TECNOLOGÍA EN 3-D
Prótesis con impresoras de 3-D para pacientes de cáncer ocular
Investigadores de la Universidad de Miami desarrollan una forma más rápida y barata de crear prótesis faciales para pacientes con cáncer ocular utilizando impresoras en 3-D.
Redacción | 20/10/2014 17:14
Un grupo de investigadores de la Universidad de Miami han presentado hoy en el 118 encuentro de la Academia Americana de Oftalmología (American Academy of Ophtalmology) un nuevo proceso para crear prótesis faciales para pacientes con cáncer ocular en cuestión de horas y con un coste mucho menor que el de las prótesis tradicionales. Todo ello, a través de un escaneado topográfico del rostro del paciente y la impresión en tres dimensiones.
Las nuevas prótesis, destinadas a personas que han pasado por cirugías oculares o con deformidades congénitas, se generan gracias a la tecnología de impresión en 3-D que traduce los datos obtenidos mediante un escáner digital que analiza la parte de la cara no dañada y el lado con el defecto ocular. Así se crea una máscara de plástico coloreada con pigmentos que coinciden con el rostro y el tono de piel del paciente.
El proyecto lo dirige el profesor de oftalmología del Bascom Palmer Eye Institute de Florida, David Tse, quien ha destacado que "utilizando este proceso rápido y menos caro de impresión en 3-D" es posible crear prótesis faciales accesibles para miles de personas que no poseen los recursos necesarios para obtener una.
El doctor Tse, en colaboración con un equipo del Laboratorio de Materiales Compuestos de la Universidad de Miami, ha diseñado una prótesis con diversas ventajas respecto de la prótesis convencional. El material contiene una mezcla de nanopartículas que otorgan un refuerzo mayor y permite darle a la máscara un gran número de tonos de piel. Con el paso del tiempo, las máscaras convencionales pueden perder el color y desgastarse en los bordes, pero estas partículas protegen el material e impiden que se rompa o que cambie de color cuando está expuesto a la luz o a líquidos. Además, en caso de que sea necesario cambiar la prótesis, la reproducción es posible con solo pulsar un botón.
Landon Grace, director del laboratorio y profesor de ingeniería mecánica y aeroespacial, asegura que, una vez que el paciente ha sido escaneado, el molde ya está preparado, por lo que es posible crear una nueva prótesis en un corto espacio de tiempo. Según sus propias palabras, el laboratorio podría, en un día, tener los datos escaneados, descargarlos en Miami, imprimir la prótesis y enviársela al paciente al día siguiente.
Las prótesis faciales tradicionales pueden tener un coste de entre 10.000 y 15.000 dólares y tardan semanas en producirse, ya que requieren de un artesano que crea el molde de la cara, lo produce utilizando plástico y después añade el tono de piel o las pestañas.
Las nuevas prótesis, destinadas a personas que han pasado por cirugías oculares o con deformidades congénitas, se generan gracias a la tecnología de impresión en 3-D que traduce los datos obtenidos mediante un escáner digital que analiza la parte de la cara no dañada y el lado con el defecto ocular. Así se crea una máscara de plástico coloreada con pigmentos que coinciden con el rostro y el tono de piel del paciente.
El proyecto lo dirige el profesor de oftalmología del Bascom Palmer Eye Institute de Florida, David Tse, quien ha destacado que "utilizando este proceso rápido y menos caro de impresión en 3-D" es posible crear prótesis faciales accesibles para miles de personas que no poseen los recursos necesarios para obtener una.
El doctor Tse, en colaboración con un equipo del Laboratorio de Materiales Compuestos de la Universidad de Miami, ha diseñado una prótesis con diversas ventajas respecto de la prótesis convencional. El material contiene una mezcla de nanopartículas que otorgan un refuerzo mayor y permite darle a la máscara un gran número de tonos de piel. Con el paso del tiempo, las máscaras convencionales pueden perder el color y desgastarse en los bordes, pero estas partículas protegen el material e impiden que se rompa o que cambie de color cuando está expuesto a la luz o a líquidos. Además, en caso de que sea necesario cambiar la prótesis, la reproducción es posible con solo pulsar un botón.
Landon Grace, director del laboratorio y profesor de ingeniería mecánica y aeroespacial, asegura que, una vez que el paciente ha sido escaneado, el molde ya está preparado, por lo que es posible crear una nueva prótesis en un corto espacio de tiempo. Según sus propias palabras, el laboratorio podría, en un día, tener los datos escaneados, descargarlos en Miami, imprimir la prótesis y enviársela al paciente al día siguiente.
Las prótesis faciales tradicionales pueden tener un coste de entre 10.000 y 15.000 dólares y tardan semanas en producirse, ya que requieren de un artesano que crea el molde de la cara, lo produce utilizando plástico y después añade el tono de piel o las pestañas.
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