El Parkinson podría comenzar en las células endocrinas intestinales
Se ha comprobado que las células endocrinas intestinales pueden establecer comunicaciones con neuronas
E.P. | 22 - Junio - 2017 15:57 h.
Investigaciones recientes sobre la enfermedad de Parkinson se han centrado en la conexión intestino-cerebro, examinando las bacterias intestinales de los pacientes, e incluso cómo cortar el nervio vago que conecta el estómago y el cerebro podría proteger a algunas personas de la enfermedad debilitante. Pero se sabe poco acerca de qué está sucediendo en el intestino, la ingestión de toxinas ambientales o gérmenes, tal vez, que conducen al daño cerebral y las características del Parkinson, como temblores, rigidez y dificultad para caminar.
Investigadores de la Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos, han identificado un nuevo mecanismo potencial en ratones y células endocrinas humanas que pueblan el intestino delgado. En el interior de estas células se encuentra una proteína llamada alfa-sinucleína, que se sabe que se funcional mal y conduce a aglomeraciones dañinas en el cerebro en los pacientes de Parkinson, así como en personas con enfermedad de Alzheimer.
Según los hallazgos publicados este jueves en la revista 'JCI Insight', investigadores y colaboradores de la Universidad de California, San Francisco, Estados Unidos, creen que un agente en el intestino podría interferir con la alfa-sinucleína en las células endocrinas intestinales, deformando la proteína. La proteína deformada o mal plegada podría propagarse a través del sistema nervioso al cerebro como un prión, o una proteína infecciosa, de manera similar a la llamada enfermedad de las vacas locas.
"Existe una abundante evidencia de que la alfa-sinucleína se encuentra mal en los nervios del intestino antes de que aparezca en el cerebro, pero no se sabe exactamente dónde se produce este mal reparto --subraya el gastroenterólogo Rodger Liddle, autor principal del documento y profesor de Medicina en Duke--. Ésta es otra prueba que apoya la hipótesis de que el Parkinson surge en el intestino".
La alfa-sinucleína es el tema de muchas investigaciones en curso sobre el Parkinson, ya que es el principal componente de los cuerpos de Lewy, o depósitos de proteínas tóxicas que se instalan en las células cerebrales, matándolas desde el interior. Los grumos se forman cuando la alfa-sinucleína desarrolla una retorcedura en su estructura normalmente espiral, haciéndola "pegajosa", y propensa a la agregación, dice Liddle.
Tienen propiedades nerviosas
Pero, la cuestión es cómo hace una proteína para viajar a través del "tubo" más interno del intestino, donde no hay células nerviosas, hasta el sistema nervioso. Liddle y sus colegas trataron de responder a esta pregunta en un manuscrito de 2015 publicado en 'Journal of Clinical Investigation'. Aunque la principal función de las células endocrinas intestinales es regular la digestión, los investigadores de Duke descubrieron que estas células también tienen propiedades nerviosas.
En lugar de usar hormonas para comunicarse indirectamente con el sistema nervioso, estas células endocrinas intestinales se conectan físicamente a los nervios, proporcionando un camino para comunicarse con el cerebro, afirma Liddle. Los investigadores demostraron esto en un video (2015, 'Journal of Clinical Investigation') en el que una célula endocrina intestinal se coloca bajo el microscopio cerca de una neurona y en pocas horas, la célula endocrina se mueve hacia la neurona y las fibras aparecen entre ellas a medida que establecen la comunicación.
Liddle y otros científicos se sorprendieron por el video, porque las células endocrinas --que no son nervios-- se comportaban como células nerviosas, lo que sugiere que son capaces de comunicarse directamente con el sistema nervioso y el cerebro. Con el nuevo hallazgo de alfa-sinucleína en las células endocrinas, Liddle y sus colegas ahora tienen una explicación de cómo las proteínas malformadas pueden propagarse desde el interior de los intestinos al sistema nervioso, usando una célula no nerviosa que actúa como un nervio.
Liddle y sus colegas planean recoger y examinar las células endocrinas intestinales de personas con Parkinson para ver si contienen alfa-sinucleína mal doblada o anormal. Nuevas pistas sobre esta proteína podrían ayudar a los científicos a desarrollar un biomarcador que podría diagnosticar la enfermedad de Parkinson más temprano, según Liddle.
Además, otras pistas sobre alfa-sinucleína también podría ayudar a desarrollar terapias dirigidas a la proteína. Los científicos han estado investigando tratamientos que podrían prevenir que la alfa-sinucleína se malforme, pero gran parte de la investigación aún está en sus primeras etapas.
"Desafortunadamente, no hay grandes tratamientos para la enfermedad de Parkinson en este momento -lamenta Liddle--. Es concebible que por el camino podría haber formas de prevenir el mal-plegamiento de alfa-sinucleína, si se puede hacer el diagnóstico temprano".
No hay comentarios:
Publicar un comentario