martes, 22 de febrero de 2011

La RUTI, auténtica investigación traslacional - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
proyecto en fase II en Sudáfrica
La RUTI, auténtica investigación traslacional
Expertos hospitalarios con una buena tesis para hacer frente a la tuberculosis, un mecenas y empresas privadas están logrando sacar adelante una vacuna, la RUTI, que de tener éxito en clínica y, tras la autorización administrativa, en producción masiva y comercialización será un ejemplo de investigación traslacional y colaboración público-privada para las comunidades médica, científica, farmacéutica y biotecnológica españolas. Algunos de sus protagonistas revelan en este reportaje las claves de un ambicioso proyecto que está superando la fase II en Sudáfrica.



Javier Granda Revilla. Barcelona - Martes, 22 de Febrero de 2011 - Actualizado a las 00:00h.


Imagen de los laboratorios de Archivel Farma, de Badalona, en Barcelona, dedicados a la vacuna terapéutica RUTI.


Un encuentro casual en el año 2000 entre un mecenas y un investigador puso las bases de la vacuna terapéutica RUTI, que ataca a la tuberculosis con un abordaje pionero: combinando una acción vacunal, incidiendo sobre el sistema inmunológico, en una ventana de oportunidad que crea el propio tratamiento antibiótico.

Un cambio en el paradigma en investigación y un cambio en la producción biotecnológica debida a la necesidad, construyendo la fábrica porque nadie puede producir el producto, sumado al empuje de un grupo de personas convencidas de alcanzar una meta, han llevado a una posición de liderazgo a la vacuna RUTI, que acaba de finalizar ahora la fase II de investigación.

Se basa en el concepto de reinfección endógena constante, que hace que el bacilo sea expuesto e identificado por el sistema inmune

La vacuna toma su nombre de la denominación popular -Can Ruti- del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, de Badalona. Pere Joan Cardona, investigador del centro, destaca el proyecto "rompedor" que supone la vacuna, creando el nuevo concepto de infección latente, desarrollando el concepto de hipótesis dinámica, "que no se basa en la presencia de un bacilo dormido procedente de una lesión antigua, sino en el concepto de una reinfección endógena constante, que hace que el bacilo sea expuesto e identificado por el sistema inmune". De este modo, la combinación pionera une tratamiento quimioterápico con una vacuna poliantigénica, generada en Archivel Farma, de la que Cardona es director científico.

"El tratamiento quimioterápico expone al sistema inmune al bacilo latente, con un metabolismo bajo y, por ello, muy difícil de ser destruido por la quimioterapia, al generarse una respuesta poliantigénica capaz de identificarlo. Siempre se consideró que la vacunación terapéutica era tóxica, por el efecto Koch, definido erróneamente hace cien años. Y nosotros demostramos, mediante diversos experimentos, que este efecto no era tal y que se podía evitar con un diseño apropiado de la vacuna, por lo que la destoxificamos. Teníamos la seguridad de que no sería tóxica: la vacuna se hace a partir de la propia cepa patógena, que se fragmenta para que sea expuesta al sistema inmune y se sacan las moléculas endotoxin-like, que podían ser tóxicas", detalla.

José Martínez financió el proyecto inicialmente tras un simple apretón de manos. Luego se creó una empresa vinculada a la vacuna: Archivel Farma

En su opinión, otro gran logro del proyecto "es poder hacer la vacuna en calidad idónea en las instalaciones de Archivel Farma, diseñadas por nosotros. Es un caso único, porque en aquel momento no había otra manera de hacerlo y el papel de la financiación de José Martínez fue clave, asumiendo riesgos. Otro factor diferenciador es el papel de Isabel Amat, implicada desde el principio y que ha hecho la transferencia a la producción con calidad farma".

Con ayuda de un mecenas

José Martínez, presidente de Archivel Farma, bautizó la empresa con ese nombre en homenaje a la localidad murciana de la que procede su familia. Recuerda su fascinación por el proyecto, hace más de una década: "Había decidido emplear el dinero que tenía en ayudar a equipos de científicos jóvenes, con la idea de hacer algo interesante. En una reunión informal me explicaron el proyecto, me entusiasmó la historia y pregunté qué financiación hacía falta. El esfuerzo económico era menor del pensado y comenzamos sin contrato, con un apretón de manos. Posteriormente se firmó un primer acuerdo y se puso en marcha, se creó la empresa y se cerró un contrato de colaboración con el Instituto Germans Trias i Pujol".

