ESTUDIO MULTICÉNTRICO
Los virus del sida que circulan, más virulentos
Un 20 por ciento de los pacientes que se infectan ahora tienen cepas X4 trópicas del VIH, las más dañinas.
Sonia Moreno. Madrid | soniamb@diariomedico.com | 31/03/2014 00:00
Carmen de Mendoza, del Servicio de Medicina Interna en el Hospital Universitario Puerta de Hierro (Madrid). (Mauricio Skrycky)
VISTA:
Los virus del sida que circulan en los últimos años en España son más virulentos que al principio de la epidemia. Así lo muestra un estudio multicéntrico que recoge datos de 1.032 pacientes con seroconversión reciente a VIH -infección en el último año- y que se publica en AIDS. La coordinadora del trabajo, Carmen de Mendoza, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Puerta de Hierro (Madrid), ha explicado a DM que "una quinta parte de los individuos recién infectados por VIH-1 presentaban las cepas X4 trópicas del virus, las más virulentas". La proporción de pacientes con estas cepas pasó del 11 por ciento antes de 2001 a más del 23 por ciento desde 2010. "Sabemos que los virus con un tropismo X4 producen un mayor daño en el sistema inmunológico. De hecho, hemos visto en este trabajo que estar infectado con una cepa X4 se asocia a menores niveles de linfocitos T CD4+ de forma independiente a la carga viral, incluso en los primeros meses de la infección". Todo ello, a juicio de esta investigadora, refleja una evolución del virus en consonancia con el darwinismo biológico: "Predominan cada vez más en la epidemia las cepas mejor adaptadas al entorno, que son las más agresivas".
El trabajo se ha llevado a cabo con las aportaciones de una veintena de centros españoles, que desde 1997 recogen muestras de personas con seroconversión reciente al VIH; así se ha reunido esta amplia cohorte de más de mil pacientes. Además del grupo en el Hospital Puerta de Hierro, de Madrid, han participado en este estudio Estrella Caballero (Hospital Valle de Hebrón, en Barcelona), José Mª Eirós (Hospital Clínico de Valladolid), Jorge del Romero y Carmen Rodríguez (Centro Sandoval, en Madrid), Antonio Aguilera (Hospital Universitario de Santiago de Compostela), Félix Gutiérrez (Hospital de Elche) y Vicente Soriano (Hospital Carlos III, en Madrid).
El trabajo se ha llevado a cabo con las aportaciones de una veintena de centros españoles, que desde 1997 recogen muestras de personas con seroconversión reciente al VIH; así se ha reunido esta amplia cohorte de más de mil pacientes. Además del grupo en el Hospital Puerta de Hierro, de Madrid, han participado en este estudio Estrella Caballero (Hospital Valle de Hebrón, en Barcelona), José Mª Eirós (Hospital Clínico de Valladolid), Jorge del Romero y Carmen Rodríguez (Centro Sandoval, en Madrid), Antonio Aguilera (Hospital Universitario de Santiago de Compostela), Félix Gutiérrez (Hospital de Elche) y Vicente Soriano (Hospital Carlos III, en Madrid).
El estudio indica también que la tasa de transmisión de virus resistentes a los antirretrovirales permanece estable, en torno al 13 por ciento. "Eso justifica la conveniencia de continuar con los test de resistencias antes de iniciar el tratamiento antirretroviral", ha señalado De Mendoza.
Se han encontrado resistencias basales en el 6 por ciento para los inhibidores no análogos de los nucleósidos; en el 3 por ciento para los inhibidores de proteasa, y casi en el 8 por ciento para los inhibidores análogos de nucleósidos. De momento, no se han detectado resistencia a los inhibidores de la integrasa, aunque ya se han documentado casos aislados en otras cohortes europeas.
Lectura a largo plazo
Todos estos datos tienen una lectura clínica inmediata: justifican mantener los test de resistencias y además, advierten sobre la presencia relevante de un grupo de pacientes en los que no es útil administrar antagonistas del receptor CCR5. Pero también tienen una lectura a largo plazo, que atañe a la, ahora en ciernes, investigación sobre la erradicación del virus. Como reflexiona De Mendoza, "la mayoría de estrategias de erradicación que se estudian están basadas en generar células resistentes a la infección por virus R5 trópico. El paciente de Berlín, paradigma de esta línea de trabajo, se curó con el trasplante de médula ósea de un donante con la deleción CCR5-delta 32. Inducir de forma artificial que las células no expresen el correceptor CCR5 es una estrategia que no funciona en pacientes infectados por virus X4 trópicos, así que habrá que buscar otras fórmulas de erradicación que no se dirijan exclusivamente a virus R5 trópicos".
Todos estos datos tienen una lectura clínica inmediata: justifican mantener los test de resistencias y además, advierten sobre la presencia relevante de un grupo de pacientes en los que no es útil administrar antagonistas del receptor CCR5. Pero también tienen una lectura a largo plazo, que atañe a la, ahora en ciernes, investigación sobre la erradicación del virus. Como reflexiona De Mendoza, "la mayoría de estrategias de erradicación que se estudian están basadas en generar células resistentes a la infección por virus R5 trópico. El paciente de Berlín, paradigma de esta línea de trabajo, se curó con el trasplante de médula ósea de un donante con la deleción CCR5-delta 32. Inducir de forma artificial que las células no expresen el correceptor CCR5 es una estrategia que no funciona en pacientes infectados por virus X4 trópicos, así que habrá que buscar otras fórmulas de erradicación que no se dirijan exclusivamente a virus R5 trópicos".
Despertar los reservorios
Para muchos, el objetivo actual es la curación del VIH. "Si miras cómo estábamos hace veinte años y que ahora se trata con una sola pastilla diaria, ¿por qué no imaginar que en unos años podremos erradicar la infección?", opina Carmen de Mendoza. Uno de los principales escollos son los reservorios virales. "Despertar" a esos virus escondidos -para eliminarlos con estrategias como la de las células sin correceptor CCR5- podría ser más difícil de lo que se piensa, como apunta un estudio reciente en Nature Medicine, de Robert Siliciano (Johns Hopkins), en el que ninguno de los agentes empleados activó los virus latentes.
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