Un régimen de vacunación de cuatro semanas erradica un cáncer de mama precoz
(03/02/2012) - E.P.
Las pacientes parecen tener una respuesta inmune sostenida tras la vacunación que puede reducir su riesgo de desarrollar un cáncer más invasivo en el futuro
Un breve tratamiento de vacunación con vacuna de células dendríticas anti-HER2, fabricada en parte de las células del propio paciente, provoca una erradicación completa del tumor en cerca del 20 por ciento de las mujeres con carcinoma ductal 'in situ' (DCIS), forma precoz de cáncer de mama. Así lo han demostrado investigadores de la Perelman School of Medicine, en la University of Pennsylvania.
Los resultados de este trabajo, publicados online en las revistas Cancer y Journal of Immunotherapy, proporcionan nuevas evidencias de que las vacunas terapéuticas para el cáncer de mama podrían ser lo más efectivo contra esta enfermedad cuando es precoz y está localizada y cuando el tratamiento se dirige a una proteína crítica para la supervivencia de las células cancerígenas.
Según el director del estudio, Brian Czerniecki, del Rena Rowan Breast Center de la University of Pennsylvania y del Programa de Inmunoterapia del Abramson Cancer Center, estos datos prueban que la vacunación funciona en situaciones donde la diana es correcta.
Anteriores vacunas eran dirigidas contra antígenos de tejido que se expresaban en las células cancerígenas, pero que no eran necesarios para la supervivencia del tumor. Así la respuesta a una vacuna podría hacer que el tumor dejara de expresar el antígeno, pero el tumor seguiría ahí, explica.
Ahora vamos contra HER2/neu, clave para la supervivencia del cáncer de mama precoz. Si lo erradicamos con la respuesta inmune, paralizamos el tumor, asevera.
El equipo de Czerniecki estudió a 27 mujeres con DCIS HER2-positivo. Después aislaron glóbulos blancos especializados a partir de la sangre de las pacientes empleando técnicas de aféresis estándar, como en el proceso de donación de sangre.
Una vez aislados, los investigadores activaron las células dendríticas, reguladoras clave del sistema inmune, y las sensibilizaron con pequeñas porciones de proteína HER2/neu.
Entonces, cada paciente recibió cuatro inyecciones, una por semana, de su vacuna anti-HER2 personalizada. Dos semanas después las pacientes se sometieron a una intervención quirúrgica para eliminar cualquier resto de enfermedad, el cuidado estándar para cualquier paciente con DCIS.
Cuando se compararon las muestras de biopsia pre-vacunación con las muestras quirúrgicas tras la vacunación, los autores observaron importantes cambios: cinco pacientes no presentaban ningún signo visible de la enfermedad en el momento de la operación, lo que indica que su sistema inmune había eliminado el tumor.
En las 22 pacientes restantes, la expresión HER2 se eliminó en la mitad y se redujo en un 20 por ciento o más en otras dos. Los autores han seguido observando estos patrones en un segundo ensayo, que está en marcha, según informa Czerniecki.
Cuando el equipo observó las respuestas inmunes, vieron que el 85 por ciento de las pacientes tenían células T CD4 y CD8 HER2-reactiva, lo que sugiere que las pacientes desarrollaron una respuesta inmune fuerte y relativamente completa tras la vacunación. Destaca que algunas pacientes mantuvieron su respuesta inmune hasta 52 meses, lo que significa que mantenían alguna protección frente a la recurrencia de esta enfermedad.
Los resultados de esta investigación mostraron que la vacuna es segura y relativamente fácil para la mujer, a quienes sólo provoca efectos secundarios de poca importancia, como malestar (72 por ciento), dolor muscular en la zona de la inyección (59 por ciento), fiebre (28 por ciento) y dolor de cabeza (24 por ciento).
Aunque el número de pacientes tratadas en este ensayo es relativamente pequeño, Czerniecki piensa que sus colaboradores conseguirán saber si la vacunación reduce el riesgo de recurrencia de esta enfermedad en los próximos dos años.
Los resultados de este trabajo, publicados online en las revistas Cancer y Journal of Immunotherapy, proporcionan nuevas evidencias de que las vacunas terapéuticas para el cáncer de mama podrían ser lo más efectivo contra esta enfermedad cuando es precoz y está localizada y cuando el tratamiento se dirige a una proteína crítica para la supervivencia de las células cancerígenas.
Según el director del estudio, Brian Czerniecki, del Rena Rowan Breast Center de la University of Pennsylvania y del Programa de Inmunoterapia del Abramson Cancer Center, estos datos prueban que la vacunación funciona en situaciones donde la diana es correcta.
Anteriores vacunas eran dirigidas contra antígenos de tejido que se expresaban en las células cancerígenas, pero que no eran necesarios para la supervivencia del tumor. Así la respuesta a una vacuna podría hacer que el tumor dejara de expresar el antígeno, pero el tumor seguiría ahí, explica.
Ahora vamos contra HER2/neu, clave para la supervivencia del cáncer de mama precoz. Si lo erradicamos con la respuesta inmune, paralizamos el tumor, asevera.
El equipo de Czerniecki estudió a 27 mujeres con DCIS HER2-positivo. Después aislaron glóbulos blancos especializados a partir de la sangre de las pacientes empleando técnicas de aféresis estándar, como en el proceso de donación de sangre.
Una vez aislados, los investigadores activaron las células dendríticas, reguladoras clave del sistema inmune, y las sensibilizaron con pequeñas porciones de proteína HER2/neu.
Entonces, cada paciente recibió cuatro inyecciones, una por semana, de su vacuna anti-HER2 personalizada. Dos semanas después las pacientes se sometieron a una intervención quirúrgica para eliminar cualquier resto de enfermedad, el cuidado estándar para cualquier paciente con DCIS.
Cuando se compararon las muestras de biopsia pre-vacunación con las muestras quirúrgicas tras la vacunación, los autores observaron importantes cambios: cinco pacientes no presentaban ningún signo visible de la enfermedad en el momento de la operación, lo que indica que su sistema inmune había eliminado el tumor.
En las 22 pacientes restantes, la expresión HER2 se eliminó en la mitad y se redujo en un 20 por ciento o más en otras dos. Los autores han seguido observando estos patrones en un segundo ensayo, que está en marcha, según informa Czerniecki.
Cuando el equipo observó las respuestas inmunes, vieron que el 85 por ciento de las pacientes tenían células T CD4 y CD8 HER2-reactiva, lo que sugiere que las pacientes desarrollaron una respuesta inmune fuerte y relativamente completa tras la vacunación. Destaca que algunas pacientes mantuvieron su respuesta inmune hasta 52 meses, lo que significa que mantenían alguna protección frente a la recurrencia de esta enfermedad.
Los resultados de esta investigación mostraron que la vacuna es segura y relativamente fácil para la mujer, a quienes sólo provoca efectos secundarios de poca importancia, como malestar (72 por ciento), dolor muscular en la zona de la inyección (59 por ciento), fiebre (28 por ciento) y dolor de cabeza (24 por ciento).
Aunque el número de pacientes tratadas en este ensayo es relativamente pequeño, Czerniecki piensa que sus colaboradores conseguirán saber si la vacunación reduce el riesgo de recurrencia de esta enfermedad en los próximos dos años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario