El implante quirúrgico que crece con el niño
Los implantes médicos pueden salvar vidas al corregir defectos estructurales en diferentes órganos. Pero hasta ahora, su uso en niños había sido complicado porque los implantes de tamaño fijo no pueden expandirse y acompañar el crecimiento de un niño.
Para responder a esta necesidad, un equipo de investigadores, liderado por Pedro del Nido y Eric Feins, ha desarrollado un implante que es capaz de expandirse y adaptarse al crecimiento de niños. El primero de ellos se ha utilizado en un procedimiento cardíaco llamado anuloplastia de válvula, que repara las válvulas mitral y tricúspide del corazón. El avance se ha publicado en Nature Biomedical Engineering.
Actualmente, los niños que se someten a cirugías cardíacas, pueden requerir varias cirugías adicionales durante el transcurso de su infancia para reparar o reemplazar las válvulas cardíacas. El nuevo implante disminuye el número de cirugías cardiacas a las que se enfrentan los menores.
Pero más allá de la reparación cardíaca, los expertos aseguran que el diseño utilizado en esta prueba, también podría adaptarse a otros implantes con las mismas cualidades.
“Los implantes y aparatos médicos raramente están diseñados pensando en niños – explica del Nido en un comunicado –, y como resultado, casi nunca acompañan el crecimiento. Nuestro equipo ha creado un entorno en el que personas con experiencia e interés en dispositivos médicos pueden unirse y colaborar en el desarrollo de materiales para la cirugía pediátrica”.
Según explican en el estudio, tras investigar muchos conceptos diferentes para un implante de este tipo el equipo se inspiró en el diseño trenzado y en expansión de una trampa de dedo china (un juego en el que los dedos quedan atrapados en un cilindro que cuanto más se estira más se estrecha). “El diseño – añade Feins – consta de dos componentes: un núcleo de biopolímero degradable y un cilindro tubular trenzado que se expande en respuesta a las fuerzas de tracción ejercidas por el tejido que lo rodea. A medida que el biopolímero interno se degrada, el cilindro se hace más delgado y se alarga en respuesta al crecimiento de tejido nativo. Este concepto podría adaptarse a muchas aplicaciones clínicas diferentes”.
Fuente: Nature Biomedical Engineering
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