OBJETIVO PARA 2030
Diagnóstico precoz y generalizado, claves en la estrategia de eliminación de la hepatitis C
La generalización del tratamiento a todos los pacientes, con independencia de la gravedad de su enfermedad; implementar políticas de eliminación en poblaciones prioritarias y fomentar el cribado y diagnóstico de los pacientes que desconocen estar infectados son tres de los principales retos en la lucha para la eliminación del VHC.
Redacción. Madrid | 19/06/2017 13:44
José Luis Calleja y Javier Crespo, en la X edición del Aula Abierta Multidisciplinar en Hepatología, en Santander. (DM)
"Es el momento de ir un paso más allá y llegar a toda la población con hepatitis C para, en un corto plazo de tiempo, convertirla en una enfermedad residual. La aparición de los antivirales de acción directa ha permitido tratar a un gran número de pacientes en los últimos años con unos porcentajes de curación muy altos, en periodos de tiempo muy cortos y sin efectos secundarios", ha señalado José Luis Calleja, del Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda de Madrid, y uno de los co-directores de la X edición del Aula Abierta Multidisciplinar en Hepatología, organizada por Gilead con el aval científico de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en Santander.
Como en anteriores ediciones, el encuentro se caracterizó por abordar de manera global e integral todos los temas relevantes en el campo de la hepatología. España es el país de Europa con más pacientes con el virus de la hepatitis C (VHC) tratados, si bien el Plan Nacional de Hepatitis C impulsado hace dos años tenía como objetivo tratar a 53.000 personas, a día de hoy ya se han tratado a 72.000.
Los ponentes hicieron hincapié en que, aunque las cifras de pacientes tratados hasta el momento son muy buenas, hay que seguir implementando y desarrollando políticas destinadas a diagnosticar todos los casos de hepatitis C que se desconocen. Por su parte la Organización Mundial de la Salud (OMS) estipulaba que la eliminación de la enfermedad se realizará en 2030, si se sigue con la progresión actual, no es de extrañar que, en 2021, es decir, dentro de cuatro años se puede hablar de eliminación, sobre todo porque los pacientes que quedan por tratar son en su mayoría más fáciles y están en los estadios tempranos de la enfermedad.
Durante la reunión, se hizo especial hincapié en cómo un diagnóstico y tratamiento precoz de los pacientes con estadios F0-F1 permite reducir el riesgo de transmisión a otras personas y ahorrar costes sanitarios, laborales y sociales. Además, quedó de manifiesto que el problema de salud pública por la infección del VHC es doble, por un lado, individual pues el paciente puede no recibir un tratamiento para una enfermedad que desconoce, y por otro, por la transmisión de la enfermedad a otras personas sanas. Desarrollar e implementar estrategias de eliminación eficaces, en estrecha colaboración con la atención especializada, permitirá establecer el control definitivo y probable eliminación de la infección por el virus de la hepatitis C en nuestro país.
En palabras de Javier Crespo, del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, "en los diez años que lleva realizándose esta reunión sobre hepatología, se han debatido los principales temas relevantes en esta área como son el cáncer o la hipertensión portal, pero manteniendo las hepatitis como motor de acción de estas sesiones. En diez años la hepatitis C ha pasado de ser la enfermedad más frecuente de trasplante hepático, de cáncer y cirrosis, a ser una enfermedad que se cura en el 98 por ciento de los casos con una única pastilla tomada entre ocho y doce semanas sin efectos secundarios. Hace diez años nuestro planteamiento era curar a algunos enfermos y hoy en día nuestro objetivo es pensar que se puede eliminar la infección".
En el segundo día de reunión, los ponentes se centraron en las herramientas y acciones terapéuticas para la investigación de la esteatohepatitis no alcohólica (NASH). Un diagnóstico previo de pacientes con síntomas como la obesidad, síndrome metabólico o diabetes tipo 2, permite la elección de pruebas y tratamiento más especializado, así como una derivación al especialista precoz y con mayor tasa de efectividad.
La jornada se cerró con el debate sobre las contradicciones y controversias que existen entre los profesionales dedicados al estudio de las enfermedades hepáticas, haciendo especial foco en los criterios sobre los trasplantes hepáticos o el uso de beta bloqueantes en pacientes con el VHC.
Según Javier García Samaniego, "está demostrado desde el punto de vista farmacoeconómico que tratar a pacientes con estadios tempranos con hepatitis C proporciona beneficios en todos los aspectos de la sociedad y económicos, ya que corta de raíz la progresión de la enfermedad y de situaciones más graves como la cirrosis. Los tres principales retos a los que nos enfrentamos en la lucha contra la hepatitis C es la generalización del tratamiento a todos los pacientes, con independencia de la gravedad de la enfermedad; implementar políticas de eliminación en poblaciones prioritarias, como por ejemplo pacientes con adicciones o en instituciones penitenciarias; y fomentar el cribado y diagnóstico de los pacientes que no conocen que están infectados, para poder tratarlos de forma rápida. El diagnóstico de un solo paso, para desde ahí indicar un tratamiento precoz es prioritario".
María Buti abordó los retos que presenta el manejo de la hepatitis B, donde el objetivo final debería ser encontrar la curación, y en este sentido hay ya fármacos en fases tempranas de desarrollo. Asimismo, avanzó que la combinación de análogos de nucleós(t)idos con inmunomoduladores puede ser una de las estrategias. Antes de llegar a ese punto, Buti subrayó que la supresión virológica a largo plazo es algo que ya se ha conseguido, pero queda mucho camino por recorrer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario