Preocupación por la comida adolescente
Nuggets de pollo, la dieta de una jóven de 17 años
Llevo un par de semanas dándole vueltas a una de mis noticias favoritas en lo que va de año. Hablo de la chica de 17 años que ha sobrevivido los últimos 15 comiendo casi exclusivamente nuggets de pollo. Este monstruo de la naturaleza atiende al nombre de Stacey Irvine, vive en Birmingham y ha saltado a la fama de dos días en Reino Unido tras sufrir un colapso multiorgánico e ingresar en un hospital anémica perdida y con las venas de la lengua a punto de reventar.
Con su proverbial arte para tratar las historias insólitas, los tabloides británicos me han proporcionado todos los detalles que necesitaba para saciar mi morbo. El menú diario de Stacey incluía nuggets de McDonald’s (sus favoritos), de KFC o de supermercado, equilibrados con alguna tostada en el desayuno y ocasionales bolsas de patatas fritas. “Me gustaban tanto que era lo único que podía comer”, ha declarado la joven toxicómana a los diarios, para los que se ha fotografiado ingiriendo alegremente su droga. La madre, Evonne, asegura que se le rompía el corazón “viéndole comer esos malditos nuggets” y se excusa insistiendo en que sus otros dos hijos comen normal.
Lo siento, querida Evonne, pero alguna responsabilidad tendrás en el asunto. Una buena madre no se pasa 15 años tan pancha viendo a su hija alimentarse de desechos de pollo triturados, rebozados y fritos –eso son los nuggets de las cadenas de comida rápida– hasta que le da un jamacuco. Y a no ser que en Birmingham los happy meals caigan del cielo cual maná, digo yo que alguien se los compraría.
Miley Cyrus se hizo fotos simulando comer un gran pene de chocolate que decoraba una tarta de cumpleaños
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