Estos días, en las comparecencias del ministro de Sanidad, Salvador Illa y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha salido a relucir en varias ocasiones el papel fundamental que va a tener la Atención Primaria para afrontar esta nueva fase de la pandemia. En el caso concreto de Madrid, que ha sido la comunidad autónoma más afectada y que ha contado con un mayor número de casos, la Atención Primaria ha sido fundamental para tratar los casos más leves. Pero a día de hoy, siguen sin contar con los recursos necesarios para poder afrontar la “nueva normalidad”. Así lo ha hecho saber la plataforma ‘AP se mueve’, que en un comunicado informan de que “ante la falta de definición de la administración, los EAP deben afrontar en esta ‘desescalada’ un número creciente de consultas sobre problemas ajenos a la epidemia, además del seguimiento de la totalidad de pacientes de COVID-19 con una realidad muy distinta a la previa”.
Ante esta situación, desde la plataforma, en conjunto con otras organizaciones, han lanzado una serie de recomendaciones organizativas, intentando sintetizar el conocimiento existente.
Necesidades urgentes
De esta forma, se señala entre las necesidades urgentes, para afrontar esta nueva fase, el contar con más material y personal. “Necesitamos recursos humanos para redimensionar los cupos y el trabajo. Las agendas tienen que tener un límite. Se debe establecer un tiempo mínimo por paciente atendido. Necesitamos recursos para reorganizar los centros. Necesitamos materiales de protección homologados y suficientes. Necesitamos medios tecnológicos para contactar con nuestros pacientes y con nuestros compañeros de atención hospitalaria. Necesitamos vehículos para acudir a los domicilios”, argumentan.
En esta misma línea, piden eliminar tareas burocráticas innecesarias y redundantes, una mayor planificación, en vez de seguir trabajando en medio de la improvisación, y una mayor seguridad en el trabajo.
También señalan la necesidad de consolidar los roles propios y competencias en todas las categorías profesionales del equipo. “La reorganización ha hecho aflorar capacidades, circuitos, dinámicas y nuevos roles en las diferentes categorías profesionales del EAP que han mejorado la calidad del trabajo de una manera importantísima y han sido de vital importancia en la contención de la epidemia”, apuntan.
Por último, y no solo para esta nueva fase, piden dos cuestiones más obvias, pero igualmente complicadas, como es una mayor consideración y comprensión por su labor y su situación.