Raúl Matute
Tribuna. Radioterapia en oncopediatría
El 50 por ciento de los niños que sobreviven a un cáncer tienen secuelas que es necesario reducir al máximo.
Raúl Matute. Unidad de Radioterapia y Tomoterapiade La Milagrosa del grupo IMO | 15/02/2012 00:00
Los avances tecnológicos en oncología radioterápica han permitido administrar dosis más altas de irradiación de forma cada vez más precisa. Además, han contribuido a la mejora en la calidad de vida de los pacientes durante y tras su tratamiento y en los resultados terapéuticos de determinados tipos de tumores. Estos aspectos, ya de por sí importantes en oncología general, son de especial relevancia en pacientes infantiles, un subgrupo especialmente sensible desde un punto de vista no sólo biológico, dados sus diferentes estados de maduración tisular y los continuos cambios evolutivos, sino también emocional, y al que hoy se le dedica el Día Internacional. Cada año se registran en España unos 900 nuevos casos de cáncer en edad pediátrica y 350 reciben radioterapia. La alta sensibilidad a los tratamientos de quimioterapia y radioterapia de las variantes histológicas de estos tumores, unida a un manejo terapéutico y estructural especialmente cuidadoso (unidades de oncología pediátrica, desarrollo de exhaustivos y rigurosos protocolos de tratamiento, especialistas multidisciplinares, hospitales para estancia prolongada de niños, avances en la investigación básica y en el diseño de dianas terapéuticas), han llevado a tasas de supervivencia superiores a las obtenidas en pacientes adultos pero en las que debemos seguir progresando.
- Cada año se registran en España 900 nuevos casos de cáncer en edad pediátrica
Experiencia satisfactoria Desde prácticamente el inicio de la puesta en funcionamiento de la Unidad de Radioterapia y Tomoterapia de la Clínica La Milagrosa del Grupo IMO hemos pretendido poner esta nueva tecnología al servicio de los niños. En los 100 primeros pacientes tratados en los 6 años de existencia de esta unidad y con nuestra experiencia inicial ya publicada (Radiation Oncology, 2011) podemos afirmar que la tolerancia aguda de nuestros pacientes al tratamiento es muy satisfactoria. De la misma forma, en los casos en los que el seguimiento ha sido ya suficiente para valorar la posible toxicidad tardía, los valores obtenidos son prometedores en comparación con la yatrogenia derivada de la administración de radioterapia convencional en los niños. También hemos identificado los casos en los que la incorporación de la tomoterapia como técnica elegida de radioterapia puede resultar beneficiosa. La localización de las áreas de tratamiento cercanas o adyacentes a órganos de riesgo sanos sensibles a la irradiación, la indicación de radioterapia en grandes volúmenes (como la irradiación del eje cráneo-espinal en tumores del sistema nervioso central o linfomas con gran carga tumoral inicial y respuesta subóptima a la quimioterapia) y los casos de difícil reposicionamiento que precisan imagen de comprobación para el tratamiento son situaciones en las que la tomoterapia se ha mostrado decisiva en fiabilidad, precisión y seguridad.
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