Más allá del IMC: carencia de masa muscular podría afectar la supervivencia al cáncer
11 de junio de 2018 por Equipo del NCI
Según los resultados de un nuevo estudio, en algunas mujeres con diagnóstico de cáncer de seno (mama), la carencia de masa muscular puede asociarse a un pronóstico precario a largo plazo.
En uno de los estudios más grandes de este tipo realizados hasta la fecha, los investigadores hallaron que, cuando recibieron el diagnóstico, un tercio de las mujeres incluidas en el estudio presentaban carencia de masa muscular esquelética (afección denominada sarcopenia). Los investigadores notificaron el 5 de abril en la revista JAMA Oncology que la presencia de carencia de masa muscular se asoció a un mayor riesgo de muerte, en comparación con las mujeres que tenían masa muscular adecuada.
Al momento del diagnóstico, en ninguna de las mujeres incluidas en el estudio el cáncer se había diseminado más allá del seno. La alta proporción de mujeres con sarcopenia en el estudio permite suponer que "no se da la debida importancia" a la carencia de masa muscular en mujeres con cáncer de seno en estadio inicial, dijo la doctora Bette Caan, investigadora principal del estudio, de la División de Investigación de Kaiser Permanente del Norte de California. El estudio indica también que la carencia de masa muscular es tan frecuente en pacientes, "y está tan fuertemente asociada con la reducción de la supervivencia", como un abundante tejido adiposo (o adiposidad alta), continuó la doctora.
En un estudio similar dirigido por la doctora Caan, la presencia de sarcopenia al momento del diagnóstico se asoció también con una supervivencia peor en personas con cáncer colorrectal no metastático.
De acuerdo con la doctora Joanne Elena, de la División de Control del Cáncer y Ciencias Demográficas del NCI, estos estudios se suman a la creciente evidencia de que "la carencia de masa muscular podría ser otra manera de identificar a las pacientes con mayor riesgo de peores desenlaces".
¿Cómo descifrar la "paradoja de la obesidad"?
Actualmente se reconoce sin duda que la obesidad es un factor de riesgo importante para una serie de cánceres, y algunos estudios han indicado que puede aumentar también el riesgo de muerte en personas con diagnósticos de ciertos tipos de cáncer.
Pero hay algunas anomalías en los datos.
De hecho, algunos estudios han encontrado que personas más delgadas, con distintos diagnósticos de cáncer, presentan un mayor riesgo de muerte que quienes tienen sobrepeso u obesidad moderada, de acuerdo con su índice de masa corporal (IMC). Se han notificado hallazgos similares en enfermedades que no son cáncer, y el fenómeno se conoce en la actualidad como la "paradoja de la obesidad" (es la idea de que cierto exceso de grasa corporal ofrece una medida de protección contra la muerte por enfermedades).
Los investigadores generalmente calculan el IMC como una medida global de la composición corporal "debido a que es un dato relativamente fácil de recolectar en estudios grandes", escribieron, en un editorial que acompañó al nuevo estudio, las doctoras Elisa Bandera y Esther John, del Instituto Oncológico Rutgers y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, respectivamente.
"El IMC es un instrumento clínico sencillo que todos podemos usar", dijo el doctor Grant Williams, del Instituto de Resultados y Supervivencia del Cáncer en el Centro Oncológico Integral de la Universidad de Alabama en Birmingham. "Pero al mismo tiempo, se pierden muchas de las complejidades de la composición corporal".
Tomando en cuenta las limitaciones del IMC, los investigadores se han cuestionado si el exceso de grasa es en realidad un factor de protección o si son otros los aspectos de la composición corporal que podrían explicar estos resultados paradójicos, incluida la carencia de músculo.
La doctora Caan explicó que "los músculos constituyen un órgano independiente, el órgano más grande del cuerpo". Al igual que el tejido adiposo, continuó la doctora, participa en funciones tales como la secreción de hormonas, entre ellas la insulina, e influye en procesos biológicos, como el metabolismo y la inflamación.
"No se da la debida importancia al papel independiente de la masa muscular", dijo la doctora.
Uso de la TC para proporcionar información importante
Las casi 3200 mujeres en el estudio retrospectivo financiado por el NCI recibieron el diagnóstico en Kaiser Permanente o en el Instituto Oncológico Dana-Farber entre 2000 y 2013.
