Las mujeres más jóvenes evalúan erróneamente su riesgo de enfermedad cardiaca
26/02/2015 - E.P.
Aunque son igualmente susceptibles de beneficiarse del avance en los tratamientos tienen menos probabilidades de ser remitidas a ellos y además suelen llegar en una etapa más tardía
La última investigación de género sobre la enfermedad cardiaca sigue mostrando diferencias entre mujeres y hombres, sin embargo, aún existen lagunas en cómo diagnosticar mejor, tratar y prevenir esta causa de muerte de las mujeres, según diversos estudios publicados en la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes, que dedica una gran parte de la edición a la investigación en las mujeres.
En uno de esos trabajos, un estudio cualitativo de 30 mujeres supervivientes de infarto inscritas en el 'Translational Research Investigating Underlying Disparities in Acute Myocardial Infarction Patients' Health Status' (TRIUMPH), los autores encontraron que las mujeres evalúan erróneamente sus riesgos personales de enfermedad cardiaca, con comportamientos escasos de prevención y retraso en la búsqueda de atención médica. Estos factores, entre otros, pueden estar contribuyendo a un riesgo elevado de las mujeres jóvenes de insuficiencia cardiaca fatal en comparación con los hombres.
"Las mujeres han sido insuficientemente representadas en general en los estudios, lo que lleva a una falta de información clave sobre si reaccionan de manera diferente a la enfermedad cardiaca, si nuestros métodos de diagnóstico funcionan igual de bien en mujeres como en hombres y si las mujeres responden de manera diferente al tratamiento", explica el editor de la revista, Harlan Krumholz, director del Centro de Investigación de Resultados y Evaluación en el Hospital Yale-New Haven, Estados Unidos.
"Si realmente queremos responder a todas las preguntas que tenemos sobre las diferencias de género, entonces necesitamos estudios que sean lo suficientemente grandes, centrados y con la intención desde el principio para aclarar cuestiones en torno a las diferencias de sexo," agrega este experto, también profesor en las escuelas de Medicina y Salud Pública de Yake, New Haven, Connecticut, Estados Unidos.
En otro estudio, los científicos vieron que los sexos tenían diferentes respuestas sociales a la terapia con diesfibrilador automático. Mientras que a los hombres les fue mejor en la salud social (la participación de las personas y la satisfacción con los roles sociales, las responsabilidades y las actividades) antes de los dispositivos, las mujeres ganaron más beneficio en los meses tras usar el desfibrilador, pero al final su salud social y la calidad de vida fue similar a la de los hombres en el largo plazo.
Por otra parte, un análisis de personas mayores con cateterismos cardíacos iniciales, las mujeres eran más jóvenes, tenían más probabilidades de ser obesas, estar deprimidas y sufrir trastorno de estrés post-traumático. Las mujeres también eran menos propensas que los hombres a tener obstruidas sus arterias.
En una revisión de la prevalencia de insuficiencia cardiaca y tratamientos, los investigadores observaron que las mujeres son igual de propensas que los hombres a sufrir insuficiencia cardiaca, pero tienen una mayor probabilidad de muerte. Aunque son igualmente susceptibles de beneficiarse de terapias avanzadas, como el trasplante cardiaco y la asistencia ventricular (LVAD), las mujeres tienen menos probabilidades de ser remitidas a estos tratamientos y si se hace, llegar en una etapa posterior.
La gran cantidad de datos disponibles con la tecnología actual pueden mejorar nuestra comprensión de las relaciones entre el género y las enfermedades cardiovasculares, según investigadores del Hospital Brigham y de Mujeres, en Estados Unidos. A su juicio, "gran número de datos" pueden ayudar en la comprensión de cómo la biología, la calidad, y el contexto interactúan entre sí para producir variaciones en la salud cardiovascular y los resultados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario