martes, 25 de septiembre de 2012

Los nuevos anticuerpos monoclonales reducen el número de falsos positivos - DiarioMedico.com

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LA CITOMETRÍA DE FLUJO SE ESTÁ IMPONIENDO

Los nuevos anticuerpos monoclonales reducen el número de falsos positivos

La citometría de flujo ya se ha convertido en una potente herramienta diagnóstica, que se está imponiendo para el estudio de leucemias, tumores y campos como la inmunología, entre otros ámbitos médicos. Así lo ha explicado Jordi Petriz, del Instituto de Investigación Valle de Hebrón y presidente de la Sociedad Ibérica de Citometría.
Javier Granda Revilla. Barcelona   |  25/09/2012 00:00

Jordi Petriz
Jordi Petriz, investigador Miguel Servet del Instituto de Investigación Valle de Hebrón. (Rafa M. Marín)

Diagnóstico de leucemias, estudio de la enfermedad residual mínima, neuroinmunología, virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y envejecimiento son algunos de los campos en los que la citometría de flujo es clave, según se ha puesto de manifiesto en el ciclo de conferencias que, sobre este tema, se ha celebrado en la Casa de Convalecencia de la Universidad Autónoma de Barcelona y el Hospital de San Pablo de la capital catalana.

El conocimiento del citoma es una consecuencia de las investigaciones en genoma y proteoma, ya que la citometría de flujo es fundamental para describir la interacción entre ambos. Esta potente herramienta diagnóstica se está imponiendo para el estudio de leucemias, tumores y campos como la inmunología, entre otros ámbitos médicos. "Las principales aplicaciones clínicas están relacionadas con el diagnóstico de las leucemias y con el estudio de la enfermedad residual mínima. También es fundamental para el conocimiento de las células madre, especialmente el trasplante de células madre hematopoyéticas CD34+. Por otro lado, es muy útil para aislar células madre leucémicas y tumorales: es una técnica fundamental -y, en ocasiones única- para poder identificar células madre muy indiferenciadas que no tienen un fenotipo característico y sólo se pueden evidenciar gracias a su funcionalidad", ha destacado Jordi Petriz, investigador Miguel Servet del Instituto de Investigación Valle de Hebrón (VHIR) y presidente de la Sociedad Ibérica de Citometría.

En este sentido, es relevante el análisis multicolor relacionado con el diagnóstico de las leucemias y los trabajos que está realizando el grupo EuroFlow, con paneles complejos que sirven para identificar mejor las poblaciones leucémicas, además de la enfermedad residual mínima.

El experto ha recalcado que estas herramientas son coste-efectivas, a lo que debe sumarse como ventaja el desarrollo de nuevos equipos compactos que están dotados de una gran potencia y pueden ser instalados en cualquier laboratorio, requiriendo un mantenimiento mínimo y siendo fáciles de utilizar.
"Hace años podían estudiarse de manera simultánea cuatro o cinco parámetros, cuando ahora podemos estudiar 32 parámetros a la vez y a gran velocidad: 70.000 células individuales por segundo". En su opinión, el potencial de esta tecnología es muy amplio, con aplicaciones en neuroinmunología, en el estudio de subpoblaciones que se desconocían desde el punto de vista inmunológico "y que tienen funciones muy importantes, porque están relacionadas con enfermedades autoinmunes". Petriz ha destacado la participación en el simposio de Wolgang Göhde, pionero en el desarrollo de la citometría, que se aplicó inicialmente para detectar células tumorales, ya que este tipo de células suelen tener un contenido diferente en ADN a las células normales. "Por ejemplo, el profesor Andrea Cossarizza, de la Universidad de Modena (Italia), está utilizando esta tecnología para el estudio del VIH y del envejecimiento".


Riesgo de falsos positivos

Hay un cierto riesgo de falsos positivos, relacionado con la afinidad de los diferentes anticuerpos monoclonales que se utilizan para identificar las células. Sin embargo, "cada vez se están desarrollando anticuerpos monoclonales mucho más específicos, lo que está ayudando a definir las poblaciones leucémicas".

En 1983 se instaló el primer citómetro en España, en Valencia. La evolución tecnológica ha sido "enorme, así como la disponibilidad de muchas ondas fluorescentes y anticuerpos monoclonales que están contribuyendo al conocimiento de la inmunología humana".

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