Hasta el momento actual, no había evidencias de la presencia del coronavirus en el semen. El virus se había detectado en heces, en el tracto gastrointestinal, la saliva o muestras de orina pero un estudio chino publicado el 7 de mayo en el JAMA Network expone los resultados de una investigación: “Características clínicas y resultados de las pruebas de semen en hombres con la enfermedad de Coronavirus 2019”.

El estudio seleccionó pacientes con COVID-19, de 15 años de edad o más, entre el 26 de enero de 2020 y el 16 de febrero de 2020, en el Hospital Municipal de Shangqiu.
De los 50 pacientes identificados, 12 no pudieron proporcionar una muestra de semen debido a la disfunción eréctil, al estado comatoso o a la muerte antes del reclutamiento; por lo tanto, se estudiaron un total de 38 muestras de pacientes.
De estos 38 participantes que proporcionaron una muestra de semen, 23 participantes (60,5%) habían logrado una recuperación clínica y 15 participantes (39,5%) se encontraban en la etapa aguda de la infección.
Los resultados de las pruebas de semen revelaron que 6 pacientes (15,8%) tenían resultados positivos para el SARS-CoV-2, incluidos 4 de 15 pacientes (26,7%) que se encontraban en la etapa aguda de la infección y 2 de 23 pacientes (8,7%) que se estaban recuperando, lo cual es particularmente notable.
En este estudio de cohorte, se encontró que el SARS-CoV-2 puede estar presente en el semen de pacientes con COVID-19, y SARS-CoV-2 todavía puede ser detectados en el semen de los pacientes en recuperación. Dado que las barreras hemato-testiculares-epididimarias son imperfectas, el SARS-CoV-2 podría pasar al tracto reproductivo, especialmente en presencia de una inflamación local sistémica. Incluso si el virus no puede replicarse en el sistema reproductivo masculino, puede persistir, posiblemente como resultado de la privilegiada inmunidad de los testículos.
La presencia del virus en el semen puede ser más común de lo que se cree actualmente, y no se debe suponer que los virus tradicionalmente no transmitidos sexualmente estén totalmente ausentes en las secreciones genitales.
Este estudio se ve limitado por el pequeño tamaño de la muestra y el breve seguimiento posterior. Por lo tanto, se requieren más estudios con respecto a la información detallada sobre la eliminación del virus, el tiempo de supervivencia y la concentración en el semen.
Si se pudiera demostrar que el SARS-CoV-2 puede transmitirse sexualmente en estudios futuros, la transmisión sexual podría ser una parte crítica de la prevención de la transmisión, especialmente si se tiene en cuenta el hecho de que el SARS-CoV-2 se detectó en el semen de pacientes en recuperación.
La abstinencia o el uso de preservativos podría considerarse como un medio preventivo para estos pacientes. Además, cabe señalar que es necesario realizar estudios para vigilar el desarrollo fetal. Por lo tanto, evitar el contacto con la saliva y la sangre del paciente puede no ser suficiente, ya que la supervivencia del SARS-CoV-2 en el semen de un paciente en recuperación mantiene la probabilidad de infectar a otros.