jueves, 6 de febrero de 2014

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Vacunarse contra el papiloma no permite que se asuman mayores riesgos en las relaciones sexuales



06/02/2014 - E.P.

La mayoría de las participantes en el estudio creen que la vacuna contra el VPH protege contra las enfermedades de transmisión sexual

Las mujeres jóvenes que reciben la vacuna frente al virus del papiloma humano (VPH) no ven esta protección como una oportunidad o una licencia para mantener relaciones sexuales con más parejas o renunciar a los preservativos, según los resultados de un estudio publicado en la revista 'Pediatrics'.
A pesar de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan la vacunación de niños y niñas para evitar los contagios por este virus de transmisión sexual, responsable del cáncer de cérvix, antes de su aprobación había padres que veían esa vacunación con preocupación porque podía promover prácticas sexuales de riesgo.
Por ello, una vez aprobada la vacuna un equipo dirigido por la doctora Jessica Kahn, del Hospital Infantil de Cincinnati en Ohio (Estados Unidos), quiso comprobar si se había producido algún cambio en el comportamiento de las jóvenes a raíz de su vacunación.
Sin embargo, han visto que "hay tantos factores que influyen en las adolescentes a la hora de tener relaciones sexuales o no, limitar el número de parejas o usar anticonceptivos, que la vacuna juega un papel muy, muy pequeño en sus decisiones", explica esta experta.
En su estudio participaron 339 mujeres jóvenes de entre 13 y 21 años que estaban recibiendo la primera de las tres dosis que tiene la vacuna contra el VPH. La mayoría de las mujeres eran de raza negra y procedían de familias de bajos ingresos.
Los investigadores preguntaron a las participantes por la importancia que daban al sexo seguro y por su preocupación por las enfermedades de transmisión sexual. Asimismo, les preguntaron por sus hábitos sexuales dos y seis meses después de recibir la dosis.
Tras la primera dosis, la mayoría de jóvenes seguían considerando necesario usar preservativos y mantener relaciones sexuales de forma segura. En una escala de 0 a 10, donde las puntuaciones más bajas indicaban una mejor comprensión de los riesgos, los participantes obtuvieron un 1,6 de media.
Además, la mayoría de las participantes en el estudio también aseguraban que la vacuna contra el VPH protege contra las enfermedades de transmisión sexual y puntuaron con un 3,9 de media sus percepciones sobre el riesgo de estas infecciones.
"La gran mayoría de niñas seguía optando por comportamientos sexuales más seguros cuando se vacunaron", reconoce Kahn, ya que de entre las mujeres que dijeron que nunca habían tenido relaciones sexuales tras recibir la primera dosis, sólo el 20 por ciento admitieron que las habían tenido seis meses después.
Y de las que ya mantenían relaciones sexuales cuando comenzó el estudio, cerca de dos tercios dijeron seis meses que habían utilizado un preservativo en su última relación con su pareja, y sólo alrededor de un tercio reconoció haber tenido más de dos parejas sexuales desde la anterior visita.
Pese a estos datos, Kahn ha reconocido que está preocupada porque hay muchos padres que siguen dudando de la conducta sexual de sus hijas a raíz de la vacunación y, por ende, podrían disuadirlas de recibir la vacuna.
Más aun cuando las tasas de vacunación contra el VPH son relativamente bajas, ya que sólo una de cada tres niñas de entre 13 y 17 años habían recibido las tres dosis en 2012.

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