Estimular la irisina podría ser útil en el control de la obesidad

La irisina, una hormona que se libera con el ejercicio, es capaz de transformar la grasa blanca en parda. El grupo de Francesc Villarroya, del Ciberobn, publica un análisis en Cell Metabolism donde apunta las líneas de investigación que se están llevando a cabo en este campo.

Redacción | 19/04/2012 00:00

GRupo del Ciberobn liderado por Francesc Villarroya

En primer término, Octavi Viñas, Marta Giralt y Francesc Villarroya; detrás, Elayne Hondares, Julieta Díaz-Delfín, Teresa Mampel y Roser Iglesias; en la tercera fila, Joan Villarroya, Rubén Cereijo, Isis Navarro y Anna Planavilla, y en la última, Aleix Gavaldá, José María Gallego, Albert Giralt y Frances Ribas. (DM)

El grupo del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (Ciberobn) dirigido por Francesc Villarroya, de la Universidad de Barcelona, aporta nuevas pistas sobre el papel de la grasa parda en la lucha contra la obesidad. Un trabajo sobre la hormona irisina, que se activa con la práctica de ejercicio físico y consigue convertir el tejido adiposo blanco en marrón, ha merecido el editorial del último número de Cell Metabolism.

Hasta el momento se sabía que con el deporte los músculos producían gran cantidad de PGC1-7, lo que los hacía mucho más resistentes. Pero, además, los ratones que presentaban grandes niveles de esa molécula estaban más delgados que los demás y vivían más tiempo. Se demostró que la PGC1-7 aumentaba la cantidad de irisina, que se libera fuera del músculo y que llega a través de la sangre a las células de grasa blanca contribuyendo a que se conviertan en parda.

Los estudios realizados por el equipo de Villarroya, apoyados por otras investigaciones europeas, apuntan a que la grasa parda puede detectarse exponiendo a las personas al frío, reduciendo su temperatura corporal y permitiendo así activarla y quemar calorías mucho más rápidamente que la grasa regular.

Líneas futuras
Tras haberse constatado que la grasa parda se encuentra metabólicamente activa en el organismo, los investigadores del Ciberobn centran ahora sus avances en la posibilidad de estimular farmacológicamente o mediante nutrientes la actividad de la llamada grasa buena o adelgazante, "para conseguir que los pacientes obesos puedan eliminar su exceso de tejido adiposo blanco, pudiendo adelgazar con mayor facilidad y con menos carga de ejercicio físico", ha indicado Villarroya.

Los avances científicos en materia de grasa parda y su comportamiento en nuestro sistema endocrino suponen para Francesc Villarroya "un área del metabolismo que está eclosionando y que podría, a corto y medio plazo, constituir un verdadero aliado en la batalla contra el sobrepeso, la obesidad y otras enfermedades relacionadas como la diabetes tipo 2 o patologías cardiovasculares".

Se trata pues de una línea de trabajo que ha cobrado fuerza.
(Cell Metabolism 2012;15: 277-278).