Los estudios realizados en España muestran que entre un 3 y un 7 por ciento de la población tiene asma. La localización geográfica influye también en la prevalencia o número de pacientes con la enfermedad. Por lo general, las zonas de las costas y de las islas en España presentan mayor número de asmáticos en comparación con las zonas de interior. Concretamente, la comunidad española con más asmáticos es Canarias. Sin embargo, el dato más importante es que anualmente más de 1.000 personas fallecen en nuestro país debido a esta patología, sobre todo cuando está mal controlada.
Con motivo del Día Mundial del asma, los expertos recuerdan que el hecho de que la enfermedad no esté bien controlada es uno de los factores más importantes y determinantes en la tasa de mortalidad. Tal y como señala el presidente del Comité de Asma de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), Javier Domínguez, “si un paciente no diagnosticado correctamente de asma lleva un tratamiento inadecuado, este tiene más posibilidades de sufrir exacerbaciones o crisis”.
En este sentido, ocurre lo mismo con los asmáticos alérgicos que no llevan un seguimiento regular, que por diferentes causas no realizan de forma apropiada la terapia o simplemente que no conocen a qué sustancia son alérgicos.
Cuando se diagnostica asma a un paciente pediátrico es fundamental que esté controlado y que lleve un seguimiento por parte del alergólogo. Para el control del asma, además de prescribir una medicación eficaz, hay que informar y educar a niños y familiares sobre todos los aspectos relacionados con la patología. “Hay que explicarles la manera de administración de su terapia, familiarizarles con los dispositivos de inhalación que tienen que utilizar, informarles de cómo evitar desencadenantes como los alérgenos o humo del tabaco, enseñarles cómo actuar ante el inicio de una reagudización o crisis de asma, etcétera. Y especialmente, comprobar en las sucesivas consultas si lo están haciendo bien y recordar la información proporcionada anteriormente” aporta Paloma Ibáñez, alergóloga infantil y miembro del Comité de Asma de la SEAIC.
El asma y la inmunoterapia
Para tener controlada la enfermedad, los pacientes asmáticos deben seguir en todo momento los tratamientos que les indiquen sus facultativos para no sufrir una exacerbación de sus síntomas. “En esta época del año, quienes sufren asma alérgica producida por pólenes pueden detectar una exacerbación de sus síntomas, motivo por el cual deben ser más rigurosos y bajo ningún concepto detener sus tratamientos”, indica Ernesto Enrique, presidente del Comité de Inmunología de la SEAIC.
Asimismo, existen herramientas eficaces en el tratamiento de la enfermedad alérgica, como la inmunoterapia, conocida popularmente como “vacunas para la alergia”. Este método solo puede utilizarse en aquellos casos en los que se ha confirmado la relevancia clínica del alérgeno. Consiste en la administración de extracto purificado del alérgeno responsable de la enfermedad, mediante dosis progresivamente crecientes a intervalos regulares de tiempo, con la finalidad de inducir la tolerancia necesaria para controlar la respuesta alérgica.