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Institutos Nacionales de la Salud
Los sofocos no señalan una mala salud cardiaca en la mayoría de mujeres
La excepción podría ser cuando los sofocos continúan durante años o comienzan varios años tras la menopausia
Traducido del inglés: viernes, 29 de junio, 2012
La excepción a ese hallazgo podría ser si los sofocos perseveran durante varios años tras el inicio de la menopausia, o si los sofocos comienzan varios años tras el inicio de la menopausia.
"Es muy tranquilizador para las mujeres que tienen el patrón más común de sofocos. No hay señal de un mayor riesgo cardiovascular para las mujeres que tienen sofocos alrededor del momento de la menopausia", aseguró la autora del estudio, la Dra. Emily Szmuilowicz, profesora asistente de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Northwestern, en Chicago. "Pero podría haber una sugerencia de un mayor riesgo cardiovascular en el grupo más pequeño de mujeres que experimentan esos síntomas por primera vez varios años después de la menopausia, o que los tienen durante muchos años".
El estudio fue presentado esta semana en la reunión anual de la Sociedad Endocrina (Endocrine Society), en Houston.
Se considera que una mujer está en la menopausia un año tras su último ciclo menstrual. Según algunos cálculos, hasta el 85 por ciento de las mujeres experimentan sofocos en ese periodo, y posiblemente en los años que le preceden, señaló la Dra. Cynthia Stuenkel, experta en menopausia y profesora clínica de medicina de la Universidad de California en San Diego.
"Sabemos que los sofocos son una experiencia muy normal para las mujeres que pasan por la menopausia", afirmó Stuenkel.
Gran parte de la fisiología subyacente de los sofocos siguen siendo un misterio, señalan los expertos. Pero en los últimos años, algunas investigaciones sugieren que los sofocos podrían asociarse con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Un estudio publicado el año pasado, que se basó en datos del estudio Iniciativa de salud de las mujeres (una gran investigación a largo plazo sobre las mujeres postmenopáusicas) halló que las que tenían sofocos de inicio tardío estaban en mayor riesgo de ataques cardiacos y muerte durante el periodo observado. (Las mujeres que tenían sofocos alrededor del momento de la menopausia no se enfrentaban a un mayor riesgo, y quizás tenían un riesgo incluso más bajo de ataque cardiaco que las mujeres sin sofocos).
El estudio actual fue un seguimiento al anterior, que midió marcadores biológicos para intentar determinar cuál podría ser el mecanismo subyacente. Szmuilowicz y colegas examinaron datos sobre casi 60,000 mujeres postmenopáusicas con una edad promedio de 64 años a quienes se les preguntó sobre los sofocos, por ejemplo cuándo habían comenzado y cuántos años habían persistido.
En comparación con las mujeres que no tuvieron sofocos, las mujeres que sí los tuvieron alrededor del momento del inicio de la menopausia no tenían más probabilidades de presentar ciertos marcadores asociados con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca. Esos marcadores incluyen los niveles de presión arterial y los conteos de glóbulos blancos, que pueden ser señal de inflamación, explicó Szmuilowicz.
Pero las mujeres cuyos sofocos comenzaron en promedio 14 años tras la menopausia y las que tenían sofocos persistentes (o sea, tanto alrededor de la menopausia como varios años después) tenían lecturas más elevadas de presión arterial y unos conteos más altos de glóbulos blancos.
Las mujeres que solo tuvieron sofocos tempranos también tenían mejores lecturas de un marcador de la función de los vasos sanguíneos que las mujeres que no tuvieron sofocos, aunque no hubo una diferencia en las mujeres con sofocos tardíos o persistentes.
En las mujeres con sofocos persistentes, los niveles de glucemia e insulina también estaban más elevados, lo que podría indicar un riesgo de diabetes. No hubo asociación entre los factores de riesgo de diabetes y las mujeres en ninguno de los otros grupos de sofocos.
Aunque la ciencia sobre los sofocos sigue sin estar clara, los expertos dijeron que para las mujeres que experimentan sofocos persistentes o de inicio tardío, quizás lo mejor sea intentar reducir su riesgo de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular, lo que incluye mantener la presión arterial y el peso bajo control, hacer ejercicio y consumir una dieta saludable.
"La menopausia es un buen momento para que las mujeres reflexionen sobre su salud", afirmó Stuenkel. "Hay muchas cosas que las mujeres pueden hacer para reducir el riesgo".
Debido a que este estudio se presentó en una reunión médica, sus datos y conclusiones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
HealthDay
(c) Derechos de autor 2012, HealthDay
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