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ESPAÑA
publicado en European Heart Journal
Administrar varias dosis de mioblastos mejora la revascularización del IAM
Un estudio en fase de investigación animal ha demostrado que la administración de varias inyecciones de mioblastos autólogos en la zona infartada mejora la revascularización, puesto que no evolucionan a células cardiacas, sino a células del músculo liso, lo que favorece la formación de nuevos vasos sanguíneos.
Redacción - Viernes, 25 de Junio de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
Un trabajo en fase de experimentación animal ha demostrado que la administración de varias dosis de mioblastos ofrece mayores beneficios y más duraderos. Juan José Gavira, especialista en Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra, coordina el estudio que se ha publicado en European Heart Journal. El equipo está dirigido por Felipe Prósper, director del Departamento de Terapia Celular de la CUN e integrado por Emilio Nasarre, Alfonso Macías, Ignacio García-Bolao y Diego Martínez-Caro, pertenecientes al Departamento de Cardiología y por los especialistas en Terapia Celular de la CUN y del CIMA Gloria Abizanda, Maitane Pérez-Ilzarbe, Manuel Mazo y Beatriz Pelacho. También han participado Alba de Martino-Rodríguez y José García de Jalón, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza.
Se ha observado que las inyecciones de mioblastos obtenían un efecto beneficioso en la reducción de la fibrosis
El estudio se ha realizado en un modelo experimental de infarto en cuatro grupos de cerdos, de tal forma que a los animales se les administraban 1, 2, 3 ó ninguna dosis de mioblastos, separada cada administración por un intervalo de seis semanas. Las inyecciones de mioblastos contenían entre 300 y 400 millones.
Para obtener células madre del músculo esquelético del animal es necesario practicar una biopsia del músculo de la pata, de forma análoga a lo que se realiza en los pacientes que participan en el ensayo clínico actualmente en marcha.
Entre las principales conclusiones obtenidas del estudio, "se ha observado que los beneficios eran mayores en aquellos animales que habían recibido tres dosis en lugar de una o dos", ha destacado Gavira.Tras concluir el ensayo, se ha visto que con la primera administración de células madre ya se constataba una mejoría inicial de la función cardiaca. "Sin embargo, los parámetros de beneficio se perdían con el paso del tiempo. Con este ensayo hemos comprobado que si se inyectan en varias ocasiones, el beneficio obtenido es mejor y se mantiene durante más tiempo que con una única inyección". Entre las posibles causas de la mejora de la función ventricular, Felipe Prósper, director de Área de Terapia Celular de la CUN, ha apuntado que los estudios anatomopatológicos posteriores constataron que las células madre de músculo esquelético no evolucionan a células cardiacas, sino a células de músculo liso, que contribuyen a la formación de nuevos vasos sanguíneos.
De ahí que uno de los fundamentos más probables de la mejora provocada por la inyección de células madre radique en el aumento de la revascularización de la zona infartada. "Vimos que en los grupos a los que se les inyectaron más dosis de células madre aumentaba significativamente el porcentaje de vasos con respecto al grupo control o al que se le administró sólo una inyección. De este modo, el aumento de la vascularización se relacionó con la mejoría de la función del ventrículo izquierdo".
Además, se ha observado que las inyecciones de mioblastos obtenían un efecto beneficioso en la reducción de la fibrosis.
El trabajo abre un prometedor campo de investigación en la regeneración de corazones infartados mediante la aplicación de terapias celulares. En esta línea, la Clínica Universidad de Navarra, en colaboración con el Departamento de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, dirigido por Francisco Fernández-Avilés, desarrolla un ensayo clínico en pacientes infartados consistente en la administración de una dosis de mioblastos, obtenidos del propio músculo esquelético de la pierna de cada individuo. El implante de las células madre se realiza de forma percutánea. Para ello, se utiliza un sistema de navegación no fluoroscópica (NOGA) que localiza la zona infartada donde se deberán administrar las células. Se trata de un ensayo que estudiará a 50 pacientes, de los que ya se han examinado más de 30, y cuya fase de reclutamiento está abierta.
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