COOPERACIÓN
Observar la enfermedad tropical en el Amazonas
Comité Ipiranga es una ONG de origen
español fundada en Extremadura en 1985. Desde 1992 su fundadora, Tony
López, se ha dedicado al trabajo de campo en la región amazónica de
Brasil hasta crear una intrincada red de profesionales sanitarios,
chamanes y agentes de salud que trabajan en colaboración con las
autoridades sanitarias del país. Gracias a los programas de prevención, a
la investigación y al trabajo en equipo, la prevalencia y virulencia de
las patologías endémicas de la población ribereña del Río Purús va
mejorando.
Isabel Gallardo Ponce
| 23/02/2012 00:00
Paciente con hanseníasis, que sufre una úlcera de la enfermedad en el pie. (DM)
Filariasis, enfermedad de Jorge Lobo, hepatitis negra, pénfigo foliaceo, hanseniasis y malaria son algunas de las enfermedades endémicas más importantes frente a las que el Comité Ipiranga, fundado en 1985 en España por la especialista en Medicina Tropical Tony López, lucha desde 1992 en la zona brasileña del río Purús, en la región Amazonia del estado Amazonas, a siete días en barco de Manaus, la capital.
Aunque en sus inicios la organización apoyaba desde España los proyectos de cooperación en enfermedades tropicales, en 1992 López la exportó a Brasil, donde comenzó el trabajo de campo. "La asociación siempre tuvo un objetivo: trabajar en las enfermedades tropicales y en la capacitación para su atención en los lugares donde son endémicas".
- La población ribereña considera que la hanseníasis es una maldición que inevitablemente tiene que afectar a algún miembro de la familia
El control endémico de las patologías se realiza recorriendo las comunidades cada seis meses a bordo del barco. "Se hacen exámenes de control de las patologías, se trabaja con los agentes de salud, se estudia la historia clínica, y qué pacientes requieren intervenciones quirúrgicas", que realizarán especialistas enviados a la zona para la ocasión. Con un trabajo en equipo, que incluye a agentes de salud, profesionales sanitarios, gubernamentales y chamanes, se consigue poner en marcha los programas preventivos y de detección precoz para controlar la aparición de síntomas de hanseniasis y Jorge Lobo. Además han realizado programas de potabilización del agua.
La colaboración con los chamanes ha sido fundamental para el entendimiento con las comunidades y para tratar patologías en las que ellos conseguían eficacia, como es el caso de parasitosis, picaduras o dolores inflamatorios, y para aprender las preparaciones. "Hemos dejado que aplicaran su Medicina y la hemos utilizado. Algunas de las terapias las hemos adaptado a la forma farmacéutica y hemos estudiado las reacciones iatrogénicas a la fitoterapia".
El equipo tiene también el reto de educar a la población para desestigmatizar las patologías, como la hanseniasis, considerada como una maldición que inevitablemente afecta a la población, para conseguir que cumplan con el tratamiento cuya duración de 24 meses les libra de la patología. "Sobre todo con el trabajo de los agentes de salud se garantiza el trabajo preventivo de salud pública, que es lo que más nos interesa. En los últimos diez años no hemos registrado mutilaciones".
- La enfermedad de Lobo es muy poco conocida. Todos los pacientes han sufrido numerosos casos de malaria, hepatitis, incluso la negra, y hanseníasis
Además de la publicación de un Atlas de Dermatología Tropical de la Región Amazónica Brasileña, el equipo ha puesto en marcha un Observatorio de Enfermedades Tropicales Desatendidas en el que, amén de otras investigaciones y vigilancia de brotes y calendario de vacunaciones, se está realizando desde hace dos años un proyecto para censar a los afectados por Lobo y para alcanzar un tratamiento que si bien de momento no es curativo sí palía los síntomas.
"Casi no hay información sobre la enfermedad, de carácter no sistémica, originada por un microorganismo y muy circunscrita a este área. Son pacientes que trabajan en el caucho y que refieren haber sentido un pinchazo que les produce heridas abiertas. Con el paso del tiempo evolucionan a un eritema nodoso por todo el cuerpo". Son comunes en los pabellones aurículares y, en orden de frecuencia, en miembros inferiores, superiores y otras localizaciones.
Recabar la información y realizar el censo ha sido complicado porque al cambiar el aspecto físico del paciente, muchos huyen de sus comunidades hacia la selva. "Estamos trabajando en una terapéutica basada en un cocktail de líquidos antisépticos -la patología provoca un olor muy desagradable-, unida a complejos vitamínicos para mejorar el sistema inmunológico, en combinación con antifúngicos". El tratamiento parece reducir el olor y clarear el eritema. Se desaconseja la cirugía, ya que las lesiones reaparecen con más virulencia.
Casi todos los pacientes han sufrido varios casos de malaria, hepatitis -en muchos casos la negra- y hanseniasis. "Son personas debilitadas inmunológicamente, lo que podría explicar la virulencia que causa el hongo. Conocer la terapéutica de una patología como ésta en una población aislada nos puede orientar para descubrir síntomas de diversas patologías", erradicar otras, reducir la prevalencia o realizar descubrimientos respecto a métodos científicos.
En este sentido, López ha afirmado que la Medicina Tropical no puede relegarse a ámbitos sociales minoritarios, sino que "estas patologías hay que considerarlas como a otras, para que cuenten con los recursos necesarios". Muchas de estas afecciones están llegando a Europa, por lo que la coordinación de equipos internacionales que trabajen en su erradicación es esencial para el tratamiento y el diagnóstico precoz para asegurar una práctica ética y profesional.
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