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ESPAÑA
mejora del estado del paciente oncológico
Raciones pequeñas para mejorar el apetito
Atender a la nutrición del paciente con cáncer y tratar de mejorar su estado y el tiempo dedicado al tratamiento es el objetivo principal de un proyecto liderado en el Hospital 12 de Octubre de Madrid por la Sección de Hostelería de Servicios Generales y el Servicio de Endocrinología y Nutrición, en colaboración con el Hospital de Día de Oncología Médica. El paciente recibe una oferta gastronómica adaptada a su situación, atractiva y en pequeñas raciones para favorecer su ingesta mientras permanece en el centro recibiendo la terapia antitumoral.
Isabel Gallardo Ponce - Jueves, 24 de Febrero de 2011 - Actualizado a las 00:00h.
Imagen de un paciente oncológico en el sillón del Hospital de Día junto a una de las bandejas.
Los efectos secundarios asociados al tratamiento quimioterápico del cáncer pueden provocar varios síntomas digestivos: náuseas, vómitos, disgeusia, enteritis, mucositis... A esto se le deben sumar los efectos locales derivados del propio tumor y los metabólicos. Para hacer más agradable la estancia del paciente oncológico durante la toma del tratamiento y contribuir a mejorar su alimentación con alimentos más atractivos y adaptados a su situación, el Hospital 12 de Octubre de Madrid ha puesto en marcha para los pacientes que inician o continúan su tratamiento quimioterápico en el Hospital del Día a las 15:30 horas un programa de mejora de la alimentación.
"El problema con los pacientes oncológicos es que no tienen apetito por el síndrome de caquexia-anorexia, pierden peso y acaban desnutriéndose. Hemos querido dar la posibilidad de que puedan recibir nutrientes de forma agradable e impedir que el Hospital de Día contribuya al riesgo de desnutrición que todos los pacientes oncológicos tienen", ha explicado a DM Miguel León, jefe de sección del Servicio de Endocrinología del 12 de octubre.
El proyecto, que ha recibido el tercer premio en el Congreso Nacional de Hostelería Hospitalaria, ha tratado de mejorar la oferta que les hacían a los pacientes, a los que les ofrecían un bocadillo, una bebida y un lácteo. "Aparte de la inapetencia, por efecto de los fármacos, en algunos pacientes se produce una inflamación de la mucosa oral y faríngea porque lo que a veces el pan puede hacerles daño, así que la iniciativa es beneficiosa", explica León.
Sabores y colores
El cambio ha consistido en reducir las raciones para estimular el apetito de los pacientes y ofrecer alimentos que combinen sabores. Así, el personal de enfermería reparte a los pacientes que están recibiendo su medicación unas bandejas en colores pistacho y frambuesa, que contienen platos de porcelana blancos en los que se separan los alimentos dulces de los salados, explica Marcia Bayle, supervisora de Nutrición del hospital.
"Ante la falta de apetito, intentamos utilizar el componente psicológico de la comida con la ayuda de diferentes colores y alimentos. Como las porciones son más pequeñas van picando y terminándoselas", dice León.
Las bandejas se colocan en una mesita contigua al sillón para no sufrir percances si la medicación produce efectos adversos como vómitos o hipotensión. Además, puesto que el paciente tiene una vía cogida en la mano los alimentos pueden comerse con las manos y no requieren el uso de cubiertos. Según Maribel Navarro, jefe de Hostelería, esta nueva vajilla y la oferta gastronómica ayudan a los pacientes a relajarse y, al ser pequeñas porciones, les anima a comer. "A los pacientes oncológicos les produce una gran incertidumbre estar ahí y esta iniciativa les ayuda a desconectar".
El menú trata de combinar sabores para hacer frente a las alteraciones en el gusto, y consta de un vaso de 200 centilitros de zumo de naranja natural o agua. Un lácteo, que varía entre yogur, flan y natillas. Además, reciben dos saladitos variados y dos pulgas. El contenido de éstos cambia cada día de la semana, para evitar que los pacientes coman siempre lo mismo o identifiquen el tratamiento con un alimento determinado. Para paliarlo se realizarán nuevos proyectos para primavera, como la introducción de sandwich mixto o de croquetas, ya que "el enfermo tiende a venir el mismo día de la semana a la consulta con el médico, quien decide si es necesario o no pautar la quimioterapia para ese día en función de la analítica".
Desde el servicio de Hostelería se analiza la satisfacción de los pacientes con la iniciativa, que de momento se valora como muy positiva, y sus demandas. Por eso desde hace unas semanas se les ofrece macedonia de frutas. "Dependiendo de la situación bucal del paciente, determinadas frutas ácidas pueden ocasionarles muchas molestias. pero si ellos ven que no pueden tomarlo no lo harán", concluye León.
La composición de la bandeja es de 697,47 kilocalorías, 102,28 gramos de carbohidratos, 21,15 gramos de proteínas y 25,64 gramos de grasas para todos los pacientes.Desde el Hospital de Día se intenta reducir el riesgo de desnutrición que padecen los pacientes oncológicos, que sufren el síndrome de anorexia-caquexia
Comer es lo esencial
En la nutrición oncológica hay que tener en cuenta varias facetas, como el paciente con un tumor avanzado o diseminado en el que el tratamiento tiene una función paliativa. En éstos, el objetivo fundamental es que coman para mantener el estado nutricional, intentando que tomen el máximo número de calorías y proteínas, ha explicado a DM Emilio Alba, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). "No hay que ser dogmático. Lo importante es el número de calorías y proteínas, no de dónde provengan. Hay que dejar que cada paciente coma lo que quiera", puesto que se producen muchas alteraciones del gusto. Estas recomendaciones tan distintas a las habituales para una vida saludable buscan recuperar la fuerza y la energía, ya que la ingesta de proteínas tiene dos objetivos: "Por un lado, evitar parcialmente el síndrome de caquexia-anorexia y, por otro, mejorar la tolerancia al tratamiento, gracias a que mejora el estado inmunitario y el nutricional". Asimismo, este tipo de pacientes no suele optar por la ingesta de carne, así que hay que procurar encontrar una fuente alternativa de proteínas. Alba explica que el apetito suele decrecer a lo largo del día, por lo que se les debe recomendar que ingieran la mayor cantidad de alimentos posible por la mañana.Asimismo, Alba destaca que en el grupo de pacientes libre de enfermedad, a los que se les ha realizado ya un tratamiento de cáncer de mama, colon o próstata, ocurre lo contrario: hay que intentar que no aumenten de peso, ya que un aumento del índice de masa corporal se relaciona con la recurrencia, sobre todo en mujeres a las que se les ha intervenido quirúrgicamente tras un cáncer de mama. "Ya sea con la nutrición o el ejercicio físico hay que intentar que no aumenten de peso".Éstas y otras recomendaciones para minimizar los problemas más frecuentes que se producen durante un tratamiento oncológico, así como consejos para una correcta alimentación o para mejorar la calidad de vida, se encuentran recogidas en la página de SEOM www.oncosaludable.es, dirigida a pacientes que padecen o han superado un cáncer.
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