“Todo parece indicarnos que las pandemias se sucederán en los años venideros, pero  lejos de vivir angustiados por ello debemos estar preparados, hacerles frente con determinación y cooperación; conocer mejor a los microbios para que dejen de ser esos seres desconocidos nos será de gran ayuda”, subraya desde su laboratorio londinense a EL MÉDICO INTERACTIVO, Salvador Macip, doctor en Genética Molecular y Fisiología Humana por la Universidad de Barcelona, que pasó nueve años en el hospital Mount Sinai de Nueva York, donde estudió el funcionamiento del sistema inmune y las infecciones y colaboró con los virólogos que descubrieron las bases genéticas de los virus de las pandemias de gripe de 1918 y 2009.
Hace diez años, cuando las consecuencias de la pandemia de gripe A comenzaban a remitir, el médico Salvador Macip  publicó  Las grandes epidemias modernas.  Un ensayo divulgativo en el que trató de explicar los principales rasgos que definen a las enfermedades infecciosas y los diversos frentes que tienen abiertos los investigadores de forma constante. Entonces ya avisó de que el riesgo de una nueva pandemia no era nada descabellado, y llamó la atención acerca de la necesidad de prepararnos para ese supuesto. Ahora, después de que el tiempo le haya dado la razón, reedita el mismo libro con el mismo objetivo.
Autor de numerosos ensayos, este  científico en su libro nos recuerda como el coronavirus ha provocado la mayor crisis sanitaria mundial de los últimos tiempos, pero si echamos la vista atrás, “comprobaremos que la humanidad ha sufrido otras. Sin ir más lejos, la pasada década, el virus de la gripe A se convirtió en la que puede denominarse la primera pandemia de nuestra época, la primera en atacar un mundo globalizado y sin fronteras”, explica el experto en biología molecular.
Macip, que actualmente investiga el cáncer y el envejecimiento en el laboratorio que dirige en el Departamento de Biología Molecular y Celular de la Universidad de Leicester (Reino Unido,) considera que la falta de coordinación de los Gobiernos ha impedido/está impidiendo aprovechar todos los recursos frente al COVID-19. Asimismo, sostiene que la ciudadanía necesitará de los Ejecutivos para salir de la crisis “En 2008 se rescató  a los bancos, en esta crisis tienen que rescatar a las personas”.
Cuando los científicos avisaban de que pandemias como la de la COVID-19 llegarían, ¿hacia dónde miraban los dirigentes? “Supongo que tendrían otras cosas que les interesaban más. Que habría más pandemias, lo sabíamos todos. Cualquier persona que trabaje con microbios sabe que son posibles siempre. Pero como no se puede predecir exactamente cuándo saldrán, ni por dónde, ni qué virus será el responsable, aunque su llegada tarde o tarde o temprano es inevitable. Podría haber tardado diez años o quince, o veinte o treinta. Por eso, es tan necesario prepararse. Antes de esto la OMS ya estaba avisando de los riesgos. El SARS y el MERS ya fueron el aviso de que los coronavirus eran un tipo de virus relativamente nuevo que, de golpe, habían empezado a provocar enfermedades más serias. Se sabía que cualquiera de ellos podría algún día convertirse en una pandemia, explica Salvador Macip
Considera que ha habido tiempo más que suficiente para diseñar un plan de respuesta más genérico y consensuado entre todos los países, con ayuda de los diferentes expertos. “Cada país está respondiendo de una manera, sin una idea muy clara respecto a lo que está pasando. El que no haya un plan de acción mundo es un grave error, ya que las pandemias son globales”, recalca el científico. “Hemos fallado en no contar con una coordinación internacional, a pesar de la OMS ya lo advertía, la clase política no ha sabido prepararse para esto”, insiste en señalar
Reconoce Macip que son muchos los científicos que saben realizar las PCR y que tienen los laboratorios a disposición de la Sanidad. “Solo hace falta que nos proporcionen los reactivos, porque  voluntarios hay de sobra. Pero a día de hoy, ni en España ni en el Reino Unido, donde vivo, han sabido aprovechar estos recursos. Es el mismo problema: no disponer de un plan claro de respuesta y tener que improvisar uno, algo que es muy lento por culpa de los ritmos habituales de la política”,  dice con cierta incredulidad.
Sin vacuna para la primera ola de contagios
En situaciones de crisis como la actual, el investigador aboga por decir siempre la verdad a la población y explicar bien los momentos por los que se atraviesa. “De esta crisis solo podemos salir si actuamos juntos”. Además, en pandemias por virus nuevos, como esta, la vacuna no llega a tiempo a frenar la primera ola de contagios, “por lo que hay que implicar a todos los ciudadanos, porque está en sus manos evitar al máximo los contagios y las consecuencias (en este caso, la saturación del sistema sanitario, que es el gran riesgo).
Se muestra más esperanzado en encontrar antes algún fármaco que disminuya los síntomas causados por el virus, pero es poco probable que lo elimine completamente. “Ya se están estudiando unos cuantos candidatos. Pero, una vez más, el arma principal será la respuesta ciudadana”.
Coincidente con la mayoría de especialistas e investigadores reconoce que la COVID-19 no se marchará, se quedará con nosotros seguramente para siempre, pero si todo va bien, conseguiremos controlar las infecciones, como hemos hecho con muchos otros virus (el del sarampión, el de la polio, incluso el de la gripe…). Y llegarán más, esto es seguro. Los virus no paran de evolucionar, y siempre hay el riesgo de que aparezca uno nuevo que cause una enfermedad grave”, apunta Macip.
Entre las propuestas de este investigador para hacer frente a las futuras nuevas epidemias que nos llegarán, destaca la necesidad de una mayor inversión y apoyo a la investigación; “la  ciencia es la que tiene las soluciones para estos problemas, pero necesita recursos y tiempo”, insiste en subrayar el investigador catalán.
En segundo término, aboga por la necesidad de asegurarnos que el  sistema sanitario no  se encuentre al límite. Los últimos recortes lo dejaron muy herido, y ahora vemos que ha tenido poca capacidad para hacer frente  a un problema de esta magnitud sin el peligro de saturarse. “Y en tercer lugar,  hay que empezar a diseñar ahora mismo un plan de rescate para salir de la crisis económica. Pero si en la anterior se rescataron los bancos, está vez hay que rescatar directamente a las personas. El impacto económico y social de la pandemia será enorme, y dependemos de los gobiernos para conseguir sobrevivir. Y, finalmente, tenemos que empezar a coordinar una respuesta a nivel mundial, porque este tipo de crisis sanitarias afecta a todos los países, recalca.
A pesar de la dureza de los meses vividos por muertos y contagiados por la COVID-19 y las  muestras de apoyo de la ciudadanía desde los balcones cada tarde, aplaudiendo a sus héroes”, Salvador Macip no se muestra muy esperanzado porque las cosas cambien y los políticos se den cuenta que es preciso invertir más en ciencia. Se basa en lo sucedido hasta el momento. Ello le hace temer que tras la urgencia, “los dirigentes sigan sin hacernos caso a los médicos e investigadores. Sería un grave error, porque la próxima pandemia que nos llegará puede ser muchísimo peor que esta, por lo que tendríamos que estar bien preparados”, sentencia.