Todas las mujeres se sometieron a tomografías computarizadas (TC) pélvicas o abdominales a los 6 meses de haber sido diagnosticadas con cáncer de seno—lo cual se realiza de forma rutinaria para asegurarse de que el cáncer no se ha diseminado—pero antes de iniciar cualquier tratamiento activo. Ninguna de las mujeres tenía cáncer de seno en estadio muy inicial (estadio 0 o 1) debido a que las TC generalmente no se indican para dichas pacientes.
La doctora Caan y sus colegas usaron la información de las CT para determinar la masa muscular de las pacientes y también su adiposidad total, la cual se definió como la cantidad acumulada de los tres diferentes tipos de tejido adiposo. También calcularon el IMC de las pacientes.
Los investigadores hallaron que las mujeres que tenían sarcopenia al momento del diagnóstico presentaban un riesgo moderadamente mayor (aproximadamente 40 %) de morir por cualquier causa durante el período del estudio, no solo por cáncer, que las mujeres que no padecían sarcopenia. Las mujeres con adiposidad alta presentaban un riesgo mayor en forma similar (35 %) de morir, y las mujeres con los niveles más altos de adiposidad y sarcopenia presentaban el riesgo más elevado (aproximadamente 6 % de las participantes del estudio).
Los investigadores reconocieron que no podían descartar en forma definitiva que la sarcopenia quizá sea simplemente un marcador de cánceres más agresivos o de otros factores que podrían aumentar el riesgo de muerte.
Aunque manifestó que se trata de "una inquietud válida", la doctora Caan señaló los hallazgos de este estudio que contradicen la idea de que la sarcopenia sea simplemente un producto secundario de un cáncer más agresivo.
La doctora explicó que, por ejemplo, el alcance de la relación entre la sarcopenia y una supervivencia más precaria fue el mismo independientemente de si el cáncer de seno de las mujeres era de estadio 2 o, más agresivo, de estadio 3. El riesgo mayor de mortalidad fue muy similar aun cuando los investigadores excluyeron a las mujeres que habían muerto durante el primer año de su diagnóstico, lo cual significa que la enfermedad era altamente agresiva.
El doctor Williams dijo que la relación exacta entre la carencia de masa muscular y la mortalidad por cáncer es "complicada". En otros estudios, por ejemplo, las mujeres con cáncer metastático de seno que tenían sarcopenia presentaban una probabilidad mucho mayor de tener efectos secundarios intensos por la quimioterapia, hospitalizaciones e interrupciones del tratamiento (todo lo cual puede afectar el tiempo de supervivencia de la paciente).
"En realidad, nada es sencillo", dijo el doctor Williams. Es "definitivamente posible" que la relación entre sarcopenia y mortalidad "sea consecuencia de la biología del cáncer", continuó el doctor. "Pero esa no es toda la historia".
Composición del organismo y tratamiento del cáncer
La doctora Caan manifestó que espera que la medida de masa muscular comience a incorporarse en los informes de las TC convencionales de abdomen. Agregó que en la actualidad hay programas disponibles que pueden captar fácilmente esa información de las TC convencionales.
Una vez que los médicos dispongan fácilmente de la información sobre masa muscular, quedan aún otras preguntas importantes para responder, dijo la doctora Elena, quien organizó la conferencia sobre sarcopenia y cáncer patrocinada por el NCI en 2017.
Entre dichas preguntas se destaca cómo determinar el nivel preciso del límite de masa muscular que pondría a las pacientes ante un mayor riesgo de mortalidad, dijo la doctora.
Además de eso, expresó el doctor Williams, también debemos probar si la información sobre masa muscular puede mejorar las decisiones de tratamiento, como las dosis de quimioterapia, que se determinan basándose en el área de superficie corporal del paciente.
El área de superficie corporal es "una medida rudimentaria", continuó el doctor. "Tiene más de 100 años". El uso de TC para diferenciar la adiposidad y la masa muscular a la larga podría "servir de base para las decisiones de dosificación", dijo el doctor.
Los doctores Bandera y John dijeron que los nuevos hallazgos proporcionan "un recordatorio importante" de que se debe incorporar actividad física al proceso de tratamiento, "con la meta de mantener e incrementar la masa muscular, no solo para reducir la adiposidad".
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