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ESPAÑA
MUESTRAN MAYORES PROBLEMAS EN EL CONTROL DE LOS IMPULSOS MOTORES
La patología dual provoca una menor inhibición prepulso
La inhibición prepulso y otras pruebas de impulsos demuestran dificultades en el control de la impulsividad motora en pacientes con patología dual grave. Además, la adicción a la cocaína en trastorno límite muestra una peor capacidad para controlar los impulsos motores.
Enrique Mezquita Valencia - Miércoles, 23 de Febrero de 2011 - Actualizado a las 00:00h.
Un estudio realizado en el marco del Programa de Patología Dual Grave del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón ha revelado que los pacientes con patología dual grave muestran una menor inhibición prepulso o del reflejo de sobresalto (IPP) y mayores problemas en el control de la impulsividad motora que los que sólo presentan trastorno de la personalidad o en relación con el grupo control. Según ha explicado a DM Sonia Francés, psicóloga de investigación de la Fundación Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón y colaboradora del programa, "estos resultados son de gran importancia para poder definir pruebas que, tras un diagnóstico de consumo o adicción, permitan determinar si la persona presenta además más riesgo de desarrollar un trastorno de la personalidad. Ello permitiría que los pacientes conocieran el riesgo que supone para su salud física y mental ese consumo".
Para realizar este estudio se compararon tres grupos de pacientes: con diagnóstico de esquizofrenia y consumo de cocaína; con trastorno de personalidad y consumo de cocaína, y otro de controles sanos. De un estudio transversal que requiere de una población de 121, se analizó una muestra inicial de diez controles sanos, diez dependientes de cocaína con trastorno antisocial (TAP) o límite de personalidad (TLP) y diez dependientes de cocaína diagnosticados de esquizofrenia. "Además de recopilar datos demográficos, a todos ellos les realizamos pruebas por escrito de impulsividad (escalas de Barrat y Ramón y Cajal) y personalidad (entrevista del DSM IV-IPDE). Además, pasaron la Escala de gravedad a la cocaína y la MINI (Mini Entrevista Neuropsiquiátrica Internacional).
Los consumidores con brotes psicóticos anterior mostraban menos inhibición prepulso que la población control o pacientes con TLP
Según los resultados obtenidos, "los consumidores que ya habían tenido brotes psicóticos daban menor inhibición prepulso que los controles o los que sólo tenían un trastorno de la personalidad". No obstante, ha matizado, "es necesario una muestra más amplia para poder dar datos aún más concluyentes, sobre todo en un campo tan virgen como la IPP".
Resultados relevantes
El estudio también ha analizado el impacto de la impulsividad en el consumo, revelando detalles muy importantes. "Hay diversas clases de impulsividad -cognitiva, no planificada, motora...- y, gracias al proyecto, hemos podido comprobar que los pacientes adictos a la cocaína con trastorno de la personalidad tenían peor capacidad para controlar los impulsos motores, que son uno de los mayores hilos conductuales para consumir".
El retrato robot de la patología dual grave es: varón soltero, 31 años, con estudios de primera etapa de secundaria, medicado y de consumo activo
Desde el abordaje farmacológico, el estudio también ha permitido obtener algunas conclusiones importantes. "Los pacientes psicóticos que están medicados con risperidona aguantan mejor los impulsos que los que están, por ejemplo, con zuclopentixol u otros antipsicóticos", ha explicado Francés. En su opinión, ello permitiría constatar que "los pacientes con patología dual que están con tratamiento de risperidona también pueden darnos resultados competentes, aunque estén con la impulsividad contenida".
Paciente tipo
Gracias a computar dimensiones de todo tipo, incluyendo datos demográficos y personales, el grupo del Provincial de Castellón ha podido realizar un retrato robot del paciente afectado por la patología dual grave. Según Francés, "sería un hombre soltero, de alrededor de 31 años, que sólo terminó la primera etapa de la secundaria y que vive con la familia de origen, medicado y de consumo activo".
El programa del centro va dirigido a pacientes con una enfermedad mental que les afecta a su voluntad -normalmente padecen esquizofrenia- y tienen también una dependencia a alguna sustancia tóxica. Esa doble condición hace que no pueden ser tratados exclusivamente de su drogodependencia en las Unidades de Conductas Adictivas, sino que requieren un tratamiento específico.
Diferencias culturales
Además del trabajo sobre los impulsos, el centro castellonense está inmerso en estudios para comprobar si las diferencias culturales entre países influyen en el consumo de drogas y el desarrollo de patologías mentales. Esta línea de investigación es posible gracias al convenio de colaboración que firmó con la Asociación de Psiquiatría de América Latina (APAL) y la Asociación de Conductas Adictivas y Patología Dual de Iberoamérica (Acapi) para formar a psiquiatras latinoamericanos en el manejo de pacientes con patología dual grave. Desde la firma del convenio, unos tres especialistas por año procedentes de cualquiera de los países de Latinoamérica permanecen en el Consorcio entre uno y tres meses para recibir formación, adquirir conocimientos y actitudes para que en su práctica clínica puedan utilizar la medicina basada en la evidencia, así como mejorar sus capacidades para el manejo de pacientes duales. Francés ha remarcado que "aunque los estudios transculturales están en marcha, aún no hay un consenso para ofrecer resultados definitivos".
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sábado, 26 de febrero de 2011
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