lunes, 3 de febrero de 2014

Perder peso antes del embarazo previene obesidad del futuro hijo - DiarioMedico.com

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NUTRICIÓN Y CRECIMIENTO

Perder peso antes del embarazo previene obesidad del futuro hijo

Una dieta hipocalórica por parte de la mujer antes de la gestación ayuda. La malnutrición de la gestante eleva el riesgo de bajo peso al nacer.
Karla Islas Pieck. Barcelona | karla.islas@diariomedico.com   |  03/02/2014 00:00

La mujeres jóvenes que tengan un índice de masa corporal (IMC) superior a 25 puntos y que estén planeando tener un hijo deberían plantearse realizar una dieta hipocalórica de choque durante unas semanas antes de concebir, para perder unos kilos de forma rápida y después mantener una alimentación equilibrada y realizar actividad física moderada para no recuperar el peso. Según Ferdinand Haschke, presidente del Instituto Nestlé de Nutrición, esta medida podría contribuir a evitar que la madre transfiera a su hijo el riesgo de desarrollar obesidad durante su vida.
En un simposio satélite realizado durante la II Conferencia Internacional sobre Nutrición y Crecimiento que se ha celebrado en Barcelona, Haschke ha hecho un repaso de las últimas novedades sobre los factores de riesgo de la malnutrición materna, así como de sus consecuencias en el crecimiento infantil.
Según los últimos estudios en este campo, los recién nacidos cuyas madres tienen sobrepeso u obesidad presentan un mayor peso al nacer. Los hijos de mujeres con un IMC mayor de 25 puntos tienen el doble de probabilidades de ser obesos y, en el caso de los nacidos de aquéllas que superan los 30 puntos de IMC, el riesgo es cuatro veces más alto.
  • En España la mayoría de los embarazos son planificados, lo que representa una oportunidad para conseguir que las mujeres pierdan peso antes de concebir
Haschke ha indicado a Diario Médico que actualmente en España la mayoría de los embarazos son planificados, lo que brinda la posibilidad de tomar medidas preventivas desde atención primaria para promover que estas mujeres bajen de peso antes de quedarse embarazadas y de esta forma contribuir a evitar que el riesgo de obesidad salte de una generación a otra.
Los factores responsables de esta transmisión del riesgo de obesidad son, por una parte, la sobreexposición del feto a la glucosa en el ambiente intrauterino y los más de 5.000 genes que pueden estar alterados cuando la madre es obesa. Se trata principalmente de cambios epigenéticos en proteínas que están implicadas en la regulación de la glucosa o en la respuesta inflamatoria del organismo.
Además, está ampliamente demostrado que superar el peso recomendado supone un aumento del riesgo de presentar trastornos como la diabetes, el ictus o la hipertensión arterial, lo que tiene una repercusión negativa en la calidad y la esperanza de vida.
Si la mujer con sobrepeso u obesidad consigue perder unos 4 ó 5 kilos antes de embarazarse, el riesgo de presentar diabetes gestacional se reduce a la mitad, según ha indicado Haschke. También disminuye la probabilidad de transferir las alteraciones epigenéticas que se han asociado al riesgo de obesidad.
Según un estudio citado por el experto, el seguimiento a doce años de niños que habían nacido de madres a las que se les había realizado un bypass gástrico para perder peso antes de la gestación presentaban valores menores de insulina, tensión arterial, glucosa y peso en comparación con el grupo control. Además, se encontraron diferencias en más de 5.000 genes entre los dos grupos.
  • Los hijos de madres que sufren desnutrición tienen un mayor riesgo de nacer con bajo peso para su edad gestacional, lo que dificulta su desarrollo en los primeros años
La lactancia es también una etapa importante para determinar el riesgo de obesidad del hijo. El experto ha recordado que la leche materna es el mejor alimento para el bebé y que ofrecerla de manera exclusiva ha demostrado ampliamente sus beneficios sobre la salud infantil. Se ha observado que los lactantes de madres obesas engordan más, por lo que si en algún momento se le comienza a ofrecer leche artificial es adecuado optar por una fórmula con la menor cantidad de proteína posible. "La leche de vaca tiene casi cuatro veces más proteína que la leche humana", y parece que su consumo precoz también eleva el riesgo de obesidad.
Por el otro lado, es importante considerar que más del 10 por ciento de la población femenina mundial en edad fértil sufre desnutrición, lo que también representa un factor de riesgo importante para su descendencia. Según los datos más recientes, en países de medio y bajo poder adquisitivo, entre el 30 y el 40 por ciento de los niños son de talla baja para la edad, lo que dificulta su crecimiento durante los primeros dos años de vida.
Por último, Haschke ha recordado que administrar suplementos de micronutrientes y de proteínas a las gestantes reduce en un 34 por ciento el riesgo de nacimientos de bebés pequeños para su edad gestacional.

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