RESULTADOS DE UN ESTUDIO ESPAÑOL
Sangre oculta en heces, similar a colonoscopia al revelar CCR
La revista NEJM publica hoy un
estudio multicéntrico español sobre el cribado en cáncer de colon
(CCR), que revela una mayor participación con el test inmunoquímico
fecal (FIT) que con colonoscopia, y que ambas fórmulas detectan el
cáncer en un número similar de sujetos.
Redacción
| 23/02/2012 00:00
El objetivo del trabajo es comparar dos estrategias de
cribado del cáncer colorrectal en población general: la colonoscopia y
el test imunoquímico fecal (FIT, en siglas inglesas) bienal; hoy, The New England Journal of Medicine
publica las primeras conclusiones (los sujetos se reclutaron para el
cribado en 2009 y la primera ronda terminó en junio de 2011), pero el
trabajo continuará hasta completar diez años de seguimiento, en 2021,
para determinar el impacto de ambas estrategias en la mortalidad por el
cáncer.
Entre las principales conclusiones destaca que la tasa de participación en el programa de cribado no invasivo, el FIT, fue mayor que con la colonoscopia (34,2 y 24,6 por ciento, respectivamente) y que ambos métodos identificaron un número similar de individuos con cáncer colorrectal; no obstante, la prueba de sangre oculta en heces resultó menos eficaz a la hora de detectar adenomas.
En el grupo de la colonoscopia, el número de sujetos que necesitan ser cribados para hallar un cáncer colorrectal fueron 191, y 281 en el grupo del FIT; en cuanto al número necesario para detectar una neoplasia avanzada fueron de 10 y 36, respectivamente. Sin embargo, el número de individuos que necesitan someterse a una colonoscopia para hallar un cáncer fue 191 en el grupo de la colonoscopia y 18 en el grupo del FIT. Y para hallar una neoplasia avanzada se necesitó realizar la colonoscopia a 19 y 2 sujetos, en cada uno de los grupos.
Sobre la superioridad manifiesta de la colonoscopia en la detección de lesiones premalignas, los autores comentan que si bien en principio constituye una ventaja para reducir no ya la mortalidad sino la incidencia de la enfermedad, ese efecto se ve atenuado, por un lado, por la baja adherencia al cribado mediante colonoscopia con respecto al FIT, y por otro, porque el test no invasivo, al repetirse cada dos años, acabaría detectando las lesiones; además, la mayoría de estas lesiones son adenomas de bajo riesgo, cuya progresión al cáncer es menor que la de los adenomas avanzados, según confirman las guías clínicas europeas. Así, la baja detección de lesión premaligna se volvería en realidad una ventaja para la FIT, al reducir las colonoscopias, con sus costes y complicaciones asociados.
(N Engl J Med 2012; 366: 697-705).
Entre las principales conclusiones destaca que la tasa de participación en el programa de cribado no invasivo, el FIT, fue mayor que con la colonoscopia (34,2 y 24,6 por ciento, respectivamente) y que ambos métodos identificaron un número similar de individuos con cáncer colorrectal; no obstante, la prueba de sangre oculta en heces resultó menos eficaz a la hora de detectar adenomas.
- El número de individuos que necesitaron someterse a una colonoscopia para hallar un CCR fue de 191 en la colonoscopia y 18 en el FIT
En el grupo de la colonoscopia, el número de sujetos que necesitan ser cribados para hallar un cáncer colorrectal fueron 191, y 281 en el grupo del FIT; en cuanto al número necesario para detectar una neoplasia avanzada fueron de 10 y 36, respectivamente. Sin embargo, el número de individuos que necesitan someterse a una colonoscopia para hallar un cáncer fue 191 en el grupo de la colonoscopia y 18 en el grupo del FIT. Y para hallar una neoplasia avanzada se necesitó realizar la colonoscopia a 19 y 2 sujetos, en cada uno de los grupos.
Sobre la superioridad manifiesta de la colonoscopia en la detección de lesiones premalignas, los autores comentan que si bien en principio constituye una ventaja para reducir no ya la mortalidad sino la incidencia de la enfermedad, ese efecto se ve atenuado, por un lado, por la baja adherencia al cribado mediante colonoscopia con respecto al FIT, y por otro, porque el test no invasivo, al repetirse cada dos años, acabaría detectando las lesiones; además, la mayoría de estas lesiones son adenomas de bajo riesgo, cuya progresión al cáncer es menor que la de los adenomas avanzados, según confirman las guías clínicas europeas. Así, la baja detección de lesión premaligna se volvería en realidad una ventaja para la FIT, al reducir las colonoscopias, con sus costes y complicaciones asociados.
(N Engl J Med 2012; 366: 697-705).
No hay comentarios:
Publicar un comentario