Los Servicios de Urgencias de los hospitales deberán contar con dos circuitos asistenciales diferenciados -la atención a la patología respiratoria y la atención al resto de patologías-, lo que conllevará la necesidad de más recursos humanos y la reestructuración de los mismos. La organización asistencial de los centros deberá ser así tras la vuelta a la normalidad, como se ha puesto de manifiesto en un encuentro organizado por SEDISA.
Expertos de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) han participado en el II Webinar del Ciclo que la Sociedad Española de Directivos de la Salud y la Asociación Portuguesa de Administradores Hospitalarios (APAH) están llevando a cabo con el objetivo de evaluar el impacto del COVID-19 en diferentes niveles de la atención sanitaria; compartir conocimiento, aprendizaje y buenas prácticas; promover sinergias y coordinar esfuerzos, y garantizar soluciones para la continuidad de atención.
Además, y de cara a otras posibles crisis habrá que reforzar la red de seguimiento epidemiológico; que los políticos cuenten con profesionales de diferentes perfiles tanto clínicos como de la gestión sanitaria para la toma de decisiones; y establecer un plan de gestión de crisis. Además, sea concluido, según destaca SEDISA en un comunicado, la gran labor de los equipos en el ámbito de la meso y microgestión; y que, siendo imposible tener un sistema sanitario dedicado en su totalidad a atender posibles emergencias, es fundamental contar con una estructura sanitaria fortalecida, con profesionales con recorrido y, en este caso concreto, contar con una especialidad en Medicina de Urgencias y Emergencias.
“Desde el punto de vista de la gestión de la pandemia, la Medicina de Urgencias y Emergencias ha constituido y constituye uno de los pilares fundamentales en el abordaje y carga de trabajo en primera línea frente a este virus”, ha señalado el Dr. Domingo del Cacho, director gerente del Hospital Universitario Severo Ochoa, presidente de la Agrupación Territorial de SEDISA en Madrid y uno de los moderadores del encuentro. “Como punto de entrada de los potenciales pacientes en los centros, la detección y orientación desde el Servicio de Urgencias ha sido y es más que fundamental, con procedimientos que han ido cambiando de forma rápida y de un día para otro. Diagnóstico, hospitalización, traslado a la hospitalización, valoración de la gravedad e ingreso en UCI son solo algunas de las cuestiones clave que estos profesionales han gestionado, con equipos inter y multidisciplinares”.
Tras la gestión de la fase “aguda”, los médicos de Urgencias y Emergencias están jugando y jugarán un papel fundamental también en la vuelta a la normalidad asistencial. Para Pascual Piñera, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital General Universitario Reina Sofía de Murcia y vicepresidente segundo de SEMES, “junto al mantenimiento en los Servicios de Urgencias del doble circuito de atención a pacientes COVID-19 y resto de pacientes, con lo que esto puede suponer a nivel de recursos humanos, los hospitales deberán trabajar de forma diferente, para garantizar el espacio de seguridad para evitar contagios entre los pacientes, espaciando citaciones y ampliando para ello las consultas a horarios de tarde, reforzando la telemedicina, etcétera”.
Durante el encuentro se han presentado las experiencias de gestión de la crisis desde el punto de vista de la Medicina de Urgencias y Emergencias del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, de la comunidad autónoma de Galicia y del Centro Hospitalar e Universitário Sao Joao de Oporto, Portugal. De su experiencia, el Dr. Juan Jorge González Armengol, jefe de la Unidad de Urgencias del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y presidente de SEMES, destaca “la importancia del criterio clínico, y no solo epidemiológico- para establecer tanto el procedimiento de actuación asistencial en general, como, en concreto, los circuitos de ingreso asistencial desde el servicio de Urgencias”.
