Los cambios meteorológicos condicionan levemente el dolor de los pacientes con artrosis de cadera
14/02/2014 - E.P.
Solamente se afectaban cuando los niveles de humedad y la presión atmosférica eran más altos
Científicos del Centro Médico de la Universidad Erasmus de Rotterdam, en Holanda, han descubierto que en las personas con artrosis de cadera el dolor puede cambiar en función de las condiciones meteorológicas, pero de forma leve, según los resultados de un estudio de dos años de seguimiento publicado en la revista 'Pain'.
En concreto, vieron que el dolor de los participantes en su estudio era un poco peor y las articulaciones estaban un poco más rígidas cuando los niveles de humedad y presión atmosférica eran más altos.
"Esto es algo que los pacientes comentan todo el tiempo", ha reconocido Patience White, vicepresidente de Políticas de Salud Pública de la Arthritis Foundation, que recuerda que a menudo los pacientes admiten ser sensibles a los cambios meteorológicos, sin llegar a "provocar un dolor más severo".
En este caso, se utilizó un estudio previo para analizar los niveles de dolor y movilidad de un grupo de 222 pacientes con artrosis de cadera y luego midieron los registros meteorológicos para ver si había alguna relación entre ambos factores.
En concreto, los pacientes incluidos en el estudio completaron cuestionarios cada tres meses durante dos años, y se utilizó una escala de autoevaluación del dolor y de la funcionalidad de sus articulaciones de 0 a 100, en la que cero indica que no hay ningún tipo de dolor.
Asimismo, los informes meteorológicos del mismo periodo incluían datos de temperatura media, velocidad del viento, horas de sol, lluvia, humedad y la presión atmosférica.
La puntuación media que los pacientes a su dolor fue de 23,1 y la puntuación de la función de sus articulaciones fue del 35,1, con una ligera mejoría a lo largo de todo el seguimiento (alrededor de 2 puntos en cada caso).
Pero cuando los investigadores compararon las condiciones climáticas con estas puntuaciones, descubrieron que el dolor empeoró en 1 punto por cada aumento del 10 por ciento de la humedad, y la función de las articulaciones se agravaba igualmente un punto por cada 10 hectopascales de aumento de la presión atmosférica.
Para que el cambio pueda ser considerado "clínicamente relevante" la puntuación debería ser al menos diez puntos mayor, ha reconocido Desirée Dorleijn, autora del estudio.
No obstante, el hecho de que los resultados no sean significativos desde el punto de vista estadístico no significa que tampoco lo sean para los pacientes.
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