martes, 7 de febrero de 2012

Los test genéticos permitirán tratar de forma más adecuada el lupus - DiarioMedico.com

BENEFICIOS CLÍNICOS con UN NUEVO ANTICUERPO

Los test genéticos permitirán tratar de forma más adecuada el lupus

Los avances más importantes en el campo del lupus eritematoso sistémico se han producido en el tratamiento, con la aparición de nuevos fármacos, y en el diagnóstico, con el mayor conocimiento en el campo de la genética, según ha explicado Anne Davidson, del Instituto de Investigación Médica Feinstein, en Manhasset, Estados Unidos.
Clara Simón Vázquez   |  06/02/2012 00:00

Anne Davidson, del Instituto de Investigación Médica Feinstein, en Manhasset.
Anne Davidson, del Instituto de Investigación Médica Feinstein, en Manhasset. (DM)
Los avances más importantes que se han producido en la investigación del lupus eritematoso sistémico (LES) se centran en el desarrollo de nuevos fármacos. En Estados Unidos "la FDA ha aprobado belimumab, un anticuerpo monoclonal desarrollado por Human Genome Sciences. No obstante, las autoridades sanitarias europeas aún no lo han aprobado, quizás porque los beneficios conseguidos no son lo suficientemente amplios como para justificar el precio que tiene, más aún en tiempos de crisis", ha explicado a Diario Médico Anne Davidson, del Instituto de Investigación Médica Feinstein, en Manhasset, Estados Unidos, que ha participado en una reunión sobre enfermedades autoinmunes, organizada por el grupo Nature y la Fundación Ramón Areces, en Madrid, y que se ha celebrado en la sede de esta fundación.

Esperanzas

Davidson reconoce que este fármaco ha enseñado que hay esperanzas en el desarrollo de nuevos fármacos que funcionen en estos pacientes. "Debido a la dificultad de conseguir terapias efectivas, teniendo en cuenta la experiencia de los últimos cinco años, es llamativo que hayamos logrado algún beneficio con el nuevo fármaco".
  • Se dispone de más datos que ayudan a entender la genética del lupus y esto repercutirá en conocer mejor el curso de la enfermedad
Se trata de un anticuerpo que se dirige a las células inmunitarias, aunque no se conocen por completo los mecanismos subyacentes. "Se deberá utilizar en combinación con tratamientosprevios que tenga el paciente, que depende de sus necesidades". Lo que está claro es que el fármaco permitirá bajar la dosis de otros, como antiinflamatorios y corticoides, que, como se sabe, son tratamientos a muy largo plazo que no están exentos de efectos adversos.

Según Davidson, otro de los aspectos en los que se ha avanzado en los últimos años es el genético. "Tenemos más datos que nos ayudan a entender la genética del lupus y esto tiene una repercusión en saber cómo será el curso de la enfermedad, puesto que ya disponemos de datos de cómo responden los anticuerpos en estas enfermedades, lo que nos ayuda a tratarlas de forma más segura".
  • El anticuerpo belimumab permitirá bajar la dosis de otros fármacos prescritos previamente, como antiinflamatorios y corticoides
No obstante, el traslado de todos estos conocimientos a la clínica es una tarea complicada, "ya que acabamos de empezar. Pienso que la primera aplicación puede ser el test para determinar si alguien podrá tener efectos secundarios sobre un tratamiento con azatioprina. Ahora podemos ver si el paciente metaboliza el fármaco. Si no lo puede metabolizar de forma correcta, no se le prescribe, porque tiene algún efecto adverso ya descrito" .

Davidson ha recordado que "tenemos que hacer nuevos trabajos con el objetivo de determinar las posibilidades de que un individuo con lupus desarrolle la forma grave de la enfermedad. Contamos con test genéticos que nos permitirán hacerlo, pero nos encontramos en fases precoces".

Los avances genéticos también han ayudado a conocer genes con una alta asociación con el lupus, pero no tendrán aplicaciones clínicas para los miembros de una misma familia. "Sabemos que hay anticuerpos que pueden hacer que un individuo sea más propenso, por lo que es posible hacer cribados familiares".


Nuevos trabajos

Davidson se ha referido a un ensayo clínico con pacientes con lupus que se ha puesto en marcha en su centro. "Les seguiremos durante un amplio periodo de tiempo con test sanguíneos para ver si podemos conocer quién desarrollará la enfermedad y entonces podremos diseñar estudios encaminados a la prevención. Pero aún queda tiempo para que la información esté disponible".

Anne Davidson se muestra optimista con los avances conseguidos frente al lupus eritematoso sistémico, porque cree que los trabajos que hay en marcha darán sus frutos. "El área de la inflamación será importante en sujetos con LES, porque podremos proteger del daño asociado a dicho proceso a ciertos órganos diana. Se trata de una nueva área de descubrimiento". 

LA VACUNA PARA LA DIABETES TIPO 1 CADA VEZ ESTÁ MÁS CERCA


Mark Peakman, del King's College, de Londres, ha explicado que existen algunos estudios genéticos que permiten situar a las personas con familiares afectados de diabetes tipo 1 en una escala de riesgo. Además, este riesgo es mucho más claro si presentan síntomas de autoinmunidad, es decir, la existencia de autoanticuerpos en un análisis genético. Hay cuatro autoanticuerpos de este tipo y cuantos más estén presentes, mayor es el riesgo. Con dos o más se puede predecir que se desarrollará diabetes en los próximos diez años con un 50 por ciento de certeza, mientras que si hay presentes tres o más, las probabilidades de desarrollar esta patología ascienden al 80 por ciento.

Peakman, que también ha participado en la reunión sobre enfermedades autoinmunes de Nature y la Fundación Ramón Areces, de Madrid, se ha referido a sus trabajos sobre una vacuna para la diabetes tipo 1. "Mientras que las vacunas tradicionales potencian la inmunidad para responder frente a un virus o una basteria, nuestra vacuna controlará esta inmunidad, suprimiéndola cuando sea necesario".

También ha comentado que hasta el momento nadie se ha curado de la diabetes sin insulina, aunque algunos pacientes han experimentado claras mejorías y periodos de tiempo de una gran remisión. Sin embargo, "creo que en una par de décadas podremos esperar una cura. Dicho tratamiento dependerá del tipo de dependencia que tenga un paciente concreto a la insulina. Hay algunos que necesitan recibir insulina porque su organismo no es capaz de fabricarla, mientras que otros pueden producir una pequeña cantidad, que es suficiente para poder tratarse sin esa dependencia".
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