LA REDUCCIÓN DE LA CARGA VIRAL DEL VIRUS B CON ENTECAVIR SE MANTIENE
El control de la hepatitis B tiene que ser similar al de la C
El aumento de la hepatitis B es un problema que preocupa a la OMS y por eso ha puesto en marcha un programa que tiene como objetivo igualar el manejo de los pacientes con hepatitis B al de los que sufren infección por el virus C. La información es necesaria en este proceso.
Clara Simón Vázquez. Taipei | 22/02/2012 00:00
El hígado es un reservorio que puede mantener el virus de la hepatitis B durante más de 30 años, por eso es necesario establecer medidas eficaces de control. Stephen Locarnini, director del Laboratorio de Referencia para Hepatitis B de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y director del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Universidad Victoria, en Australia, ha explicado a Diario Médico que el objetivo del programa de la OMS es poner en el mismo nivel la hepatitis B y C, puesto que hay una gran diferencia en cuanto al manejo de estas dos infecciones.
Locarnini ha participado en la XXII Conferencia de la Asociación Asia Pacífico para el Estudio del Hígado, que se ha celebrado en Taipei (Taiwán), y ha recordado que la hepatitis B es una infección tratable, pero no curable, mientras que en la C se están alcanzando tasas de curación cada vez más altas, "cifras que por ahora superan el 50 por ciento".
La industria farmacéutica está trabajando en diferentes formas."Estamos en un momento de revolución para el tratamiento de la hepatitis C, porque están surgiendo nuevas moléculas que se encuentran en fases II y III de ensayo clínico, de las que sabremos algo en menos de tres años. En un par de años veremos qué se aprobará".
En tres años
También hay tratamientos para la hepatitis B que están pendientes de aprobación y "de los que tendremos resultados en los próximos tres años". Locarnini ha comentado que los tratamientos para la hepatitis B son más fáciles y tienen menos efectos adversos, pero no curan la infección, "son tratamientos a largo plazo".
Sin embargo, los de la hepatitis C tienen más efectos adversos, son más tóxicos y la tasa de curación es del 50 por ciento. El virólogo ha puntualizado que los problemas asociados a los tratamientos de la hepatitis C hacen difícil el cumplimiento terapéutico, lo que empuja a que muchos pacientes lo dejen. También ha indicado que la tasa de coinfección de los dos virus es alta: "En los casos en que aparezca coinfección se trata el virus más agresivo, que suele ser el C".
Flujos migratorios
El aumento de la infección por hepatitis B en los países occidentales se debe a los flujos migratorios. Locarnini ha indicado que uno de los grandes problemas que tienen los inmigrantes asiáticos para reconocer la infección es la estigmatización que conlleva padecerla, "por lo que es difícil que tengan un conocimiento real de la enfermedad. Las familias tampoco entienden su situación y el problema se agrava con la falta de información".
Por este motivo, el especialista de la OMS recomienda que se deben hacer cribados en varios grupos de población, entre los que ha destacado los inmigrantes que vienen de Asia, países del Este y de África.
Un aspecto importante que no se debe descuidar es la educación, "puesto que es necesaria para que exista un mayor conocimiento de la enfermedad, al igual que ocurre con las pautas de educación sexual. Si se sabe de lo que se está hablando, se puede manejar mejor el problema. El miedo es el peor enemigo para el manejo de esta enfermedad".
El hepatólogo también se ha referido a un estudio chino con un seguimiento de ocho años en pacientes con hepatitis B sin tratamiento previo (naive), en el que se ha constatado que la respuesta con entecavir se mantiene a largo plazo. Según los datos a largo plazo que se han presentado en la reunión, la probabilidad de conseguir una respuesta con entecavir no depende del grado de enfermedad.
