INICIATIVA | Válida en países en desarrollo
Limpiar el cordón umbilical es una medida sencilla contra la mortalidad infantil
La mayoría de los partos en países pobres se realizan fuera del hospital. | El Mundo
No es lo mismo dar a luz en Holanda que en Paquistán. Quizás sea una obviedad, pero las recomendaciones que realiza la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre cómo debe ser la atención a la parturienta y a su recién nacido son las mismas en todos los países, independientemente de su nivel de ingresos. Un ejemplo es el cuidado del cordón umbilical que, según este organismo, debe mantenerse limpio y seco hasta su caída. Las cifras de mortalidad neonatal, 3,3 millones de fallecimientos cada año de los que el 99% se producen en países pobres, y los datos de dos estudios que publica 'The Lancet' apuntan a que ya va siendo hora de cambiar este consejo. Limpiar el cordón con un antiséptico barato, la clorhexidina, podría salvar muchas vidas, según estas investigaciones.
Muchos niños, quizás en torno a unos 60 millones cada año (según señalan algunos estudios), nacen fuera del hospital. El mayor riesgo de infección (superior al 70% de los casos) se da en aquellos países en donde se producen la mayoría de los partos en los hogares, habitualmente atendidos en malas condiciones. Y las infecciones son responsables de la mitad de las muertes neonatales que se producen. Por este motivo, y porque los vasos del cordón umbilical están expuestos durante los primeros días después del nacimiento, son ellos la principal vía de entrada de los patógenos que merman la salud del bebé. De ahí la importancia de mejorar los cuidados para evitar que las bacterias colonicen el cordón.
La clorhexidina es un antiséptico que se viene utilizando con frecuencia en los hospitales desde hace 30 años. Su perfil de seguridad es amplio y es una medida simple y barata. Sin embargo, no existen estudios sobre su eficacia en ambientes no hospitalarios y de bajos recursos. Además, la OMS aconseja sólo su uso cuando existe un riesgo alto de infección por lo que su empleo rutinario no está estandarizado en todo el mundo.
Esto es precisamente lo que han perseguido los autores de los dos trabajos que publica 'The Lancet'. Evidencias sobre la seguridad y eficacia de la clorhexidina para prevenir la infección del cordón umbilical. Uno de los estudios se llevó a cabo en 133 poblados de Bangladesh en donde se produjeron 29.760 nacimientos. Los bebés fueron asignados de forma aleatoria a recibir limpieza del cordón umbilical con clorhexidina lo más pronto posible sólo una vez tras el parto, a prolongar estos cuidados durante siete días o al cuidado estándar consistente en mantener seco el cordón.
La otra investigación se realizó en él área rural de la provincia de Sindh, en Paquistán, con 9.741 bebés. A todos se les aplicó el antiséptico en las primeras horas tras el nacimiento y luego fueron asignados a diferentes grupos. En uno se recomendó a los cuidadores que repitieran la aplicación diariamente durante dos semanas. En el segundo, el consejo que se dio es que se lavaran las manos con agua y jabón antes de coger al bebé. Al tercero se le dijo simplemente que mantuvieran seco el cordón.
Lo que los dos grupos observaron fue que la limpieza del cordón con clorhexidina redujo el número de infecciones y la mortalidad neonatal, en uno de ellos se registró hasta un 38% menos de muertes con esta medida. Lo que no ha quedado suficientemente claro es cuál es la mejor opción, si sólo una aplicación tras el nacimiento o varias durante un par de semanas.
En un editorial, David Osrin y Zelee Elizabeth Hill, del Instituto de Salud Global de Londres, explican que, a pesar del elevado número de muertes neonatales en los países en desarrollo, existen pocas evidencias sobre cómo debe ser el cuidado del cordón umbilical, y las que hay se corresponden a estudios realizados en países desarrollados. Por eso destacan la importancia de estos dos trabajos y de otro similar realizado en Nepal y con similares, aunque más espectaculares, resultados. "Si la necesidad es clara, las posibilidades atractivas y el riesgo bajo, ¿cuánta evidencia es necesaria antes de que actuemos con estos convincentes resultados?", insisten estos expertos.
Muchos niños, quizás en torno a unos 60 millones cada año (según señalan algunos estudios), nacen fuera del hospital. El mayor riesgo de infección (superior al 70% de los casos) se da en aquellos países en donde se producen la mayoría de los partos en los hogares, habitualmente atendidos en malas condiciones. Y las infecciones son responsables de la mitad de las muertes neonatales que se producen. Por este motivo, y porque los vasos del cordón umbilical están expuestos durante los primeros días después del nacimiento, son ellos la principal vía de entrada de los patógenos que merman la salud del bebé. De ahí la importancia de mejorar los cuidados para evitar que las bacterias colonicen el cordón.
La clorhexidina es un antiséptico que se viene utilizando con frecuencia en los hospitales desde hace 30 años. Su perfil de seguridad es amplio y es una medida simple y barata. Sin embargo, no existen estudios sobre su eficacia en ambientes no hospitalarios y de bajos recursos. Además, la OMS aconseja sólo su uso cuando existe un riesgo alto de infección por lo que su empleo rutinario no está estandarizado en todo el mundo.
Esto es precisamente lo que han perseguido los autores de los dos trabajos que publica 'The Lancet'. Evidencias sobre la seguridad y eficacia de la clorhexidina para prevenir la infección del cordón umbilical. Uno de los estudios se llevó a cabo en 133 poblados de Bangladesh en donde se produjeron 29.760 nacimientos. Los bebés fueron asignados de forma aleatoria a recibir limpieza del cordón umbilical con clorhexidina lo más pronto posible sólo una vez tras el parto, a prolongar estos cuidados durante siete días o al cuidado estándar consistente en mantener seco el cordón.
La otra investigación se realizó en él área rural de la provincia de Sindh, en Paquistán, con 9.741 bebés. A todos se les aplicó el antiséptico en las primeras horas tras el nacimiento y luego fueron asignados a diferentes grupos. En uno se recomendó a los cuidadores que repitieran la aplicación diariamente durante dos semanas. En el segundo, el consejo que se dio es que se lavaran las manos con agua y jabón antes de coger al bebé. Al tercero se le dijo simplemente que mantuvieran seco el cordón.
Lo que los dos grupos observaron fue que la limpieza del cordón con clorhexidina redujo el número de infecciones y la mortalidad neonatal, en uno de ellos se registró hasta un 38% menos de muertes con esta medida. Lo que no ha quedado suficientemente claro es cuál es la mejor opción, si sólo una aplicación tras el nacimiento o varias durante un par de semanas.
En un editorial, David Osrin y Zelee Elizabeth Hill, del Instituto de Salud Global de Londres, explican que, a pesar del elevado número de muertes neonatales en los países en desarrollo, existen pocas evidencias sobre cómo debe ser el cuidado del cordón umbilical, y las que hay se corresponden a estudios realizados en países desarrollados. Por eso destacan la importancia de estos dos trabajos y de otro similar realizado en Nepal y con similares, aunque más espectaculares, resultados. "Si la necesidad es clara, las posibilidades atractivas y el riesgo bajo, ¿cuánta evidencia es necesaria antes de que actuemos con estos convincentes resultados?", insisten estos expertos.
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