“Los suplementos se deben empezar a tomar al menos un mes antes del inicio de la gestación”
Daniel Abehsera, especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Málaga, ha concedido una entrevista a EL MÉDICO INTERACTIVO
Clara Simón | 10 - septiembre - 2018 2:30 pm
Los suplementos nutricionales recomendados en cualquier embarazada son los que contienen yodo y ácido fólico. En función de las necesidades de cada paciente, “podemos recomendar suplementos que contengan además hierro, calcio, vitamina A, vitamina D, magnesio, zinc, y omega 3”, explica Daniel Abehsera, especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Málaga, quien detalla que el yodo es necesario para el metabolismo celular, la correcta función de la glándula tiroides, y para el crecimiento y desarrollo de todos los órganos, especialmente el cerebro.
Por su parte, el ácido fólico es fundamental para la prevención de los defectos del tubo neural en el feto, mientras que el hierro es un suplemento muy útil para la prevención de la anemia ferropénica, que es muy frecuente durante la etapa del embarazo. El calcio es clave para la correcta formación del hueso fetal y el mantenimiento de la masa ósea materna, la vitamina A contribuye al mantenimiento y desarrollo de los tejidos y la vitamina D es necesaria para la correcta absorción del calcio, y la regulación de los niveles de calcio y fósforo en el organismo.
Entre los minerales, destaca el magnesio, que su carencia se ha relacionado con estreñimiento, dolor lumbar, dolor ciático, calambres en las extremidades, astenia, nerviosismo, insomnio, y náuseas, y el zinc, que contribuye a la formación de piel, pelo y uñas.
Asimismo, el ginecólogo recuerda que los omega 3 tienen una función antiinflamatoria y antioxidante y forman parte de las membranas celulares.
Por todas sus propiedades, “los suplementos se deben empezar a tomar al menos un mes antes del inicio de la gestación, con el fin de asegurar unos buenos niveles en el organismo en el momento del embarazo”, detalla el ginecólogo.
La evidencia científica solo justifica la toma de estos suplementos por parte de la futura madre, no antes cuando se quiere planificar un embarazo.
Tal y como detalla el especialista, al finalizar el embarazo se pueden abandonar los suplementos, no obstante, “es posible que la paciente requiera algún complemento en el caso de que se haya producido una pérdida de sangre importante en el trascurso del parto, o bien para reforzar la instauración de la lactancia”, señala Daniel Abehsera.
Valoración del estado nutricional
Las mujeres sanas con una alimentación normal antes del embarazo suelen afrontar la gestación con reservas energéticas suficientes para lograr un crecimiento y desarrollo fetal normal.
La valoración del estado nutricional de la mujer al comienzo del embarazo, mediante el cálculo del índice de masa corporal, es una recomendación útil y en muchos casos imprescindible para planificar correctamente tanto la ganancia óptima de peso, como la alimentación y suplementación de nutrientes que va a requerir durante el periodo gestacional.
El especialista recuerda que no existe ningún alimento prohibido que vaya a generar una carencia nutricional en la mujer embarazada. Lo que sí se debe evitar comer es leche no pasteurizada (quesos, salsas, postres…), huevo crudo o poco hecho, pescados y mariscos crudos o ahumados sin esterilizar, paté o foie no esterilizado y carne cruda o poco cocinada.
También hay que evitar un exceso de vitaminas liposolubles (A, D, E, y K), aunque las cantidades necesarias para producir un exceso perjudicial para el organismo son muy elevadas.
Lo ideal es que todo lo que se consuma en el embarazo sea consultado con el obstetra responsable del control de la gestación, especialmente con productos comprados fuera de la farmacia, pero “los suplementos nutricionales también pueden ser pautados por la matrona”, concluye el ginecólogo.
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