El cannabis se afianza como factor de riesgo de psicosis

El curso de actualización de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria ha prestado especial atención al papel de los pediatras en la prevención del consumo de cannabis. Aunque aún existe controversia, cada vez más estudios lo relacionan con la esquizofrenia.

María Sánchez-Monge | 10/02/2012 00:00

Carlos Valdivia, Francisco Hijano y Begoña Domínguez. (Lenda)

La asociación entre el consumo de cannabis y la aparición de psicosis ha sido uno de los temas tratados en el IX Curso de Actualización en Pediatría de Atención Primaria, organizado por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) del 9 al 11 de febrero. "El cannabis se ha considerado durante mucho tiempo una droga blanda y por eso se ha extendido su consumo", según ha señalado Francisco Hijano, coordinador de las jornadas.

Según la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias (Estudes), en 2010 el 3 por ciento de los adolescentes de 14 a 18 años confirmaba un consumo diario de cannabis y el 17 por ciento en el último mes. Aunque estas cifras son inferiores a las de 2004 y, por lo tanto, se aprecia una tendencia descendente, Hijano ha hecho hincapié en la necesidad de llevar a cabo iniciativas preventivas y terapéuticas ante el aumento de las evidencias de problemas psiquiátricos graves asociados al consumo habitual.

Estudios publicados
El encargado de exponer los últimos conocimientos sobre esta cuestión ha sido Francisco Arias Horcajadas, de la Unidad de Psiquiatría de la Fundación Hospital de Alcorcón, de Madrid, quien ha reconocido que existe cierta controversia sobre los riesgos psicosociales de esta droga. "Se dispone de una serie de estudios de cohortes que apoyan la idea del consumo de cannabis como inductor de síntomas psicóticos y como factor precipitante de esquizofrenia", ha explicado.

Es probable que la asociación entre cannabis y esquizofrenia no sea específica. Hay datos que apoyan la relación con otros trastornos mentales

El trabajo pionero, publicado en The Lancet en 1987, se basó en la entrevista a 45.570 soldados, a los que se les preguntó sobre su consumo de cannabis. Tras un seguimiento de 15 años, se observó un riesgo relativo (RR) de 2,4 de ingreso hospitalario por esquizofrenia en aquéllos que eran consumidores, cifra que se elevaba a 6 en el grupo de altos consumidores. Cuando se calculó el RR ajustado por otros factores de confusión, se redujo a 2,3. Según Arias, "el estudio fue criticado por no ajustar por la presencia de otros consumos o por la personalidad previa", entre otras cuestiones.

Esa misma cohorte fue reevaluada a los 27 años y los autores tuvieron en cuenta las críticas de su trabajo previo. Llegaron a la conclusión de que el consumo de cannabis es un factor de riesgo independiente para la esquizofrenia.

Otro de los estudios realizados detectó que el consumo más precoz de la droga se asocia con el mayor riesgo de síntomas psicóticos. Los autores del estudio Nemesis apreciaron que tenía más efecto el consumo basal que el reciente y concluyeron que el cannabis incrementa el riesgo de psicosis y empeora el pronóstico. Otros análisis han documentado que el riesgo es mayor cuando existe una predisposición a la psicosis.

Relación dosis-respuesta
Arias ha concluido que "existe asociación entre consumo de cannabis y esquizofrenia, aunque la fuerza de la asociación es leve o moderada". Asimismo, se aprecia "una secuencia temporal que va de consumo de cannabis a psicosis, aunque no está bien controlada la existencia de síntomas prodrómicos dada la dificultad de valorarlos". También hay una "relación dosis-respuesta evidente y temporal" y "existe una plausibilidad biológica". En todo caso, el pediatra ha aclarado que "posiblemente, la asociación no es específica entre consumo de cannabis y psicosis. Cada vez se dispone de más datos que apoyan una relación del consumo de cannabis con otros trastornos mentales".

La presidenta de la AEPap, Begoña Domínguez, ha subrayado la necesidad de que los pediatras de atención primaria colaboren con las autoridades sanitarias en la prevención del consumo de drogas. "Como asociación estamos colaborando con el Plan Nacional sobre Drogas en todo tipo de actividades", ha indicado. En este sentido, el vicepresidente de la asociación, Carlos Valdivia, ha añadido que los pediatras tienen que "salir de las consultas, acercarse a las escuelas, a la comunidad. Esto no es fácil por la sobrecarga asistencial".

MANEJO ADECUADO DE LA FIEBRE Y LA TOS

El curso de actualización de la AEPap ha dedicado un espacio al tratamiento de la fiebre y la tos. Tal y como ha señalado Francisco Hijano, los pediatras deben transmitir a los padres que "no son enfermedades, sino respuestas del organismo para hacer frente a las infecciones y eliminar las secreciones". También se ha puesto de manifiesto la necesidad de regular de forma adecuada el uso de anticatarrales. "En algunos países se ha restringido su utilización en menores de dos años", ha comentado Hijano. En cambio, en España las recomendaciones son variables. En su opinión, es preciso que en nuestro país se dicten "recomendaciones más homogéneas" en este terreno.Otro de los temas tratados ha sido la enuresis, que se calcula que afecta a uno de cada cinco niños a partir de los cinco años. Según Hijano, el tratamiento de este problema debe tener en cuenta, además de una adecuada detección y diferenciación de otras patologías, las repercusiones sociales y emocionales que conlleva.En la mesa dedicada al maltrato se ha indicado que tiene una incidencia del 15 por ciento en menores de 15 años, lo que representa uno de cada seis niños en nuestro país. El más frecuente es la negligencia o abandono. El seminario ha revisado, entre otros aspectos, los signos de sospecha a los que se debe prestar atención.

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