TRATAMIENTO | Brown, una excepción
'El trasplante de médula no es viable para curar el VIH'
- Los tres casos conocidos hasta la fecha son, hoy por hoy, la excepción
- Esta técnica tiene un elevado riesgo de mortalidad para pacientes seropositivos
- Dar con una médula compatible, incluso para alguien sin VIH, es complejo
La noticia ha saltado como la pólvora en los medios de comunicación y la esperanza puede hacer lo mismo para aquellos afectados con VIH. Al caso de Timothy Brown, el primer paciente curado de VIH gracias a un trasplante de médula , podría unírsele el de otros dos hombres. Es más, el primero no ha tardado en felicitar a estos dos casos: "No puedo expresar toda mi alegría al saber que dos hombres más han resultado curados del VIH", ha señalado en una nota de prensa el conocido como 'paciente de Berlín'. Pero antes de desatar la alegría, los especialistas llaman a la calma y piden tiempo.
Según un estudio difundido en la XIX Conferencia Internacional sobre el Sida que se está celebrando estos días en Washington (EEUU), estos dos hombres, que permanecen en el anonimato, habrían sido sometidos a un trasplante de médula para tratar un cáncer. Aquí se acaban las coincidencias con el único paciente curado de VIH.
Mientras que para tratar la leucemia de Timothy Brown, su hematólogo recurrió a un donante con una rara mutación (sólo se encuentra en el 1% de la población) en el gen CCR5 capaz de 'inmunizar' a quien lo posee del VIH, los especialistas que han tratado a estos dos hombres han recibido células comunes y normales, es decir, sin este gen 'antiVIH'.
Y aquí es donde hay que tener cuidado. Mientras que Brown no ha vuelto a tomar antirretrovirales desde su intervención y las biopsias a las que ha sido sometido demuestran que no hay ni rastro de VIH en su organismo (ni en sangre ni en otros tejidos); "estos dos pacientes han seguido durante todo el proceso con el tratamiento, recibiendo incluso una forma más suave de quimioterapia para poder seguir con la medicación. Esto es importante porque no es la primera vez que un paciente se somete a un trasplante mientras toma sus tratamientos, parece que de repente la enfermedad ha desaparecido, y cuando deja de tomar los fármacos, a las pocas semanas, el VIH vuelve a reaparecer", insiste a ELMUNDO.es Josep María Gatell, jefe del servicio de Enfermedades infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona.
"De ahí que los médicos que les han atendido se muestren cautos y no digan que han curado a dos personas más del VIH, lo más probable es que no estén seguros de qué va a pasar con el virus cuando se les retire el tratamiento antirretroviral", explica Gatell.
"Además, no es un proceso fácil. Al paciente que necesite esta intervención por su leucemia y, además tenga VIH, hay que buscarle un donante compatible, algo que ya de por sí es muy difícil. Por poner un ejemplo: en los últimos años el equipo que operó a Browm ha tenido entre ocho y nueve candidatos para el trasplante a los que no han conseguido un donante compatible. A esto hay que añadir que para estar seguros de librarnos del VIH habría que encontrar un donante con la mutación en el gen CCR5. Conseguir un donante de médula, que tampoco hay tantos como para cada enfermo de VIH; que fuera compatible con el paciente y además que presente una peculiaridad en un gen específico que es toda una rareza... es complicadísimo. El caso de Brown fue una excepción", señala el doctor Gatell. De hecho, la mayoría de donantes de médula inscritos en los registros internacionales nunca llegan a hacer efectiva su donación por esta dificultad en la compatbilidad entre individuos.
De la misma opinión es José Alcamí, del laboratorio de Inmunopatología del sida del Instituto de Salud Carlos III de Madrid. En declaraciones a ELMUNDO.es, este experto señala que el caso de Brown es interesante para los científicos, pero no es aplicable de manera generalizada. "Encontrar un donante de médula tiene una posibilidad de una entre 30 millones. Que además ese donante tenga esa mutación 'antiVIH' que sólo tiene el 0,5% de la población nos pone en una entre 2.000 millones", apunta en una información de María Valerio.
Además, Gatell recuerda que aunque no se hayan encontrado señales del virus en la sangre de los pacientes, "los resultados presentados todavía son preliminares, porque tienen que hacer pruebas en los tejidos por si se escondiera allí el virus. Yo no digo que sea totalmente imposible que estos pacientes se hayan curado, pero sí muy improbable".
