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ESPAÑA
CONTROLAN LA TASA GLUCÉMICA Y REDUCen PESO
Los nuevos antidiabéticos ejercen un efecto dual positivo
Controlar las cifras glucémicas y ayudar en la reducción del peso corporal son algunas de las bondades de los nuevos fármacos antidiabéticos. Este efecto dual adquiere una relevancia especial teniendo en cuenta que el 85 por ciento de los diabéticos son obesos.
Raquel Serrano - Jueves, 24 de Febrero de 2011 - Actualizado a las 00:00h.
La obesidad, un fenómeno al que muchos autores designan como epidemia silenciosa, es un serio problema de salud mundial. Si hasta hace pocos años sobrepeso y obesidad sólo se detectaban en la población adulta de los países desarrollados, en estos momentos los niños también engrosan la lista de los problemas de peso, Y es más, empieza a observarse en países en vías de desarrollo que tradicionalmente mantenían intactas sus costumbres alimentarias y su estilo de vida.
La elección de uno u otro fármaco para el tratamiento inicial de la diabetes se engloba en función de las características de cada individuo
El aumento de los factores de riesgo cardiovascular, como diabetes, hiperlipidemia o hipertensión arterial, es un hecho perfectamente demostrado y contra el que cada vez se dirigen más las estrategias terapéuticas, ha manifestado a DM Basilio Moreno, jefe de la Unidad de Obesidad del Servicio de Endocrinología del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, que ha dirigido las IX Jornadas sobre Obesidad y Factores de Riesgo, celebradas en Madrid.
Mejoras evidentes
En el capítulo de lípidos, ha explicado que la revisión de los fármacos disponibles para esta alteración y cómo y cuándo emplearlos ha desembocado en la apertura de otros nuevos, como el ácido nicotínico o la rosuvastatina. Si embargo, la diabetes, uno de los grandes caballos de batalla en la lucha contra la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, ha centrado una importante parte de este encuentro debido al rápido desarrollo de nuevas moléculas que han introducido notables mejoras.
El actual tratamiento de la diabetes tipo 2 se ha convertido en una estrategia en la que se han introducido las antiguas sulfonilureas, la metformina o la glitazona. Pero han aparecido unas nuevas sustancias, los inhibidores DPP4, que son la sitagliptina, vildagliptina y la más reciente, la saxagliptina. "En el tratamiento de la diabetes, estos nuevos agentes aportan una mejora en la ayuda para reducir el peso corporal, al contrario que las sulfonilureas que inducen un aumento de peso, y la meftormina que tiene un efecto inerte en la disminución del apetito".
El 85 por ciento de los diabéticos tipo 2 son obesos. Así, las sustancias que mejoran el perfil glucémico y controlan el apetito son muy adecuadas
Ha añadido que el 85 por ciento de los diabéticos tipo 2 son obesos, por lo que la reducción del peso es esencial para normalizar las tasas de glucosa. Así, los inhibidores de la DPP4 apoyan la reducción del peso corporal por varios mecanismos y con efecto dual. "Además de mejorar el perfil glucémico, controlando tanto la glucemia basal como la posprandial, evitan que el individuo obeso y diabético tipo 2 engorde, lo que supone un beneficio añadido con respecto a otras sustancias".
Moreno también se ha referido a moléculas que, a pesar de que se administran por vía subcutánea, lo que supone una desventaja con respecto a los fármacos citados, compensan: "Las incretinas GLP1 ofrecen la posibilidad de disminuir el apetito porque actúan, fundamentalmente, en el aparato digestivo y el sistema nervioso central. La disminución del apetito es esencial porque la obesidad es uno de los factores más negativos para la fisiopatología de la diabetes 2. Así, de forma primaria o secundaria, el control de la diabetes es mucho más eficiente".
La elección de uno u otro fármaco para el tratamiento inicial de la diabetes se engloba, según Moreno, en una estrategia general. Las guías terapéuticas señalan a la metformina como primera elección, aunque también se han empleado sulfonilureas y glitazonas.
Interés creciente
"En este momento, los inhibidores de la DPP4 han cobrado un interés creciente, así como los inhibidores del GLP1, exenatide y liraglutide, esta última aún no comercializada en España, que se están situando de manera sólida". Se espera además que estos tratamiento puedan administrarse una vez por semana e incluso una vez al mes, aunque este punto forma parte aún de la investigación.
En el capítulo de hipertensión y obesidad, los especialistas han repasado el espectro farmacológico, desde los diuréticos, alfa y betabloqueantes, inhibidores de la ECA, ARA II e inhibidores del sistema renina.
Una cadena en positivo
Según Basilio Moreno, de los factores de riesgo que con mayor intensidad afectan a un paciente obeso, es precisamente la obesidad el enemigo más peligroso, "porque en sí misma desencadena o incrementa los factores de riesgo cardiovascular de los que la hipertensión arterial, la diabetes y dislipemia son los más importantes". Así, a su juicio, la ventaja de tratar adecuadamente la obesidad es que si el enfermo pierde el 10 por ciento, aproximadamente, de su peso corporal es casi seguro que mejoren los factores de riesgo asociados, que en algunos pacientes pueden reunirse todos, se reduzca la morbilidad, con el consiguiente aumento de la calidad de vida, y se incremente la supervivencia.
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