Gabriela Gutiérrez, responsable del Laboratorio de Hígado, Páncreas y Motilidad de la Unidad de Medicina Experimental de la Facultad de Medicina de la UNAM |
Según investigadores mexicanos, el hígado y la uretra se podrían regenerar a partir de biomateriales
México D.F., México, 05 febrero 2014
Un grupo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México estudian el uso de biomateriales, como los andamios celulares de cóndilo de bovino, los cuales son producidos y diseñados por un equipo del Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM) de la UNAM, para favorecer la recuperación funcional y estructural del hígado.
Así se explica en un comunicado de la dirección general de medios de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el que expertos explican cómo los andamios celulares de cóndilo de bovino, favorecen la recuperación de tejidos humanos dañados.
“Hemos encontrado la funcionalidad de esos materiales en uretras de perros y, en el caso del hígado, en ratas. En ambos se colocaron fragmentos del andamio y se observó que sí había invasión de las células hepáticas al tejido. Es decir, este último creció sobre el andamio, por lo que consideramos que podría ser un buen modelo para utilizarse como implantes en medicina regenerativa”, indicó la médica investigadora líder del proyecto, Gabriela Gutiérrez Reyes.
En cuanto a la uretra, en un estudio que realiza el urólogo Christian Acevedo García, bajo la dirección de Gabriela Gutiérrez, se retiró un fragmento de ese conducto en perros sanos y en otros a los cuales se les indujo estenosis, se les colocó el andamio celular en forma de tubo y se observó que conforme avanzaba el tiempo la cantidad de material colocado fue reemplazado por tejido sano, es decir, la uretra se regeneró.
Esta línea de investigación surgió del contacto de Acevedo García con integrantes del IIM, quienes desarrollaron una matriz de colágena con cualidades mecánicas y de composición que le permiten funcionar como andamio en diferentes tejidos. El material ha sido probado con éxito en ortopedia, cirugía maxilofacial y odontología.
Al hacer los cortes histopatológicos se observó crecimiento celular y el biomaterial se reabsorbió. “Entonces, consideramos que estos resultados permiten generar una nueva línea de investigación en regeneración tisular en nuestro laboratorio, aunque nos dedicamos al hígado; en la parte básica hacemos una conexión entre investigadores clínicos y básicos con la intensión de encontrar nuevas herramientas que pudieran funcionar en la sustitución de órganos o de fragmentos dañados, para el tratamiento de enfermedades crónico degenerativas” explicó Gutiérrez, responsable del Laboratorio de Hígado, Páncreas y Motilidad de la Unidad de Medicina Experimental de la Facultad de Medicina de la UNAM.
“La colágena tipo I del andamio celular tiene un tamaño de poro de alrededor de hasta 200 micras, característica que le permite la migración celular y formar el nuevo tejido” agregó la médica.
De igual manera, Gabriela Gutiérrez indicó que “en ratas hemos observado resultados positivos; se les colocó un fragmento del material del andamio y se observó la migración e implantación de células en el biomaterial. Esto lo vimos mediante cortes histopatológicos y ahí hemos medido proteínas que nos dan esa información de qué tipos de células se implantaron”.
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