Aun así, este especialista mantiene viva la esperanza: "Lo que viene a demostrar este estudio o el caso de Brown es que cada vez se está más cerca de una cura para el VIH porque existe, aunque los trasplantes de médula no sean la solución".
Según un estudio difundido en la XIX Conferencia Internacional sobre el Sida que se está celebrando estos días en Washington (EEUU), estos dos hombres, que permanecen en el anonimato, habrían sido sometidos a un trasplante de médula para tratar un cáncer. Aquí se acaban las coincidencias con el único paciente curado de VIH.
Mientras que para tratar la leucemia de Timothy Brown, su hematólogo recurrió a un donante con una rara mutación (sólo se encuentra en el 1% de la población) en el gen CCR5 capaz de 'inmunizar' a quien lo posee del VIH, los especialistas que han tratado a estos dos hombres han recibido células comunes y normales, es decir, sin este gen 'antiVIH'.
Y aquí es donde hay que tener cuidado. Mientras que Brown no ha vuelto a tomar antirretrovirales desde su intervención y las biopsias a las que ha sido sometido demuestran que no hay ni rastro de VIH en su organismo (ni en sangre ni en otros tejidos); "estos dos pacientes han seguido durante todo el proceso con el tratamiento, recibiendo incluso una forma más suave de quimioterapia para poder seguir con la medicación. Esto es importante porque no es la primera vez que un paciente se somete a un trasplante mientras toma sus tratamientos, parece que de repente la enfermedad ha desaparecido, y cuando deja de tomar los fármacos, a las pocas semanas, el VIH vuelve a reaparecer", insiste a ELMUNDO.es Josep María Gatell, jefe del servicio de Enfermedades infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona.
"De ahí que los médicos que les han atendido se muestren cautos y no digan que han curado a dos personas más del VIH, lo más probable es que no estén seguros de qué va a pasar con el virus cuando se les retire el tratamiento antirretroviral", explica Gatell.
Brown es la excepción
Es más, este especialista se muestra categórico cuando se le pregunta por la efectividad de los trasplantes de médula en pacientes con tumores y VIH. "Este tipo de trasplante no es viable para curar el VIH", asegura. "El trasplante de médula tiene entre un 20% y un 30% de mortalidad en pacientes sin esta enfermedad, y nadie se expone a realizar esta intervención para una enfermedad como el sida que a día de hoy y detectándola a tiempo no mata a nadie", afirma."Además, no es un proceso fácil. Al paciente que necesite esta intervención por su leucemia y, además tenga VIH, hay que buscarle un donante compatible, algo que ya de por sí es muy difícil. Por poner un ejemplo: en los últimos años el equipo que operó a Browm ha tenido entre ocho y nueve candidatos para el trasplante a los que no han conseguido un donante compatible. A esto hay que añadir que para estar seguros de librarnos del VIH habría que encontrar un donante con la mutación en el gen CCR5. Conseguir un donante de médula, que tampoco hay tantos como para cada enfermo de VIH; que fuera compatible con el paciente y además que presente una peculiaridad en un gen específico que es toda una rareza... es complicadísimo. El caso de Brown fue una excepción", señala el doctor Gatell. De hecho, la mayoría de donantes de médula inscritos en los registros internacionales nunca llegan a hacer efectiva su donación por esta dificultad en la compatbilidad entre individuos.
De la misma opinión es José Alcamí, del laboratorio de Inmunopatología del sida del Instituto de Salud Carlos III de Madrid. En declaraciones a ELMUNDO.es, este experto señala que el caso de Brown es interesante para los científicos, pero no es aplicable de manera generalizada. "Encontrar un donante de médula tiene una posibilidad de una entre 30 millones. Que además ese donante tenga esa mutación 'antiVIH' que sólo tiene el 0,5% de la población nos pone en una entre 2.000 millones", apunta en una información de María Valerio.
Además, Gatell recuerda que aunque no se hayan encontrado señales del virus en la sangre de los pacientes, "los resultados presentados todavía son preliminares, porque tienen que hacer pruebas en los tejidos por si se escondiera allí el virus. Yo no digo que sea totalmente imposible que estos pacientes se hayan curado, pero sí muy improbable".
Aun así, este especialista mantiene viva la esperanza: "Lo que viene a demostrar este estudio o el caso de Brown es que cada vez se está más cerca de una cura para el VIH porque existe, aunque los trasplantes de médula no sean la solución".
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