NEUROCIRUGÍA INFANTIL
El cerebro infantil es multidisciplinar
En patología craneofacial y tumoral cerebral es impensable no contar con equipos especializados multidisciplinares para obtener resultados, según la experiencia del equipo de Neurocirugía Infantil del Hospital 12 de Octubre, de Madrid.
Raquel Serrano. Madrid | 12/12/2017 00:00
Pablo Martín, Beatriz Pascual, Ana Castaño y Alfonso Lagares, del Servicio de Neurocirugía Infantil del Hospital 12 de Octubre, Madrid. (José Luis Pindado)
Las unidades de neurocirugía compleja pediátrica están consiguiendo abordar, de forma cada vez más eficaz y segura, procesos que tradicionalmente no alcanzaban los resultados adecuados. Uno de los elementos diferenciadores más destacados de los últimos años ha sido la incorporación y coordinación de profesionales de distintas especialidades, según indica a DM Alfonso Lagares Gómez Abascal, jefe de Servicio de Neurocirugía Infantil del Hospital 12 de Octubre, de Madrid. "Se ha producido un notable avance en el desarrollo de equipos multidisciplinares que trabajan de forma coordinada para mejorar los resultados en salud de los pacientes. También es muy importante la especialización de los neurocirujanos infantiles que tratan estas enfermedades, diferentes a las de los adultos".
Dedicado en exclusiva al abordaje de estas patologías, el equipo del 12 de Octubre es Unidad de Referencia (CSUR) de Neurocirugía Pediátrica. En Europa ha sido seleccionado como referente de Cirugía de Malformaciones Craneofaciales. En las consultas de neurocirugía pediátrica, "la prevalencia e incidencia de la patologías es estable. Lo que más se atiende son lesiones tumorales y craneofaciales. En este hospital hay una Unidad de Craneofacial en la que, además de los neurocirujanos, participan maxilofaciales, plásticos, oncología, entre otras especialidades, para realizar un tratamiento conjunto, indispensable sobre todo para algunossíndromes que son hereditarios y malformativos complejos", indica Lagares.
Resecciones más amplias
La patología tumoral es otra de las grandes áreas de intervención que, según Pablo Martínez Munárriz, del citado servicio, no ha variado su incidencia. "En los niños, a diferencia de los adultos, los tumores cerebrales más frecuentes se localizan en la fosa posterior y su incidencia no ha cambiado. Sin embargo, sí se han registrado variaciones sustanciales en la forma de abordarlos, sobre todo quirúrgicamente". Actualmente, los abordajes se caracterizan porque intentan ser lo más seguros posible, sin perder de vista la efectividad. "Disponemos de sistemas de navegación específica del Servicio de Neurocirugía Infantil, así como de monitorización fisiológica intraoperatoria cuyo objetivo es minimizar los riesgos para el paciente, sobre todo los relacionados con potenciales secuelas", según Martín.
Estos avances, considera Lagares, han permitido tratar de una forma menos lesiva y más eficaz. "Las nuevas técnicas ofertan estrategias más maximalistas en lo que se refiere a resección tumoral que, sin embargo, intentan disminuir las complicaciones y secuelas. No hay que olvidar que el pronóstico de muchos tumores en edad infantil depende de si se ha alcanzado o no una resección completa", hecho que se persigue y se comprueba con la realización de una resonancia magnética (RM) en el postoperatorio precoz.
Esta metodología implantada en el 12 de Octubre se lleva a cabo con la coordinación de los equipos de Radiología. "Después de la cirugía de un tumor se realiza siempre una RM precoz, en las primeras 72 horas posquirúrgicas, para garantizar que se ha conseguido una resección completa y que no se han producido alteraciones en zonas elocuentes", aclara el jefe de Neruocirugía.
Reducción de complicaciones
En los tumores más frecuentes de fosa posterior, los localizados en el cuarto ventrículo y de ángulo pontocerebeloso, "la monitorización fisiológica intraoperatoria y la neuronavegación han brindado una gran ayuda en el abordaje. Los supratentoriales no son tan frecuentes, pero para los de la región más profunda -los diencefálicos- es imprescindible monitorización y neuronavegación", según la neurocirujana Beatriz Pascual Martín.