Entre las fechas clave de la pandemia en la Comunidad de Madrid, el presidente de SEMES señala, entre otras, “el inicio de las dificultades en los hospitales madrileños la noche del 6 al 7 de marzo, la ampliación del número de cama por parte de hospitales privados a partir del 13 de marzo y el inicio del hospital de campaña de IFEMA, lo que, no obstante, conllevó la dificultad del transporte sanitario de los pacientes desde los centros, derivándose a dicho hospital los pacientes Covid-19 leves”.
Respecto a la gestión de la crisis en el Hospital Clínico San Carlos, el Dr. González Armengol confirma la gran labor realizada por los Comités de Emergencias en los Hospitales: “liderados por la Dirección Médica, en coordinación con la Gerencia. En el Hospital Clínico San Carlos, este comité lo formaban Urgencias, UCI y Anestesia, Medicina Interna e Infecciosas, Medicina Preventiva, Salud Laboral, Admisión y Comité de Bioética”. En cuanto a este último, en palabras del presidente de SEMES, “gracias a su participación, a contar con reglas claras, a la comunicación y al acuerdo con los servicios médicos implicados del Hospital, no hubo ninguna discusión en ninguna decisión tomada respecto al ingreso en la UCI”.
En el ámbito nacional, este experto afirma “la necesidad de contar con un plan de emergencias de origen biológico, con asignación de presupuesto y acciones coordinadas regulatorias para todo el país”, algo en lo que hizo hincapié también el Dr. Tato Vázquez Lima, coordinador de Urgencias en Hospital do Salnés de Vigo, vicepresidente primero de SEMES y miembro del Comité Asesor de la Pandemia COVID-19 de la Xunta de Galicia, quien presentó la actuación frente a la crisis por parte de la Xunta de Galicia desde el punto de vista de las Urgencias. “Una catástrofe sanitaria de origen biológico tiene cuatro fases en base a los siguientes indicadores: incremento de llamadas al 061 y los porcentajes de entrada al Servicio de Urgencias Hospitalarias, de ocupación hospitalaria y de la ocupación de camas en UCI”, explica el Dr. Vázquez Lima.
“El Comité Asesor de la Pandemia COVID-19 de la Xunta de Galicia desarrolló un plan de gestión para cada una de las fases”. Entre las medidas, desde el punto de vista de Urgencias y Emergencias, este experto destacaba “en la fase 1, la puesta en marcha de línea gratuita específica de consulta y del autotest de síntomas, los circuitos diferenciados, la respuesta optimizada por parte radiología y laboratorio y el acceso a urgencias hospitalarias consensuado con emergencias”. En la fase 2, se habilitó el circuito de derivación directa a hospitalización, el refuerzo de circuitos de aislamiento y se estableció una jefatura COVID-19 del Servicio de Urgencias Hospitalarias. Por último, en la fase 3, ya que Galicia no ha entrado en la fase 4, en el ámbito de Emergencias y Urgencias, el Dr. Vázquez Lima explicaba que “por parte de Emergencias se delimitaron y prepararon áreas adicionales de expansión para la atención a pacientes COVID-19 y se establecieron circuitos de ambulancias ‘sucias’, mientras que los Servicios de Urgencias de los hospitales convirtieron todas su estructura física en un centro de primera atención y ubicaron a pacientes con patología T-dependiente en áreas de expansión separada del Servicio de Urgencias COVID-19”.
En Portugal, el hospital con un mayor número de casos COVID-19 ha sido el Centro Hospitalar e Universitário Sao Joao de Oporto. El Dr. Nelson Pereira, coordinador COVID- Servicio de Urgencias de este Centro, explicó la gestión de la pandemia, destacando que cinco días después del primer caso confirmado en el país, instalaron un hospital de campaña al lado del centro, dado que, con una media de 460 casos en Urgencias en una situación normal, no iba a ser posible dar respuesta a la atención de casos de COVID-19 y a la necesidad de aislamiento. Asimismo, este experto destacaba el gran papel que ha jugado la enfermería en el aislamiento de pacientes que se mantenían a la espera de resultados del test.