PROMUEVE LA COLONIZACIÓN DE PATÓGENOS
Los cambios en la microbiota por antibióticos favorecen otras infecciones
La microbiota cambia tras el tratamiento con antibióticos. Un estudio coordinado por Carles Úbeda, del área de Genómica y Salud del Centro Superior de Investigación en Salud Pública, de Valencia, pone de manifiesto cómo esos cambios intestinales elevan el riesgo de infección por microorganismos oportunistas.
Enrique Mezquita. Valencia | 08/02/2012 00:00
Las infecciones de la sangre producidas por bacterias resistentes a antibióticos, como el enterococo resistente a vancomicina, constituyen un problema creciente que frecuentemente requiere intervención médica. En el caso concreto de las infecciones por dicha bacteria, comienzan generalmente con la colonización del epitelio intestinal. Aunque en condiciones normales la microbiota del tracto intestinal impediría esa colonización, la realidad es que su alteración tras la administración de antibióticos facilita la colonización intestinal por bacterias resistentes a estos fármacos. A pesar del impacto y el riesgo de este fenómeno, se conoce muy poco acerca de cómo la composición de la microbiota cambia tras el tratamiento con antibióticos y de qué manera estos cambios aumentan el riesgo de infección. En este contexto, un estudio realizado en modelo animal ha revelado que las alteraciones producidas por los antibióticos son muy potentes y, en algunos casos, persisten incluso después de su administración.
Según ha explicado a Diario Médico Carles Úbeda, que ha llevado a cabo esta investigación en el laboratorio de Eric Pamer en el Sloan Kettering Institute, de Nueva York, "el objetivo del estudio era, utilizando el ratón como modelo y una nueva técnica de secuenciación masiva del gen 16s rARN, analizar los efectos del tratamiento con antibióticos en la composición de la microbiota intestinal y la infección por EVR".
Úbeda, que se ha incorporado al área de Genómica y Salud del Centro Superior de Investigación en Salud Pública (CSISP), de Valencia, para comenzar su propio grupo de investigación, ha explicado que "durante una semana han tratado a ratones con distintos antibióticos utilizados habitualmente en la clínica (ampicilina y vancomicina)".
Posteriormente, "algunos de ellos fueron sacrificados y el contenido de sus intestinos grueso y delgado se empleó para analizar su microbiota. En cambio, a otro grupo de ratones, tras finalizar el tratamiento con antibióticos, se le dejó que se recuperaran durante dos semanas (vancomicina) y dos u ocho semanas (ampicilina) antes de analizar su microbiota intestinal".
Para el análisis de la microbiota intestinal, según ha añadido el experto, "extrajimos el ADN bacteriano, amplificamos el gen 16s rARN mediante la técnica de PCR y secuenciamos el producto obtenido por la técnica de secuenciación masiva. De esta manera obtuvimos miles de secuencias que, tras ser analizadas mediante programas bioinformáticos, nos aportaron la información necesaria para conocer el tipo de bacterias que componen la microbiota".
Muestras
Los resultados mostraron que "tanto la ampicilina como la vancomicina producían cambios en la microbiota que perduraban tras el tratamiento. Entre las alteraciones más significativas observamos una reducción de dos componentes predominantes de la microbiota: género Lactobacillus y phylum Bacteroidetes".
Por otro lado, a fin de estudiar cómo afectaban estos cambios al enterococo resistente a vancomicina en la capacidad de colonizar el intestino, "infectamos ratones que fueron tratados previamente con ampicilina. Mientras que en ratones no tratados la bacteria fue eliminada del intestino en una o dos semanas, en los ratones que recibieron ampicilina alcanzó niveles muy altos en el intestino. Con ampicilina, el enterococo resistente a vancomicina constituyó casi el 100 por cien de la microbiota".
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