La aplicación de estos métodos ha reducido complicaciones y secuelas graves en más de un 50 por ciento en relación con abordajes tradicionales, y "ha favorecido la resección completa de las lesiones. Anteriormente, no se podía ser tan agresivo porque se corría el peligro de originar graves secuelas. Además, el hecho de realizar resecciones más completas supone un aumento de la supervivencia, por un lado, y además, facilita el tratamiento oncológico posterior", subraya Lagares. De hecho, en el 12 de Octubre los oncólogos pediátricos disponen de series con datos que evidencian supervivencias iguales a las descritas en la literatura científica más reciente. "Sin una cirugía adecuada esto es difícil de conseguir".
Mejora del pronóstico
Para el experto es destacable que los actuales estudios tumorales, que han aprovechado las modernas técnicas de genética e inmunohistoquímica, han determinado una nueva clasificación de los tumores cerebrales infantiles, lo que supone que el tratamiento que se plantea desde la Unidad de Neuro-Oncología sea mucho más específico. En patología craneofacial y tumoral cerebral es impensable no contar con participación multidisciplinar que aúna tratamientos y mejora el manejo, así como el pronóstico, tanto estético como funcional", indica Ana Castaño León, que recuerda que este tipo de malformaciones y síndromes requiere de seguimientos y terapias a largo plazo. "Cuando termina la edad pediátrica, la asistencia continúa en adultos, pero existe un puente, una transición entre ambas", indica Castaño, que se encarga especialmente de este aspecto.
La coordinación continúa con la malformación arteriovenosa
La patología cerebrovascular no es, afortunadamente, muy frecuente en la edad pediátrica. Sin embargo, en los casos en los que aparece, la actuación específica es también esencial para el posterior pronóstico de las lesiones. En el Hospital 12 de Octubre, el equipo de Neurocirugía Pediátrica también dispone de todas las posibilidades diagnósticas y terapéuticas para estas alteraciones. "En este manejo, es imprescindible la actuación de los equipos de Neurradiología Intervencionista", señala Alfonso Lagares, jefe de Neuropediatría del citado hospital, quien considera que en patología cerebrovascular es necesario también realizar un trabajo coordinado y multidisciplinar para alcanzar resoluciones". Las malformaciones arteriovenosas (MAV) suelen ser las más comunes y para su abordaje existe la posibilidad terapéutica de radiocirugía. "El objetivo básico es, una vez analizado el caso, poner en práctica un tratamiento integral con todas las opciones terapéuticas, lo que determina que se aplica la estrategia más adecuada para cada paciente porque, además, hay que tener en cuenta que la recuperación de un niño suele ser más favorable que la de un adulto". Los cavernomas y las MAV son las enfermedades cerebrovasculares más frecuentes en el ámbito infantil. No lo son tanto los aneurismas cerebrales, "a pesar de que los casos que se han presentado, se han tratado. Un ejemplo son los aneurismas de la vena de Galeno, un cuadro malformativo muy grave en los recién nacidos que genera insuficiencia cardiaca y macrocefalia, entre otras alteraciones. El tratamiento endovascular base consiste en embolizaciones.
El impacto que produce el diagnóstico de patologías cerebrales, así como de traumatismos graves, en el niño y su familia es un aspecto que también preocupa a los profesionales del 12 de Octubre, que disponen de una Unidad de Neuropsicología y de unidades específicas de Neurooncología para elevar el bienestar familiar durante todo el proceso terapéutico, que puede durar varios años.
El impacto que produce el diagnóstico de patologías cerebrales, así como de traumatismos graves, en el niño y su familia es un aspecto que también preocupa a los profesionales del 12 de Octubre, que disponen de una Unidad de Neuropsicología y de unidades específicas de Neurooncología para elevar el bienestar familiar durante todo el proceso terapéutico, que puede durar varios años.
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