Para Isabel Amat, directora de desarrollo farmacéutico, uno de los factores diferenciadores del proyecto es que, desde un principio, "se pensó en un producto industrial que llegaría a ser comercializado".

De este modo se diseñó su desarrollo "para que pudiera ser reproducible, consistente entre lotes, trasvasando el conocimiento desde el centro de investigación a la compañía para trabajar el producto con calidad farmacéutica y hacer los ensayos preclínicos y clínicos". Para ello se ha puesto en marcha una sala estéril de seguridad biológica de nivel III dedicada exclusivamente a tuberculosis, con personal formado y un área de control de calidad.

Luis Ruiz-Ávila, director general de Archivel Farma, reconoce que la industrialización es el aspecto más difícil: "Se abordó de entrada con un perfil de producto farmacéutico final; cómo se ha hecho la transferencia de tecnología es uno de los grandes aciertos. Este es un ejemplo de investigación traslacional y de cómo transferir conocimiento del mundo académico a la empresa. Hemos mostrado que es posible transformar una tesis doctoral en un producto que está liderando la lucha mundial contra la tuberculosis. No sé si es un modelo reproducible, pero hemos establecido un precedente importante", sentencia.

El grupo farmacéutico Reig Jofre también participa en el proyecto explotando la planta piloto para la fase II en Sudáfrica, según ha informado Ignasi Biosca, su consejero delegado.

Fase III en Sudáfrica

Para la fase II se han reclutado cien pacientes, de los que ochenta de ellos ya han acabado el estudio, sin efectos tóxicos. El motivo de elegir Sudáfrica para las fases clínicas es porque la población coinfectada es la más alta del mundo, con una prevalencia de infección tuberculosa del 80-90 por ciento, y del virus del sida (VIH) del 30-40 por ciento. "El problema es que, en el mecanismo de la tuberculosis, de la gente que se infecta, sólo un 10 por ciento genera la enfermedad. Pero, en el HIV+, este 10 por ciento es anual: hay una necesidad imperiosa de incidir en esta población, que muere de tuberculosis aunque reciban antirretrovirales. Además, si se genera tuberculosis, en muchas ocasiones no se puede proporcionar tratamiento antirretroviral, porque si se aumentan las defensas, se genera tal respuesta inmunológica que el paciente fallece por el síndrome de reconstitución inmune", detalla Cardona.

En la fase III "vamos a abordar este tema y a aportar una eficacia superior al tratamiento actual, de seis meses con isoniazida. Nuestra visión de futuro es reducir estos seis meses a un mes, o incluso menos. De momento se ha diseñado un ensayo de superioridad, porque ofrece más garantías al paciente, reduciendo más de un 60 por ciento la incidencia", añade. En Sudáfrica contarán, entre otros, con la colaboración de la consultora sobre ensayos Parexel y Aurum Institute, una ONG dedicada al control de la tuberculosis en mineros, liderada por Gavin Churchyard, una eminencia mundial en tuberculosis y HIV.



Enfermedad falsamente estigmatizada

Según Pere Joan Cardona, es un error asociar tuberculosis con enfermedad de la pobreza, "porque prácticamente cualquier persona se puede infectar: la vía de infección es aérea y no hay un factor de riesgo para ser infectado por el bacilo. Si bien se ha asociado el desarrollo de la enfermedad a un tipo de inmunosupresión concreto, trabajamos ya con la hipótesis de que esto sólo es cierto en un porcentaje y hay predisponentes genéticos y factores no relacionados propiamente con la respuesta inmune que hacen que una persona sana desarrolle la enfermedad. En su opinión, el gran problema de esta enfermedad "es que está estigmatizada. Trabajamos en el concepto de que no es sólo la inmunosupresión la que genera la capacidad de desarrollar la enfermedad, sino que hay efectos locales, de trofismo de la bacteria hacia ciertas regiones del pulmón, problemas mecánicos y arquitectónicos del parénquima pulmonar, incluso algún polimorfismo genético".

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