jueves, 2 de febrero de 2012

¡Guau, una terapia efectiva! - DiarioMedico.com

mejorar habilidades con tratamiento asistido

¡Guau, una terapia efectiva!

Un grupo de pacientes diagnosticados de esquizofrenia que participan en el Proyecto Idefix, implantado en el Complejo Hospitalario San Luis de Palencia, de las Hermanas Hospitalarias, mejoran sus habilidades sociales gracias a la terapia asistida por perros. Además, el centro promueve otras iniciativas como la arteterapia, donde los pacientes ejercitan su lóbulo temporal para que los sentimientos y las emociones producidos por la actividad artística reduzcan el nivel de ansiedad. La congregación plantea trasladar estas iniciativas al resto de sus centros.
Julia Gutiérez. Palencia   |  02/02/2012 00:00

Julita, una paciente ingresada en el centro
Julita, una paciente ingresada en el centro, juega con los animales, una dinámica que potencia los vínculos afectivos con ellos. (Julia Gutiérrez)
 
 
Diagnosticada de esquizofrenia y sin familia, con sólo 18 años, Julita llegó a uno de los centros de las Hermanas Hospitalarias. Han pasado más de 50 años desde entonces, y durante todo ese tiempo han sido muchas las terapias que ha recibido. Con la edad remitieron signos de su enfermedad, tales como delirios, alucinaciones y agresividad, aunque se mantenían presentes síntomas como una fuerte apatía hacia todo lo que la rodeaba. Desmotivada, vagaba de un lado a otro del pasillo en el Complejo Hospitalario San Luis de Palencia, en el que reside ahora.
 
Sin embargo, desde hace unos meses se ha transformado su actitud. "Ha cambiado mi vida", dice sonriendo Julita, mientras acaricia a uno de los galgos que la rodean. En abril se incorporó a un grupo formado por una decena de pacientes del centro -todos ellos con esquizofrenia- para participar en el Proyecto Idefix, de terapia asistida por animales desde la perspectiva del cuidado.
  • Los enfermos de esquizofrenia acuden a la zona donde están los perros y se reparten las tareas de limpieza, cepillado, alimentación y atenciones generales
Este trabajo comienza a las 10 de la mañana. Desde esa hora los enfermos acuden a la zona donde están los perros y se reparten las tareas de limpieza, cepillado, alimentación, y atenciones generales. Incluido el tiempo de juego para los animales, en el que se potencian los vínculos afectivos entre ellos y sus cuidadores, que según comentan, "quisieran estar todo el día" dedicándose a estas labores.

Si bien existen más hospitales en España que llevan a cabo terapias con perros u otros animales domésticos, Idefix se distingue de otros porque son los propios pacientes los que se responsabilizan por completo de su cuidado. Con ello se consigue que aumenten sus niveles de independencia y de autonomía, explica a DM el director de Enfermería de San Luis, Emilio Negro.

"Usamos experiencias de aprendizaje individuales que impacten directa y afectivamente sobre la persona", detalla Carlos Martín, director médico del Centro. En concreto, este Complejo de las Hermanas Hospitalarias utiliza la terapia asistida por animales (TAA) como instrumento para que los pacientes se puedan insertar en la comunidad, desarrollar habilidades personales, elevar su autoestima, facilitar la afectividad, investigar nuevas terapias y expresar las emociones.

El perfil de los residentes que intervienen en la TAA es el de un hombre o mujer solteros, con una edad de 45 años, nivel de estudios primarios, incapacitado legalmente, pensionista, ingresado en el centro desde hace 10 años. En cuanto a su diagnóstico, presenta DSM IV de esquizofrenia/discapacidad intelectual, con una prevalencia de un manejo inefectivo del régimen terapéutico, déficit de actividades recreativas, incumplimiento del tratamiento, deterioro de nutrición por exceso o disposición para mejorar el sueño.
Aunque todavía es pronto, dado que ni siquiera ha pasado un año desde que arrancó el Proyecto Idefix, ya se han observado resultados positivos. Se han notado grandes avances en el autocontrol de la ansiedad y en la mejora de la autoestima, así como en las habilidades de interacción social.
  • La Unidad La Rosa incentiva la producción artística de los pacientes, fomentando la creatividad como una forma de modificar la conducta
También ha crecido la motivación de los pacientes, que muestran una mejor predisposición a desarrollar un plan de acción, a iniciar conductas dirigidas hacia objetivos, a expresar su creencia en sus propias capacidades o en su intención de actuar o a finalizar las tareas que comienzan. Lo más destacable es que aceptan las responsabilidades de las acciones, criterio en el que duplican los valores respecto a su estado antes de la terapia.

Por último, la escala de valores refleja que se sienten más satisfechos y más relajados con actividades de ocio, disfrutando y demostrando mayor creatividad.


Arteterapia

En el universo de este centro caben muchos mundos. Otro es el que habitan nueve pacientes que conviven en la Unidad La Rosa, jóvenes menores de 20 años que responden a patrones de autismo, de agresividad y de gravísimos trastornos psicóticos y del control de los impulsos.

Negro refiere que "suelen llegar con una combinación de síntomas psiquiátricos asociados a su discapacidad intelectual, lo que les genera graves problemas de conducta que les impiden realizar una adaptación social adecuada". En este campo, La Rosa es un referente prácticamente nacional. Según Negro, el valor de la terapia creativa está en que es "modificadora de la conducta y reduce los niveles de ansiedad. A ello se añade un gran aliciente, ya que el resultado es un elemento motivador". La terapia produce efectos sobre el lóbulo temporal del cerebro que hace que los sentimientos y las emociones positivas se fomentan, reduciendo el nivel de ansiedad. Por eso, desde La Rosa se propone el fomento de la creatividad como una forma de potenciar las capacidades cognitivas superiores, la memoria, las habilidades psicomotrices, videoespaciales, perceptivas y constructivas, y las habilidades sociales, entre otras.

"Estamos exportando este modelo a otros centros de la congregación con la misma filosofía, que supone crear unidades de media estancia con carácter rehabilitador y que sean capaces de reconducir una serie de alteraciones muy graves de la conducta que no permiten una vida normalizada a esa persona con discapacidad intelectual, bien sea en su domicilio o en un medio residencial" señala Negro. De esta forma, "se va logrando una mayor socialización para que puedan volver al medio del que proceden".
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