El análisis de los datos de los estudios Be-Low y Lampertico, patrocinados por BMS y presentados en dicha Conferencia, sostiene que la respuesta virológica aumenta en el tiempo, que no se han descrito efectos adversos significativos que hagan cambiar las dosis y que tampoco se ha detectado toxicidad, sobre todo renal.
Locarnini ha participado en la XXII Conferencia de la Asociación Asia Pacífico para el Estudio del Hígado, que se ha celebrado en Taipei (Taiwán), y ha recordado que la hepatitis B es una infección tratable, pero no curable, mientras que en la C se están alcanzando tasas de curación cada vez más altas, "cifras que por ahora superan el 50 por ciento".
La industria farmacéutica está trabajando en diferentes formas."Estamos en un momento de revolución para el tratamiento de la hepatitis C, porque están surgiendo nuevas moléculas que se encuentran en fases II y III de ensayo clínico, de las que sabremos algo en menos de tres años. En un par de años veremos qué se aprobará".
En tres años
También hay tratamientos para la hepatitis B que están pendientes de aprobación y "de los que tendremos resultados en los próximos tres años". Locarnini ha comentado que los tratamientos para la hepatitis B son más fáciles y tienen menos efectos adversos, pero no curan la infección, "son tratamientos a largo plazo".
Sin embargo, los de la hepatitis C tienen más efectos adversos, son más tóxicos y la tasa de curación es del 50 por ciento. El virólogo ha puntualizado que los problemas asociados a los tratamientos de la hepatitis C hacen difícil el cumplimiento terapéutico, lo que empuja a que muchos pacientes lo dejen. También ha indicado que la tasa de coinfección de los dos virus es alta: "En los casos en que aparezca coinfección se trata el virus más agresivo, que suele ser el C".
Flujos migratorios
El aumento de la infección por hepatitis B en los países occidentales se debe a los flujos migratorios. Locarnini ha indicado que uno de los grandes problemas que tienen los inmigrantes asiáticos para reconocer la infección es la estigmatización que conlleva padecerla, "por lo que es difícil que tengan un conocimiento real de la enfermedad. Las familias tampoco entienden su situación y el problema se agrava con la falta de información".
Por este motivo, el especialista de la OMS recomienda que se deben hacer cribados en varios grupos de población, entre los que ha destacado los inmigrantes que vienen de Asia, países del Este y de África.
Un aspecto importante que no se debe descuidar es la educación, "puesto que es necesaria para que exista un mayor conocimiento de la enfermedad, al igual que ocurre con las pautas de educación sexual. Si se sabe de lo que se está hablando, se puede manejar mejor el problema. El miedo es el peor enemigo para el manejo de esta enfermedad".
RESULTAD0S CON ENTECAVIR
Harry Janssen, de la Unidad Hepática del Centro Médico de la Universidad de Erasmus, en Holanda, ha comentado en la Conferencia para el Estudio del Hígado los datos del estudio Virgil, llevado a cabo en diez centros europeos sobre más de 362 pacientes tratados con entecavir, desarrollado por Bristol-Myers Squibb (BMS) y comercializado con el nombre de Baraclude. A los cuatro años de tratamiento se consigue mantener un nivel viral bajo, con la consiguiente reducción de la carga viral. "Estos resultados se traducen en menos cirrosis y menos cáncer hepático", ha dicho Janssen.El hepatólogo también se ha referido a un estudio chino con un seguimiento de ocho años en pacientes con hepatitis B sin tratamiento previo (naive), en el que se ha constatado que la respuesta con entecavir se mantiene a largo plazo. Según los datos a largo plazo que se han presentado en la reunión, la probabilidad de conseguir una respuesta con entecavir no depende del grado de enfermedad.
El análisis de los datos de los estudios Be-Low y Lampertico, patrocinados por BMS y presentados en dicha Conferencia, sostiene que la respuesta virológica aumenta en el tiempo, que no se han descrito efectos adversos significativos que hagan cambiar las dosis y que tampoco se ha detectado toxicidad, sobre todo renal.
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