Antonio Zapatero está en primera línea de batalla frente al COVID-19. Desde su experiencia al frente del Hospital de Ifema, explica a EL MEDICO INTERACTIVO que “estamos en la fase de conocer la enfermedad. Sabemos que algunos pacientes se curan al cabo del tiempo y otros tienen secuelas. De los que ingresaron primero, en febrero, tienen secuelas en el pulmón y en otras localizaciones. Aparece fibrosis pulmonar, que reduce la capacidad pulmonar, lo que hace que su función respiratoria esté mermada. Hay que dar tiempo para ver qué pasa y si habrá secuelas a largo plazo o se resuelven las lesiones”.
Y para ver como evolucionan estos pacientes, ya se han puesto en marcha consultas post-COVID-19 en muchos hospitales con el fin de seguirlos durante meses y ver cómo evolucionan.
Contagios
Con respecto a la capacidad infectiva del virus, el internista indica que se centra cuando se está reproduciendo en la mucosa de las vías respiratorias altas y después se traslada a la parte más baja del tracto respiratorio. Así, en la fase de infección aguda es cuando el paciente es más contagioso. Se sabe que en pacientes con una infección leve se es infeccioso desde el día menos 2,5 hasta el día 7 u 8, y en pacientes con la enfermedad más rara puede estar contaminando hasta la tercera o cuarta semana de la enfermedad. Por eso, la capacidad infectiva depende del tipo de enfermedad y su gravedad.
Test
Zapatero asegura que no ha habido test, y los test son una parte esencial para poder saber cómo de inmunizada está la población y poder tomar medidas.
En este tiempo, hemos visto algunos casos en los que se repite la PCR en distintas fases de la evolución de la enfermedad a veces sale positivo y a veces negativo.
De los test disponibles, la PCR detecta material genético del coronavirus y tiene una sensibilidad entorno al 60-70%, dependiendo del tipo de enfermedad, la carga viral y la edad del paciente. Este sirve para detectar la infección aguda.
Por su parte, los test serológicos, que determinan la IgG y la IgM, se pueden hacer con una gota de sangre o con ELISA. La IgM se correlaciona con la fase más aguda de la infección por COVID-19 y la IgG es la que teóricamente ofrece una inmunidad más permanente.
Tal y como comenta Zapatero, lo que se ha visto en China, donde están las primeras series, es que hasta un 7% de los pacientes no desarrollan anticuerpos permanentes, es decir, que son potencialmente reinfectables.
Inmunidad en España
En España se están haciendo test en algunos hospitales, ya que es la prioridad ver cómo está de inmunizada la población sanitaria. De los datos disponibles por ahora se sabe que en el Hospital 12 Octubre solo 11% tiene anticuerpos IgG frente al coronarivus, mientras que en otro hospital que se ha hecho el estudio, no llegan al 20%. Según el internista, de estos datos se puede deducir que “la población general puede tener una inmunidad entorno al 5 o 10%. Esto lo que quiere decir que un porcentaje alto de la población, en torno al 85%, es potencialmente infectable porque no tiene anticuerpos”, asegura Zapatero, quien añade que “hay que estar muy alerta y seguir las recomendaciones. Sabemos que este virus es capaz de infectar 2,5 días antes de empezar con los síntomas, situación que no ocurre con otros virus, como por ejemplo la gripe. Así, la mascarilla lo que hace es prevenir que el potencialmente infectador contamine a los que están a su alrededor. Salir con mascarilla es obligado en los próximos meses”.
Repunte
Si hacemos las cosas bien, el internista espera que no haya repunte. “En los próximos meses, los ciudadanos debemos ir con mascarillas y guantes, y mantener la distancia de seguridad; con esto, no debería haber repunte. Si además se pone en marcha una detección precoz por parte de Salud Pública de los casos nuevos que se puedan producir y de los que sean contactos de esos pacientes, en principio sería suficiente. Ya sabemos lo que nos ha pasado, por eso, ahora podemos hacer las cosas bien.
Antonio Zapatero piensa que el coronavirus probablemente ya estaba por Madrid a finales de enero o en febrero porque en el Hospital de Fuenlabrada, tres médicos de urgencias tuvieron un cuadro febril en febrero y son positivos a la IgG, de lo que se deduce que la infección por coronavirus ya estaba en esas fechas en Madrid.