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El “sedentarismo extremo” se da, prácticamente, cuando son más las horas que se pasa sentado en una silla, que de pie o en movimiento.
En nuestra sociedad, una persona pasa –en promedio- 9.3 horas sentada, recostada o semi recostada; otras 7 horas realizando actividades físicas de baja intensidad, de pie o caminando; y poco más de media hora cumpliendo con alguna actividad física de moderada o alta intensidad.
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Con esa proporción se pudo establecer que, cuando una persona pasa más de seis horas al día sentada, su riesgo de morir en los próximos 15 años es 40% mayor, en comparación con el de alguien que se sienta menos de tres horas al día. Esto es así, independientemente de que se realice o no un deporte”, comentó el Dr. Néstor Lentini, médico especialista en Medicina del Deporte del Hospital Universitario Austral (HUA).
¿Por qué? Debido a que, entre las principales complicaciones que se producen a nivel orgánico al pasar mucho tiempo sentado, se encuentran:
-La compresión continua de los vasos sanguíneos generando un menor aporte de oxígeno y glucosa, una mayor dificultad para eliminar los residuos celulares y un mayor nivel de fatiga.
-La reducción del movimiento muscular, especialmente en el cuello y en los hombros.
-La compresión constante sobre los discos intervertebrales, que aumenta la posibilidad de sufrir trastornos músculoesqueléticos en el cuello, la espalda dorsal y la zona lumbar.
-Alteraciones generales a nivel cardiovascular central y periférico.
-La disminución de la eficiencia cardíaca y pulmonar.
-La aparición de problemas digestivos.
-Una mayor probabilidad de sufrir osteoartrosis de rodilla.
“Inclusive las enfermedades del corazón, la diabetes, la obesidad y el cáncer, tienen que ver con los efectos perjudiciales que tienen sobre la salud pasarse el día sentado, ya que esto no supone prácticamente ningún consumo energético. Por otro lado, el problema es que las consecuencias negativas de estar sentado no sólo se manifiestan a largo plazo, sino que el cuerpo comienza a desestructurarse tan pronto como se acomoda en la silla, porque la actividad eléctrica en las piernas se detiene, el consumo de energía baja a 1 caloría por minuto y las enzimas que ayudan a descomponer las moléculas de grasa disminuyen un 90%”, agregó el especialista.
“De hecho y para finalizar –completó el Dr. Lentini- al estar mucho tiempo sentado, el nivel de colesterol HDL o “colesterol bueno”, disminuye en un 20%; y después de 24 horas de total sedentarismo, la eficacia de la insulina disminuye en un 24%, aumentando el riesgo de diabetes”.
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