jueves, 5 de octubre de 2017

Los anticoagulantes pueden conllevar efectos secundarios peligrosos: MedlinePlus Health News

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Los anticoagulantes pueden conllevar efectos secundarios peligrosos

Una nueva clase de medicamentos puede interactuar con múltiples fármacos, informan unos investigadores
Traducido del inglés: miércoles, 4 de octubre, 2017
Imagen de noticias HealthDay
MARTES, 3 de octubre de 2017 (HealthDay News) -- Los anticoagulantes pueden salvar vidas al prevenir un ataque cardiaco o accidente cerebrovascular (ACV) provocado por coágulos sanguíneos que obstruyen arterias.
Pero son unos medicamentos potentes, y un par de estudios nuevos detallan los efectos secundarios que las personas deben comprender antes de tomarlos.
La efectividad de una clase de anticoagulantes llamados anticoagulantes orales no antagonistas de la vitamina K (NOAC, por sus siglas en inglés) puede verse alterada de forma significativa mediante la interacción con otros medicamentos, revela el primer estudio.
En algunos casos, esas interacciones farmacológicas aumentan el riesgo de una persona de sangrado potencialmente letal en lugares como el cerebro y el tracto gastrointestinal. En otros casos, la efectividad de los NOAC se reduce, dejando a los pacientes sin parte de la protección contra los ACV y los ataques cardiacos.
"Los NOAC por sí solos no plantean un riesgo significativo de sangrado, pero el uso conjunto de NOAC con ciertos fármacos que comparten las mismas vías metabólicas podría provocar un mayor riesgo de una hemorragia importante", apuntó el investigador líder del estudio, el Dr. Shang-Hung Chang, profesor asociado de cardiología en el Hospital Conmemorativo Chang Gung en Taoyuan, Taiwán.
Por otra parte, un segundo estudio encontró que los anticoagulantes pueden aumentar en gran medida el riesgo de una persona de encontrar orina en la sangre.
Como resultado, los pacientes podrían acabar de forma innecesaria en el hospital o en la sala de emergencias, o someterse a un procedimiento invasivo innecesario, señaló el investigador principal, el Dr. Robert Nam, profesor de cirugía y director de oncología genitourinaria en el Centro de Ciencias de la Salud Sunnybrook, en Toronto.
"Los pacientes y los médicos deben hablar al respecto, para intentar prevenir que los pacientes tengan que ser hospitalizados o acudan a la sala de emergencias en medio de la noche", planteó Nam.
El primer estudio observó los riesgos de sangrado asociados con los fármacos NOAC dabigatrán (Pradaxa), rivaroxabán (Xarelto) y apixabán (Eliquis).
Esos medicamentos se usan principalmente para prevenir el riesgo de ACV en las personas que sufren de fibrilación auricular, un ritmo cardiaco anómalo que puede provocar que la sangre se estanque y se coagule dentro del corazón, dijo el Dr. Deepak Bhatt. Bhatt, vocero de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association, AHA), también es director ejecutivo de los programas de intervención cardiovascular del Centro Cardiaco y Vascular del Hospital Brigham and Women's, en Boston.
Los NOAC se están usando con más frecuencia porque son más fáciles de utilizar y producen menos efectos secundarios que la warfarina, un anticoagulante más antiguo que tiene muchas interacciones con alimentos y medicamentos, dijo Bhatt.
Chang y sus colaboradores también decidieron investigar si los NOAC podrían tener interacciones previamente desconocidas con otros fármacos de uso común. El equipo analizó los datos de salud de 91,330 pacientes taiwaneses con fibrilación auricular a quienes les recetaron un NOAC.
Los investigadores encontraron que el riesgo de sangrado aumentaba de forma significativa cuando los NOAC se utilizaban en combinación con amiodarona, fluconazol, rifampín y fenitoína, cuatro medicamentos que se usan para tratar afecciones muy distintas.
Los investigadores también encontraron que otros fármacos reducían la efectividad de los NOAC, incluyendo a la atorvastatina, la digoxina, y la eritromicina o la claritromicina.
Bhatt comentó que le preocupa en particular el efecto de la atorvastatina (Lipitor) en la efectividad de los NOAC.
"Es un medicamento para reducir el colesterol que se receta muy comúnmente, sobre todo ahora que es un genérico", indicó Bhatt. De hecho, los investigadores encontraron que la atorvastatina era el medicamento más comúnmente recetado junto con un NOAC.
"Es importante porque eso significa que todos esos pacientes que reciben ambos fármacos tienen un riesgo más bajo de sangrado, pero por otro lado tendrían entonces un riesgo más alto de ACV", advirtió Bhatt.
El segundo estudio encontró que las personas son mucho más propensas a acudir al hospital por sangre en la orina si toman anticoagulantes.
Nam y sus colaboradores examinaron los datos médicos de 2.5 millones de residentes en Ontario, lo que incluía a casi 809,000 a quienes se había recetado un anticoagulante.
Durante un periodo de seguimiento promedio de 7 años, las personas que tomaban anticoagulantes tenían entre 6 y 10 veces más probabilidades de acabar hospitalizadas o en emergencias con quejas de sangre en la orina, en comparación con las que no tomaban los fármacos, dijo Nam.
Aunque la sangre en la orina es alarmante y amerita investigación, Nam aseguró que el efecto secundario no es peligroso de inmediato. Se debe informar a los pacientes sobre el potencial de orina en la sangre, y aconsejarles qué hacer si ocurre.
"El resultado de estos hallazgos no debería afectar la decisión de tratar con estos fármacos", enfatizó Nam. "Los beneficios superan a los riesgos. No hay complicaciones potencialmente letales. Los pacientes no deben dejar de tomar estos fármacos debido a un efecto secundario potencial".
Este efecto secundario puede resultar positivo al menos de una forma, aseguró el Dr. Vincent Bufalino, vocero de la AHA y cardiólogo en Naperville, Illinois.
"Los anticoagulantes pueden ser una ventaja porque cuando provocan sangrado en alguien a una dosis normal, por lo general hay un problema médico", dijo Bufalino. "En realidad ayuda a descubrir un problema".
Los investigadores encontraron que las tasas de detección de cáncer de vejiga eran el doble de altas en las personas que tomaban anticoagulantes que en la población general. Los medicamentos hicieron que el tumor produjera más sangre, explicó Nam.
"Al sangrar, intervinieron, buscaron y encontraron el cáncer de vejiga, y pudieron abordarlo más pronto de lo que hubiera ocurrido si se hubiera esperado a que el paciente desarrollara síntomas por su parte", dijo Bufalino. "En muchas de esas circunstancias, esos cánceres se habrían pasado por alto hasta que estuvieran más avanzados, porque el paciente no hubiera sabido que había un problema".
Los dos estudios se publicaron en la edición del 3 de octubre de la revista Journal of the American Medical Association.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Shang-Hung Chang, M.D., Ph.D., associate professor of cardiology, Chang Gung Memorial Hospital, Taoyuan, Taiwan; Robert Nam, M.D., professor of surgery and head of genitourinary oncology, Sunnybrook Health Sciences Center, Toronto; Deepak Bhatt, M.D., executive director of interventional cardiovascular programs, Brigham and Women's Hospital Heart & Vascular Center, Boston; Vincent Bufalino, M.D., cardiologist, Naperville, Ill.; Oct. 3, 2017, Journal of the American Medical Association
HealthDay
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