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ESPAÑA
european spring oncology conference
"La llegada de más biológicos no restará importancia a la QT"
La combinación de los nuevos fármacos biológicos entre sí, con quimioterapia y con tratamiento hormonal, marcará el futuro del abordaje en cáncer. Así lo ha señalado Hernán Cortés-Funes, coordinador de la European Spring Oncology Conference, celebrada en Marbella.
José A. Plaza - Viernes, 25 de Junio de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
Marbella ha acogido una nueva edición de la European Spring Oncology Conference (ESOC). En esta sexta cita, coordinada por Hernán Cortés-Funes, del Hospital Universitario 12 de Octubre, de Madrid, y Bruce A. Chabner, del Hospital General de Massachusetts, en Estados Unidos, los nuevos inhibidores oncológicos en desarrollo han sido los grandes protagonistas. Algunas de las principales figuras europeas y estadounidenses en el ámbito de la oncología han discutido las posibilidades de los nuevos fármacos biológicos que acaban de llegar, o están en camino, a la práctica clínica.
Si las primeras ediciones del ESOC estaban enfocadas a la quimioterapia, la tendencia de los últimos años ha conferido a estos biológicos el mando en la conferencia: "Cada año hay más, y más efectivos; estamos en la era de las terapias moleculares", ha dicho Cortés-Funes.
Cada vez está más cerca el objetivo de que el perfil genético de cada persona defina el tratamiento, que personalizará la medicina
Como el HERB2
Los anticuerpos monoclonales que actúan sobre el receptor del factor de crecimiento insulínico (IGFR) están entre los destacados, ha apuntado el coorganizador, y ha destacado el desarrollo de "nuevos receptores que mejoran sensiblemente el abordaje de los tumores de Ewing". El IGRF está dando unos resultados similares al HERB2 en cáncer de mama: "Tiene algunos problemas de toxicidad, como todos los nuevos fármacos, pero se irán puliendo".
Los inhibidores de PARP también resultan prometedores. Ya hay opciones en carcinoma de mama resistente, el triple negativo, "pero también son útiles en otros tumores, como próstata, colorrectal y pulmón". La aparición de estos nuevos fármacos se debe al hallazgo de nuevas vías de señalización: uno de los mayores pasos ha sido dar con las alteraciones genéticas propias de cada tumor.Parte del atractivo de los nuevos inhibidores reside en que pueden ser útiles para numerosos tumores.
Cada vez está más cerca el objetivo de que el perfil genético de cada paciente defina el tratamiento, por lo que la medicina individualizada se está convirtiendo en el apellido de la oncología. Pero las novedades no vienen para borrar el paso, sino para complementarlo: "La constante llegada de estos fármacos en absoluto va a restar importancia a la quimioterapia; no va a comerle tanto terreno", asegura Cortés-Funes. Más que nada porque, por el momento, las nuevas opciones farmacológicas son muy eficaces gracias a la combinación con la quimioterapia: "Es la suma de los citotóxicos y de los estabilizadores celulares la que permite el éxito".
Los anticuerpos monoclonales que actúan sobre el IGFR y los inhibidores de PARP auguran nuevas posibilidades clínicas en diversos tumores
Difícil predecir fórmulas
Lo sucedido con ejemplos como el trastuzumab y el cetuximab, que ya llevan años en la clínica, se repetirá con las nuevas aportaciones: "Se usarán en combinación con la quimioterapia porque en monoterapia tienen mucha menos potencia". Los nuevos inhibidores no sólo se combinarán con quimioterapia, sino también entre ellos y con terapia hormonal: "Todo marca una tendencia hacia el tratamiento en combinación, pero no es posible decir qué fórmulas serán las mejores porque hay constantes novedades".
Uno de los retos es precisar la selección de pacientes que se beneficiarán de los nuevos biológicos. Pero "casi más importante" es acelerar la aprobación de estas moléculas para que los afectados se beneficien cuanto antes: "Para ello hay que mejorar la identificación de biomarcadores. Hay que superar el ofrecimiento de un mismo fármaco a un gran número de pacientes porque sabemos que sólo algunos se beneficiarán de él". Lo que sucede con el trastuzumab en cáncer de mama, que sólo se aplica a pacientes muy determinados, debe servir de ejemplo y ya hay otras moléculas, como gefitinib, que se vinculan con mejoras en la selección de pacientes.
LAS FASES I VIENEN CARGADAS DE OPCIONES
La fase I representa lo que puede ser el principio de algo grande, aunque muchos de estos fármacos se quedan por el camino. En ESOC'10 se ha discutido acerca de moléculas que aún se encuentran en las primeras fases de desarrollo. Entre otras, los inhib¡dores de TORC1 y TORC2, DII4, MEK y Src, junto a la vía de señalización Jak/stats, se han hecho un hueco en las esperanzas de los clínicos. Cortés-Funes ha querido destacar el trabajo del grupo de Antonio Jimeno, de la Universidad de Colorado y participante en el congreso, que está obteniendo resultados prometedores con algunas de estas moléculas, que estudia varios de ellos, especialmente con DII4. En la citada fase se trabaja sobre las posibilidades de las moléculas "en todos los tumores y, cuando se han hallando biomarcadores, se criban para ver cuál de ellos lo expresa; es una criba continua". Cortés-Funes también ha incidido en la necesidad de estandarizar la identificación de biomarcadores, ya que "siguen surgiendo mutaciones nuevas que van matizando el abordaje tumoral".
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