El soporte en radioterapia eleva el índice de curaciones

Los tratamientos de soporte, encargados de atender las necesidades físicas y psíquicas del paciente durante la radioterapia, elevan el índice de resoluciones tumorales. Prevenir los efectos adversos crea un clima de mayor adherencia terapéutica y, por tanto, de éxito.

Raquel Serrano | 23/02/2012 00:00

Alejandro de la Torre y Ana Mañas han coordinado el curso sobre tratamientos de soporte. (DM)

Los tratamientos de soporte en oncología radioterápica son un área en continuo progreso técnico y farmacológico. Por una parte, mejoran la efectividad del tratamiento y de su toxicidad y, por otra, ajustan la dosis de radiación a las dianas tumorales, consiguiendo su disminución en los órganos sanos y, por tanto, capaces de expresar toxicidad frente a las radiaciones", según Alejandro de la Torre, jefe de Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda, que junto con Ana Mañas, jefe de Oncología Radioterápica de La Paz, ambos en Madrid, coordinan el V Curso de Tratamiento de Soporte en Oncología Radioterápica, que hoy concluye en el Hospital Puerta de Hierro.

Está científicamente demostrado que aplicar una tecnología avanzada consigue más curaciones con menores índices de toxicidad

Según Mañas, está comprobado que el desarrollo de cuidados de soporte mejora la calidad de vida e incrementa los índices de curación del paciente oncológico. "Este tipo de cuidados continuados favorece el éxito del tratamiento hasta el punto de que si se interrumpen una semana, en un tumor de cabeza y cuello, por ejemplo, se consigue un 10 por ciento de control local de la enfermedad. Disminuye la eficacia y el índice de respuestas terapéuticas".
Curar cuidando
Los profesionales que han participado en este encuentro -oncólogos radioterapeutas, oncólogos médicos, especialistas de unidades de dolor, de asistencia primaria, psicología, enfermería y técnicos-, directamente relacionados con el manejo diario de pacientes con cáncer, se han movido en torno a un claro mensaje: "Hay que curar cuidando. Cuidar, prevenir efectos secundarios y atender todas las necesidades que se pueden presentar a lo largo del tratamiento es indispensable en radioterapia", ha recalcado Mañas. La implicación de todos los profesionales ofrece una mayor tolerancia y fidelización a los tratamientos, lo que paralelamente minimiza la toxicidad terapéutica y los efectos secundarios.

Algunos de los síntomas dolorosos inherentes a los tratamientos con radioterapia disponen de nuevos fármacos de acción rápida

De la Torre también ha puesto de manifiesto que, "gracias al avance tecnológico -como nuevas técnicas de intensidad modulada y guiada por la imagen, entre otras-, han podido disminuirse los márgenes de toxicidad inherente a los tratamientos".
Los avances y evidencias científicas más destacadas, según Mañas, han quedado reflejados en el Top twenty sobre investigación en la mejora de la curación del cáncer que lleva a cabo la Sociedad Americana de Oncología. Así, el pasado año, entre las doce primeras apuestas se situaba la tecnología en radioterapia. "La tecnología avanzada es un tratamiento esencial porque es capaz de curar más y de dañar menos, ya que podemos administrar dosis tumorales más elevadas, protegiendo el tejido sano".

Actualmente se pueden prevenir los efectos secundarios anticipándose a las secuelas que se van a producir: dolor, caquexia, mucositis

Nuevas incorporaciones
De la misma forma, destaca la incorporación de nuevos productos farmacológicos, como los que alivian el dolor irruptivo, "un dolor frecuente durante el tratamiento con radioterapia que puede limitar la consecución en tiempo de estas terapias", ha indica De la Torre. Actualmente, los opioides de acción rápida son capaces de actuar en menos de cinco minutos, con dos horas de actividad, y sin posteriores efectos secundarios. "Existe un dolor predecible que puede prevenirse, como en fracturas o en lesiones de cabeza y cuello, que pueden controlarse en los momentos más lacerantes".

ASISTENCIA INTEGRAL

Los tratamientos de soporte, que han demostrado elevar la calidad de vida del paciente en tratamiento, aluden a aspectos psicosociales, abordaje del dolor, cuidado de la piel y de las mucosas, y la nutrición. "Se sabe, por ejemplo, que a pacientes con tumores de cabeza y cuello la radioterapia les va a producir dolor y alteraciones de la nutrición a medida que avanza el tratamiento. El objetivo es que no pierdan peso y no tengan dolor para que la terapia se tolere y, por tanto, se complete", según ha explicado a DM Ana Mañas. Estos cuidados se aplican de forma rutinaria y se contemplan desde las vertientes preventiva y terapéutica desde los servicios de oncología radioterápica. Por ejemplo, puede tratarse previamente el estado de la piel, así como el estado nutricional mediante productos que contienen nutrientes en pequeños volúmenes que permiten al paciente obtener todos los beneficios sin que se produzca distensión abdominal y sin que el paciente pierda peso. "Actualmente, también nos podemos adelantar a los efectos secundarios que producen los tratamientos, como caquexia, mucositis, epitelitis o dolor, y tratarlos de forma preventiva".