miércoles, 26 de marzo de 2014

Los virus de la gripe A comparten un 'joven antepasado' aviar - DiarioMedico.com

Los virus de la gripe A comparten un 'joven antepasado' aviar - DiarioMedico.com



AUNQUE TIENEN DISTINTOS HOSPEDADORES

Los virus de la gripe A comparten un 'joven antepasado' aviar

El ancestro de los virus pandémicos se sitúa en la segunda mitad del XIX. La expansión del ámbito doméstico al salvaje podría ser más frecuente.
Sonia Moreno. Madrid | soniamb@diariomedico.com   |  17/03/2014 00:00

En 2009 se sitúa la última 'pandemia' de gripe A.
En 2009 se sitúa la última 'pandemia' de gripe A. (CDC)
Los virus de la gripe A incluyen cepas diversas que infectan a distintos animales hospedadores, entre ellos aves, cerdos, caballos y humanos. Normalmente, las cepas de gripe A que circulan en uno de estos animales no infectan a otras especies, aunque ocasionalmente los virus logran adaptarse genéticamente y saltar de un tipo de hospedador a otro. Así ocurrió en las pandemias de 1918, 1958, 1967 y, más recientemente, en la de 2009.
La mayor diversidad de virus de la gripe A se encuentra entre las cepas que infectan a las aves -la gripe aviar-, de tal modo que se cree que todos los virus de la gripe A que circulan ahora, independientemente de en qué tipo de hospedador lo hagan, se derivan evolutivamente de un antecesor de virus de la gripe aviar.
Como el teléfono
Los estudios filogenéticos rastrean en el árbol genealógico de estas cepas en busca de ancestros comunes, para entender mejor la evolución de los patógenos. De uno de esos últimos análisis filogenéticos, publicado en Nature, se desprende que la cepa que constituiría el antepasado común más próximo a los virus actuales de la gripe no está tan lejos en el tiempo como se pensaba, sino que, en realidad, apareció hacia la segunda mitad del siglo XIX. El codirector del trabajo, Michael Worobey, de la Universidad de Arizona (Tucson), lo expresa de forma meridiana: "Demostramos que el virus aviar tiene una historia muy reciente en la mayoría de sus genes, no mucho mayor que la del teléfono". Así, mientras Graham Bell patentaba este invento en 1876, Norteamérica vivía una grave gripe equina causada por la cepa H7N7, momento en el que estos investigadores sitúan el reemplazo de las cepas gripales
Adolfo García-Sastre, profesor de Microbiología y director del Instituto de Patógenos Emergentes en la Facultad de Medicina Mount Sinai, en Nueva York, comenta a DM que "este análisis filogenético de las cepas aisladas y secuenciadas desde 1918 revela que, en contra de lo que se pensaba, los genes de los virus de la gripe equina H7N7 no se derivan de los virus que conocemos de gripe aviar, sino que comparten un antecesor con ellos, de alrededor de 1800. Sin embargo, el resto de los virus de la gripe se derivan de un ancestro de gripe aviar que se originó y circuló aproximadamente 50 años más tarde. Los datos filogenéticos sugieren que este ancestro común tuvo algún tipo de ventaja evolutiva con respecto a otros virus de gripe que circulaban en aquella época y que los reemplazó completamente, con la excepción de la línea independiente de virus equinos H7N7, que terminó por extinguirse".
Para llegar a esa conclusión, Worobey, junto al codirector del trabajo Andrew Rambaut, profesor de Biología Evolutiva en la Universidad británica de Edimburgo, ha analizado datos de más de 80.000 secuencias genéticas, que representan la diversidad global del virus de la gripe. Asimismo, partían de la premisa de que la velocidad evolutiva de estos patógenos es diferente según el tipo de hospedador. El estudio también cuestiona el concepto asumido de que las aves salvajes son el principal reservorio de la gripe aviar, de donde pasan a las aves domésticas y de ahí a otras especies, incluida la humana. En lugar de eso, la diversidad en todo el acervo genético aviar parece indicar que los virus se expanden de las aves domésticas a la salvajes, indica Worobey.
Para García-Sastre, cuyo grupo fue el primero que resucitó y caracterizó el virus que causó la pandemia de gripe de 1918, el trabajo de Worobey plantea una serie de preguntas como, por ejemplo, "¿qué tipo de ventajas evolutivas tuvo la cepa antecesora, y cómo esas características han influido en las pandemias humanas de gripe de los últimos cien años, las cuales se derivan de ella, incluyendo la devastadora pandemia de gripe del 18?" El trabajo también pone sobre el tapete la posibilidad de que la situación se repita y una nueva cepa aviar evolucione y reemplace a las cepas actuales, incluyendo las humanas. La respuesta a esas preguntas podría servir para predecir el comportamiento de estos patógenos.

Identifican 116 cepas gripales en aves salvajes

La gripe aviar llega sin previo aviso. El año pasado, la cepa H7N9 produjo un brote de contagios humanos en China; para sorpresa de los virólogos, este virus nunca se había encontrado como patógeno en el ser humano. Hasta ahora se cuentan 300 casos clínicos de infección por H7N9, con una tasa de mortalidad del 33 por ciento. Este año, además, se han documentado por primera vez casos de contagio en personas con otra cepa que infecta a aves, H10N8. Con el objetivo de estar preparados ante lo imprevisible, los científicos analizan la diversidad natural de los virus; en esa estrategia se incluye un inventario global de las cepas de gripe aviar, que acaba de publicarse en PLoS One. El trabajo se ha llevado a cabo a partir de 50 estudios publicados con datos genéticos, como parte del proyecto Usaid Predict, impulsado por la Sociedad de Conservación de la Vida Salvaje. La directora de Epidemiología, Sarah Olson, es la autora principal del trabajo.
En total, se han identificado 116 cepas de gripe aviar en aves salvajes. La cifra duplica el número de las que se han hallado en aves domésticas, y es diez veces mayor que las encontradas en humanos. El estudio también concluye que cuanto más presente está una cepa en los diferentes tipos de aves salvajes, más probabilidades tiene de aparecer en animales domésticos.

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