relación causa y efecto, pero la autora indica que sí sugiere que la infección con VIH podría afectar el cerebro.
En la actualidad, algunos médicos debaten si se debe tratar o no a un niño con VIH si el estado de su enfermedad es menos grave, señala Nachman, quien ha advertido de que, sin embargo, los test sobre el sistema inmune o niveles del virus en sangre podrían no revelar el panorama general de un paciente.
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